Día Veinte

3.4K 311 48
                                    

Toronto-Canadá 15 de febrero de 2016

— ¿Ya sales? —Stella esperaba afuera del baño a que saliera, llevaba dentro más media hora.

Había tomado una larga ducha apenas me levanté de la cama, necesitaba pensar en todo, mi cabeza no paraba de dar vueltas, más de una vez Amy tuvo que sostener mi cabello para que vomitara en la madrugada, no me sentía para nada bien. Por lo regular cada que algo me preocupaba enfermaba.

Stella tenía un súper plan anoche mientras charlábamos; entrar como infiltradas a la estación de policía y robar el celular, todo estaba perfecto hasta que dijo que luego tomaríamos las armas y todos plañirían ese día, sí ella usó la palabra "plañir".

Salí del cuarto de baño y encontré a una Stella con ojeras y el cabello despeinado.

— Tu belleza es notoria, prima. —me mostró su dedo del medio mientras bostezaba.

— Ya quiero ver cómo te ves tras las rejas un lunes por la mañana. —la sonrisa en mi rostro se esfumó, eso fue un golpe bajo.

— Relájate, es humor negro. —entró al baño riendo.

Aún estaba envuelta en una toalla, así que fuí directo a mi habitación por ropa, opté por un vestido no tan corto de verano, quedaría perfecto con el sol de hoy.

Bajé a la cocina y ví a Amy viendo una película, Love Rossie.

—¡No! ¡Dile que lo amas idiota! ¡No dejes que se case con esa otra zorra! —ella le gritaba al televisor como si los actores pudieran escucharla.

— Hey, María Magdalena —ella volteó a verme, sus ojos estaban hinchados—¿En serio llorabas? —asintió.

— Suelo ser muy sensible, no me juzgues. —se metió una gran cucharada con helado a la boca.

—¿Ha llamado mamá? —negó con la cabeza.

— No. Por cierto, hoy saldré a una entrevista de empleo y si lo consigo pediré un adelanto, ¿Crees que sea buena sirviendo hamburguesas?

— Si no te las comes, estás del otro lado. —sonrió.

Fui por algo de yogurt, la funda estaba sellada así que busqué unas tijeras, pero no encontré, entonces busqué el cuchillo, pero tampoco lo hallé.

— Amy, ¿Has visto el cuchillo?

— La verdad no, debe de estar por ahí, búscalo bien. —ella sonaba como mi mamá.

Lo busqué por toda la cocina y nada, da igual, supongo que tendré que desayunar camino a la escuela.

— Vamos Emily. —Stella me esperaba en la puerta.

Me despedí de Amy y subí al auto con Stella.

Al llegar a la preparatoria una señora repartía unas hojas frente a la puerta, les reconocí, era la madre de Bonnie. Nos acercamos para saludarla.

— Buenos días señora. —saludó Stella, ella le sonrió, pero a mí me miró con mucho desagrado, incluso parecía odio.

— Como ya saben sigo buscando a mi hija, díganme si llegan a saber algo. —le entregó una hoja a Stella y ella me la dió a mí, en ella estaba impresa una foto de Bonnie con el título de "DESAPARECIDA"

— Lo haremos, no se preocupe. —dije tratando de sonreír, pero no salió muy bien.

— Ya creo que ayudaste demasiado, y si no estás en prisión es únicamente porque la policía no tiene las pruebas suficientes —se acercó a mí muy amenazante—, porque yo sé que tú tuviste mucho que ver con la desaparición de mi hija. —su dedo me apuntó todo el tiempo mientras soltaba esas palabras, las dijo tan alto que gran parte de estudiantes lograron escuchar.

Bienvenida al juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora