Toronto-Canadá 08 de febrero de 2016.
Emily.
¿Limpiar mi conciencia? ¿Qué se supone que le hice a Roger? Desde mi punto de vista nunca le hice daño a alguien, quizá una que otra broma, pero nunca algo que lo haga hacer este tipo de cosas, de eso estoy segura.
—¿Lista? —Stella vino hoy por la mañana para llevarme a casa— Deja de pensar en esa caja, ya conoces los juegos mentales de nuestro odiado y despreciable Roger. Está jugando con tu mente, no dejes que te afecte, más bien ponte los zapatos, no me gustan los hospitales. —me puse de pie, lista para irnos, a mí tampoco me agradan mucho los hospitales, pero recordé que hay algo que debo hacer antes.
— El sábado, cuando salí con Michael, él y yo encontramos a una chica herida en la carretera y la trajimos a este hospital, debo verla, ¿Sabes dónde está?
— Michael me dijo algo al respecto, lo único que sé es que está en la habitación 57, ¿Te acompaño?
— Descuida, puedo ir sola. Te veo en el auto.
Salí de la habitación y fui hasta el segundo piso donde se encontraban las habitaciones con números superiores a 40, hasta que me detuve en la puerta 57. Toqué antes de abrir para dar aviso. Una vez dentro la vi, mucho más limpia y con menos sangre. Ella regresó su mirada a mí, pero no se veía feliz, su rostro expresaba tristeza.
— Hola —saludé—. Mi nombre es Emily.
— Hola —me mostró una pequeña sonrisa—. Soy Amy.
Hice un gesto preguntando si podía sentarme junto a ella, y dijo que sí con su cabeza.
— Mi novio Michael y yo fuimos quienes te encontraron el sábado por la mañana, me alegra ver que estás bien.
— Sí, lo sé, una enfermera me lo dijo. Gracias, enserio. —me dio curiosidad al ver que ella no llevaba ropa de hospital.
—¿Te dieron de alta?
— Sí, hace dos horas —me dio un vistazo de pies a cabeza—, al parecer tú también.
— Sí, es cierto. ¿No ha venido tu familia a verte? —ella agachó su cabeza y negó.
— No tengo familia, de hecho, eres la primera persona que me visita. —escuchar eso me provocó algo de pena.
— Entonces, ¿A dónde irás? —se encogió de hombros.
— A cualquier lado, supongo —tomó su suéter y se puso de pie dispuesta a irse—. Fue un gusto conocerte, Emily, y gracias por todo.
Entonces se me ocurrió una idea...
—¿¡Llevarla a casa con nosotras?! ¿¡Estás loca!? ¡Apenas y la conoces! —a Stella no le agradó mucho mi idea.
— No tiene a nadie, y si fuera yo, me gustaría que alguien hiciera eso por mí.
— La tratas como si fuera un perro abandonado, ¿Qué crees que digan nuestras madres sobre esto?
— Lo entenderán —la miré suplicando—, anda, llevémosla con nosotras. —quiso decir algo, pero sea lo que sea lo dejó a un lado para aceptar.
— No me haré responsable de lo que digan mi madre y la tuya. Suban. —besé su mejilla para luego ir a darle la noticia a Amy.
— Irás con nosotras. —Amy sonrió, pero luego esa misma sonrisa se vio apagada.
—¿Segura y esto es una buena idea? No quiero causar problemas.
— Descuida, serán por unos días hasta que consigas un lugar. Vamos, sube.
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Bienvenida al juego
Misterio / SuspensoHISTORIA GANADORA DEL 2DO LUGAR EN LOS SYBELLA'S AWARDS 2017 «Buenas tardes Emily, me encanta esa pijama tuya, aunque creo que la azul te luce mejor. Por cierto la próxima vez asegúrate de cerrar bien tus puertas y ventanas, alguien peligroso podrí...