• Treinta | Ruggarol •

ocho

                             Carolina
—¡Tenemos que llegar rapido Caro! Esa entrevista tenemos que entregarla hoy.— Corríamos rapidamente hacia la empresa, antes que nos maten, según Valen.

—¡Ya lo sé! ¡Por eso muevo mi puto trasero!.— Corría cansada, me detuve un poco y seguí.

—Ush perdon señora Kopelioff.— Dijo con sarcasmo ella. —Yo estoy moviendólo tambien, ¿sabía?.—

Entramos rapidamente a la empresa, y vimos a Santiago con unas carpetas.

—¡CUIDADOOO!.— Santi me miró asustado y chocamos con el.

—¿Que les pasa? ¿No tienen ojos o qué?.— Lo ayudamos a pararse y nos moriamos de la risa.

—Valu decía que nos iban a matar si no terminabamos la entrevista.— Nos miró jugueton y acomodó las carpetas.

—¿Qué no las terminaron? ¡Karol las matará!.— Alzó sus brazos y se le cayeron las carpetas.

—Es más, el jefe nos matará.— Valen ayudó a Santiago y se sacudió el cabello

—Aprovechen que Karol ahora está con un nuevo empleado, ¡hagánlo ya!.— De pronto nuestras caras hicieron las peores caras del universo, lo sabíamos ya que Santiago se asustó.

—¿Empleado?..— Nos miramos Valu y yo, de la nada empezamos a correr como locas, ella areglandóse el cabello y yo riendome como loca.

—¿Ey que les pasa? Esta bien feote.— Paramos de correr y nos tranquilizamos.

—¿Como el verdulero?.— El asintió bromista y nosotras lo miramos raro.

                             Karol 
—Le cuento que tendrá que trabajar muy duro, esta es una empresa muy prestigiosa.— Me miró jugueton y yo solté una pequeña risa.

—No se preocupe, le prometo que daré todo el esfuerzo posible.—

—No me preocupo, solo le doy un consejo.— Odio esto, por un momento estoy bien y por otro momento me pongo enfada. Me levanté y empecé a sacar algunos papeles.

—Muchas gracias por el consejo.— Se portó formal, no tenia ganas de ser tan dura con el, asi que volteé a verlo y le ofrecí llevarlo hasta su puesto.
Caminamos hacia la puerta y salimos de mi oficina, mientras ibamos..oh no..esa perra, habia llegado. Maldícion, tragáme tierra.

¿De quien hablo? De nada más ni menos de Victoria, la perra mas perra de todo el planeta completo. Era una perra cosmica, nunca pero nunca habia sentido odio por alguien. Pero ella me odiaba, y yo tambien lo hacia, para ella yo era una acomodada, por que mi padre me habia dado trabajo aqui, y tenia privilegios.
¿Pero ella? Ha, ella trabaja aquí por que mi primo está casado con ella, y no tenia donde trabajar. Papá le ofreció trabajar aqui y bueno, es mas acomodada que yo.

Corrió rapidamente con esos tacones rosados horribles, a tirar sus papeles intencionalmente y mostrar su horrible culo lleno de grasa, que digo de grasa, BÓTOX.

—Upps, se me cayó..— Una risa falsa acompañó el teatrito de Victoria haciendóse la sexy. Que la verdad no le salía nada bien

Fui a ayudar a Vicky, (obviamente, solo por que sí.) y ella me empujó hacia atras y caí sentada.

Claramente, me habia dado cuenta de que TODA la empresa lo había visto
Pensé que ayudaria a Victoria, que obviamente todos la ayudan por su retaguardia gigante, pero el caminó y extendió su mano hacia mi

—Dejéme ayudarle.— Yo sonreí agarrandole su mano y me levanté. Ví como la cara de Vicky me decia te quemaré viva mientras yo me paraba.

—¿Por qué no te parás sola? Ha, ¡PERRA!.— Gritó Caro riendóse con las demás, Vicky se levantó y se fué al baño