V e i n t i o c h o

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Semanas más tarde..
Karol
Me separé de Lionel, sus celos son estresantes y es muy caprichoso. El y yo estamos distanciados, pero casi todo sigue igual, y raramente Ruggero se separó de Cande (Aunque esa perra me caía mal.) ademas, hoy entregaríamos el trabajo de Historia

—Ojalá aprobemos.— Dijo Ruggero.—Espero no rendir en Febrero.—

—¡Claro que aprobaremos!.— Sostenía unos papeles que llevaban todo nuestro trabajo hecho. —Te aseguro que será con la nota mas alta de todo el curso.—

—Que importa si es con la nota mas alta, yo quiero aprobar.— Bromeó Ruggero.

—Okeey señorito, apurale que si caminas mas rapido llegaremos primero.—

Ruggero
Hoy, entregaríamos el trabajo, mañana las calificaciones..3 días para que termine la apuesta. Necesito dinero para pagarle a Agus, la verdad..es que no se si perdí o gané.
Karol es muy buena onda, es muy hermosa..sí, lo admito..me gusta Karol. Me ha cambiado la vida desde que empezamos a hablar, tenía que decirle lo que siento..así podria deshacerme de estas ganas de matar a todos y estar con ella para siempre, ademas..la apuesta, tenía que decirle.

—¡Ey!.— Me sacó de mis pensamientos. -¿Te vas a quedar pensando o te apuráras?.-

—¡Ya voy!.— Grité corriendo hacia ella.

—¿En que piensas o qué?.— Apoyó los papeles en la banca que estaba cerca del colegio y me miro.

—En ti.— Oh no, Ruggero Pasqualleri ha perdido todo el control sobre su cuerpo.

—¿Qué? ¿En mí?.— Ella me miró sonrojada y se rió.

—Creo que sí.—

—OOOOH NO LO PUEDO CREEER ¡EL SEÑOR PASQUALLENI ESTABA PENSANDO EN MI!.— Bromeó chillando, como una niña pequeña se tapó la cara y yo solo solté una risa.

—¡Deja de decirme Pasqualleni!.— Dije haciendo puchero como un bebé.

—¿Y como quieres que te llame?.— Sonrió.

—Por qué no me llamas..— Dije sensualmente..oh no, creo que he perdido el total control sobre mí. —Señor Ruggero..—

—¿Ru-ru-ru-ruggero qu-que ha-haces?.— Dijo nerviosa, estabamos frente a frente, nuestras respiraciones estaban tan cerca..

—¿Karol? ¿Ruggero? ¿Que estaís haciendo aquí..?— Los dos volteamos a ver, oh no...

• Treinta | Ruggarol •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora