veinte

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                          Carolina
— ¿Llegó un nuevo chico?.— Preguntó Agustin antes de meter un bocado de comida a la boca.

—Sí.— Respondí. —Te juro que Valentina piensa que es parecido a Ruggero.—

Parece que le hubiera dado la peor noticia del mundo, ya que cuando escuchó el nombre de Ruggero escupió lo que iba a tragar. Me miró alterado con el tenedor a punto de comer

—No puede ser.— Dijo soltando el tenedor. —No es Ruggero.—

—Tranquilo amor.— Me levanté y apoyé su mano en mi hombro. —No es Rugge.—

—¿Pero mira si es el? ¿Mira si volvío?.— Se removió el cabello

—No es el amor.— Aseguré.

                             Karol
—Bueno Karol, la verdad es que tengo que irme.— Rió. —Asi que hablamos luego, ¿Ok?.—

—Okey.— Respondí, sin darme cuenta que ya habia cortado la videollamada. Me habia portado como un bebita total al ver a Ruggero, sentía lo mismo que antes pero tenia demasiado miedo de que no sintiera lo mismo que yo.
Acomodé todos mis papeles en el escritorio y seguí escribiendo en el computador.
                    Ruggero-Paolo
—¡Te iba a matar plumero!.— Grité tirandole un almohadon

—Ay perdón, no sabia que estabas hablando con tu "novia".— Hizo comillas con sus dedos.

—No tenías que saberlo.— Me levanté del sillón.

—Pero vós si sabes lo que hago las 24 horas del dia, ¡pero yo no! ¿No puedo saber nada de vós o que?.— Se quejó Marcos.

—Ahora tengo cosas mas importantes para hacer.— Me volteé hacia el para verlo a los ojos.

—¿Como ver a tu novia?.— Interrumpió bromeando. Siempre me molesta con Karol por que sabe que me gusta.

—No jodas.— Contesté serio. —Asi que si me disculpas..—

—Acordáte que te dejo la comida en la helade..— Me aconsejó Marcos pero levanté una bolsa con comida y el se encogió de hombros.

                        Narradora
Ruggero partió de la casa de su amigo Marcos, estaba inventando una excusa para poder decirle a Karol por qué se habia ido.
Se subió a la moto y empezó a andar por las calles de Buenos Aires, como un rayo llegando hacia la empresa
Mientras tanto, Karol estaba trabajando tranquilamente; su amigo Santiago la ayudaba a escribir y editar sus partes

—Entonces Ruggero te dijo que..¿podían encontrarse algún dia?.— Preguntó curiosamente Santiago

—Sí Santiago.— Sonrío enamorada. —Quisiera verlo ahorita mismo.— Lo que no se esperaba, era levantar la vista y ver a Ruggero apoyado en la puerta, obviamente, gritó del susto y Santiago se alteró

—¿Eu que pasó?.— Volteó con la silla y vío a Valentina mirando rara a Karol.

—¿Qué te pása?.— Apoyó las carpetas sobre el escritorio. —Solo venía a darte esto.—

—Chicos, les juro que ví a Ruggero.— Apoyó su mano en el pecho asustada. —Siempre lo veo, no sé que me pasa que todo el tiempo lo veo.—

—¡Karolita enamorada! ¡Enamorada!.— Exclamaba Santiago girando en la silla.

—Callénse.— Detuvo la silla y Santi se cruzó de brazos.

—Hablás re bajito y despacito Karol.— Admitió el

—Me voy acercando y voy armando el plan, solo con pensarlo se acelera el pulso.— Cantaba Valu

—¡DESPACITO!.—Gritaban bailando como turros. Santiago se creía Daddy Yankee mientras que Valentina perreaba como nadie, tirando los papeles.

—Sabes que tu corazon conmigo te hace ¡BAM BAM! sabes que esta nena esta buscando de mi ¡BAM BAM!.— Se unió Karol, se armó un corto silencio y Santiago dijo:

—Esto, es así.— Se prepararon para bailar y comenzaron. —Pasito a pasito, suave suavecito nos vamo' pegando poquito a poquito.—

Parece que Karol estaba en su casa, por que bailaba tan sensualmente que parecia una stripper, los chicos aplaudian y gritaban como si no hubiera un mañana. Lo que no sabían era que en ese momento iba a entrar Ruggero, ejem.."Paolo"
Cuando abrío la puerta, Rugge se quedó mirando a Karol, que paró de hacer el baile muerta de verguenza

—¡Paolo! ¿Qu-qu-ue haces aquí?.—

—Bailas tan bien..— Murmuró despacio y los chicos lo miraron raro. —¡Digo! Ejem, volví de mi casa.—

—Ah, que-que bien.— Sonrió arreglandose el cabello Valentina.

—¿Que estaban haciendo?.— Dijo entrando adentro

—Bailabamos des..— Karol le tapó la boca a Santiago.

—Estabamos hablando de trabajo.— Dijo nerviosa

• Treinta | Ruggarol •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora