• Treinta | Ruggarol •

Q u i n c e

Karol
—Amiga, la neta es que no me acuerdo de nada. Pero ya no importa, ¿vendrás a mi casa?.— Le pregunté a Caro, estabamos hablando por telefono, tenia que llamar a Ruggero pero como Carolina y el eran primos la llamé primero.

—Si amiga, iré a buscar mis libros y iré a tu casa. Si terminamos un poco, saldremos de compras.— Afirmó emocionada, y salté en mi cama.

—Esta bien Caro, ¿Rugge vendrá?.— Un silencio se apoderó de la linea, ¡rayos! ¿Que habia dicho?

—Obvio, tu italianito vendrá Karol, no te preocupes.— Ella con un tono realmente perturbador y picaro me respondió.

—Primero, no es mi italianito, el y yo tenemos que estar juntos por el trabajo de historia.— Expliqué. — Y segundo y muy importante, no me preocupo por el, me importa el trabajo, ¿tu creés que Karol Sevilla Bernasconi puede dejar sus notas bajar de el nivel que estan? Ni en sueños.—

—Esta bien mi amiga la nerd.—

—¡Oye yo no soy nerd! Solo me interesan mi futuro y mis notas.—

Ruggero

—Yo..puede ser..— Leo me miró serio y yo me encongí de hombros. Primero que todo que el es un chismoso, y si le doy dinero y le digo que no le diga nada a nadie, me chantajea si digo algo de el. (Puro puro chantaje 🎶)

—Ruggero, dime la verdad.— El saco su telefono y busco el numero de nuestros papás. —Dimelo todo.—

De pronto sus ojos se sobresaltaron y el puso el volumen alto.
Oh no, era mi voz y la voz de Karol cantando, ayer..¿quien mierda fue el que lo hizo? Nos habian grabado y ahora nos mataran a los dos. Leo levantó el telefono y me mostró el video.

—Bueno, hice una apuesta..con Agustín, y ella es su hermana, y la teng-teng-tengo que enamorarla..— El abrió sus ojos como platos y me miro enojado.

—¡Pero no puedes enamorar a alguien solo por apuesta! Eso es como ¡jugar con los sentimientos! No puedes hacer eso y menos con UNA CHICA.— El se levantó de mi cama y se dirigió a la puerta.

—Calm...—

—¿Que calma ni que culo? Yo no pienso estar con alguien que juegue con los sentimientos de una chica, asi que si te metes en problemas, ¡no quiero estar involucrado!.— Leo dió un portazo y se fue, me asusté completamente por su actitud, osea, ¿que le pasaba? Se que esta mal pero, ¡RUGGERO! ¿Que te pasa a ti? ¿Mierda que voy a hacer? ¿Por que pienso de esta manera?