Día Veinte (Parte 2)

2.8K 315 19
                                    

Toronto-Canadá 15 de febrero de 2016.

Observaba tras la ventana de la patrulla como me alejaba de la fiesta de San Valentín que luego se convirtió en una escena del crimen, aún no podía imaginar cómo fue que ésto pasó, una parte de mí no quería pensar que Roger sería capaz de hacer eso, pero me equivoqué, y ese error cobró una vida, una que sólo se vió envuelta en un problema que no le pertenecía.

El auto se detuvo frente a la estación de policía, me bajaron de ahí y me llevaron dentro, había estado ahí un par de veces, pero nunca como acusada, mi vida estaba tan revuelta y arruinada.

Una señora de facciones gruesas tomó mis datos, al instante Maght me llevó hasta una de esas salas donde te interrogan.

— Emily, ¿Cómo estás? —sonrió descaradamente.

— Esposada. —respondí fría.

— Oh sí, déjame ayudarte con eso —se acercó a mí y quitó las esposas de mis manos—. ¿Mejor? —asentí.

— Yo no lo hice. —dije mientras él aún estaba atrás.

— Lastimosamente las pruebas dicen lo contrario. —tomó asiento frente a mí.

— Sólo estuve en el lugar equivocado a la hora equivocada.

—¿Qué dices sobre el cuchillo?

— Lo tomaron de mi casa para inculparme. —apoyó los codos sobre la mesa.

—¿Y el celular?

— Se lo dije aquel día, lo había perdido, alguien lo robó e hizo las llamadas.

— Eso suena muy elaborado, ¿No crees? —suspiré.

— Lo es, y puede que suene muy loco, pero sé y a la vez no sé quién fue, ¿Entiende? —su rostro me decía que no—, escuche, hace ya casi tres semanas alguien ha estado acosándome, e incluso me amenaza, se oculta tras el seudónimo de un joven muerto, Roger Foster, esa persona es la que está tras todo ésto.

—¿Tienes pruebas de eso?

— Recibí algunos mensajes de texto, la mayoría en el celular que me quitaron aquel día en la preparatoria.

— Ahí no había nada más que las llamadas al celular de Bonnie. —oh no.

— Ok, tal vez no tenga muchas pruebas, pero mi historia es cierta, lo juro.

— A mí me convence más la historia de que te quisiste vengar de Bonnie por haber subido esas fotos tuyas, ¿No crees? —¿Cómo sabía él eso?

—¿Cómo sabe eso?

— Es lo de menos, y a juzgar por las pruebas en tu contra es lo que el juez pensará.

—¡Pero es mentira! —levanté mi tono de voz.

— Eso lo discutiremos luego —se puso de pie y llamó a otro oficial—, lleva a la señorita hasta su celda, tiene prohibida la visita hasta dentro de una hora.

No podía decir nada más sin arruinar más las cosas, así que solo obedecí.

La celda era sucia y para nada agradable, tenía apenas una cama de metal que rechinaba junto con un colchón y una manta sucia.

Espere ahí sentada en el suelo tanto tiempo que mi trasero empezaba a amortiguarse.

—¿Emily? —esa era la voz de Stella.

Me levanté de un salto, ella lucía mal, quizá ya era las 9 o 10 de la noche.

— Hola —casi lloro de la emoción de verla—, me da gusto verte, en serio. —ambas sonreímos.

Bienvenida al juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora