Día Diez.

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Toronto-Canadá 05 de febrero de 2016.

—¿Estás segura de esto? —Stella estaba nerviosa respecto al plan, llevaba preguntándome eso desde que vinimos.

— Por millonésima vez, sí, estoy segura —lanzó mi mochila sobre las rejas de la preparatoria—. ¿Lista? —la invité a que trepara y entre.

— Si soy sincera... No —la miré enojada—. No me mires así. No estoy acostumbrada a irrumpir a establecimientos por la noche sin permiso.

— Es por una buena causa —su expresión no cambió—. ¿Qué? ¿Quieres que ese maniático vuelva a atacarte y deje otra bonita cicatriz en otra parte de tu cuerpo? —lo que dije quizá fue algo fuera de lugar, ella apenas estaba sanando por el trauma que vivió.

Luego de un profundo suspiro de su parte empezó a trepar hasta llegar a el suelo, así que hice lo mismo. Una vez del otro lado tomamos nuestros bolsos y nos escabullimos hasta dentro de la preparatoria. Teníamos el plan muy bien estudiado; entrar, ir a el escenario donde se hará la obra y buscar pistas de Roger, no había mucho riesgo ya que el único que merodeaba por ahí era el conserje.

Luego de que Stella confesara ayer que Roger la trajo aquí muchas dudas surgieron, sabíamos que Roger estudiaba aquí, y que tuvo que ver algo con Bonnie al filtrar mis fotos y con Ellie para asesinarme, debía hablar con ellas lo más pronto posible.

— Tengo miedo. —susurró Stella.

— ¡SHH! —mascullé.

Una sombra fugaz recorrió las paredes blancas provocando que nuestros cuerpos de tensaran, estábamos a dos pasillos de llegar, no podíamos rendirnos aquí.

— Hay alguien en los pasillos, ¿Tienes algo que lanzar? —Stella asintió y me entregó algo que al parecer era un broche de cabello muy grande— Escucha, esto es lo que haremos. Lo distraeré con esto—agité el broche—, y nos escabulliremos hacia el escenario. ¿Ok?

Antes de recibir una respuesta de su parte lancé el broche hacia los casilleros de la derecha provocando que el silencio se vea irrumpido por el ruido del metal. Pude ver a una sombra acercarse al lugar así que sin pensarlo dos veces nos escabullimos hasta llegar a la puerta que daba entrada al escenario. Vi unos cuantos vídeos en internet sobre cómo abrir puertas con un pasador antes de venir aquí, no podía ser tan complicado, ¿Cierto?

Saqué el pasador y empecé a maniobrar la cerradura, pero nada, no se abría.

— Emily, tal vés deberíamos tratar de...

—¡Shh! —la interrumpí— Puedo hacerlo, descuida. Tan sólo si pudiera...

Stella me hizo a un lado, giró la manija y la puerta se cedió.

— O tan solo podemos girar la manija. —sonrió, haciendo que me sintiera avergonzada.

Cerramos la puerta tras nosotros y nos adentramos a la oscuridad del escenario. Odiaba la oscuridad, así que apenas estuvimos dentro encendí mi linterna.

— Iré por aquí —Stella señaló la parte de vestuarios a su derecha—. Tú ve a la sección de utilería.

Antes de que dijera algo ella fue hacia el lugar indicado dejándome sola. Caminé por los estantes estudiado cada uno de ellos, estaban llenos de armas falsas, máscaras, frutas, lámparas y otras cosas.

No hallaba nada interesante, así que fui en busca de Stella, pero no estaba en donde se supone que estaría.

—¿Stella? —pregunté a la oscuridad, pero no recibí respuesta—¿Stella? —volví a preguntar.

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