Día Catorce

3.7K 366 71
                                    

Toronto-Canadá 09 de febrero de 2016.

—¡Levanta ese trasero! —sentí el cuerpo de alguien caer sobre mí.

—¡¿Qué diablos?! —saqué mi cabeza de las cobijas para encontrarme con el rostro de mi adorable prima— Juro que voy a hacer que tu cara conozca mi puño si no te quitas de encima.

— Salvaje —hizo un puchero—. Solo vine a darte los buenos días, querida prima.

—¡Tuve un infarto! Dime, ¿Quieres provocar otro?

— Pues yo tengo que soportar a nuestra invitada Amy.

—¿Qué hizo? —Amy parece ser alguien tranquila.

—¡Nada! Se la pasa durmiendo o mirando el techo, me dan ganas de lanzarle una almohada para ver si reacciona. —puse los ojos en blanco.

— Quizá deberías aprender de ella —miré el reloj, eran las 7 a.m.—. Quítate, tengo hambre. ¿Me haces el desayuno prima?

— No. Mamá lo dejó hecho, al parecer fueron a una entrevista de trabajo.

— De acuerdo —Stella seguía sobre mí, así que la empujé.

Bajé al comedor y me encontré con Amy sirviendo el café.

— Buenos días. —saludó sonriente.

— Hey. —respondí.

Empecé a devorar mi comida a igual que Stella y Amy.

—¿Irás a clases? —me preguntó Stella.

— Sí, me siento bien —fijé mi mirada en Amy—. ¿Tú vas a la preparatoria?

— No, hace mucho que no voy. —respondió como si nada.

— Deberías ir. —sugerí.

— Emily —fue Stella quien robó mi atención—. ¿Vamos en tu auto? Yo aún no tengo. —negué con la cabeza.

— Chloe dijo que nos llevaría.

— Bueno pues —no supe en qué momento terminamos de comer, pero lo hicimos—. Será mejor que nos demos prisa.

Al cabo de media hora estábamos listas para ir a clases. Chloe envió un mensaje diciendo que estaba cerca.

— Puedes ver la televisión, poner música... Bueno, haz lo que quieras, sólo no dejes entrar a nadie, ¿Ok? —me sentí como una mamá al decirle eso a Amy.

— Cielos Emily, ¿No quieres dejarle unos cuantos pañales? —de burló Savannah.

El claxon del auto de Connie sonó desde el patio. Nos despedimos de Amy y nos embarcamos.

La música estaba a todo volumen dentro del vehículo, pero Chloe lo bajó para que la escuchemos.

— Hoy son las audiciones para la obra de teatro que organiza la preparatoria, ¿Se inscribirán?

Claro, la obra de Romeo y Julieta. Quisiera inscribirme y así conseguir alguna pista, pero por otro lado no quiero, me perturba mucho tener que hacerlo.

— Seguro —intervino Stella—. Será divertido, ¿Cierto Emily?

— Claro. —me encogí de hombros.

Aproveché el silencio para preguntarle algo a Chloe.

— Dijiste algo sobre aquel chico Roger, ¿Recuerdas? —dije sin mostrar demasiado interés.

— Sí, fue algo trágico. Roger estudió con nosotros en sexto grado, pero cuando sus padres se divorciaron, Roger y su madre se fueron de la ciudad. Un día, cuando Clara ofreció una fiesta en celebración de haber acabado el segundo año, él volvió, lo vi muy feliz comprando ropa en el centro comercial, dijo que esperaba a una chica. La sorpresa que todos se llevaron fue que había muerto por un accidente automovilístico aquella noche.

Bienvenida al juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora