Capitulo 25: El cambio

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Jadee algo cansado, lo cual era extraño porque con mi condición sobrenatural no debía cansarme tan rápido por correr, mire a mí alrededor y note que a unos pocos metros la nueva manada comenzaba a organizarse en tiendas de campaña y hacer su comida con una pequeña fogata.

Eran tres hombres y tres mujeres, solo dos eran de mi edad y los demás pasaban de la edad de mi propio padre, me removí en mi sitio y el alfa dejo de despellejar a un conejo para mirarme con una sonrisa.

-Hola Jack –me saludo Gael desde un árbol-.

Le salude asintiendo con mi cabeza y el siguió sacándole filo a sus cuchillas, camine lentamente hacia la manada y ellos dejaron de hacer sus deberes para mirarme con algo de recelo.

-Bienvenido joven alfa –saludo el hombre mayor-.

-Aun no soy el alfa –suspire-. Pero yo...

-¿Estas comenzando a sentirte extraño? –Pregunto dejando el conejo de lado-. Tus sentidos están muy susceptibles y te cansas con facilidad –afirmo-.

-Si –lo mire algo nervioso-. ¿Me voy a morir? –susurre-.

Sus carcajadas de burla me hacen sentir como un completo idiota, supongo que me sonroje por que vi como Alexander y Emilia se reían unos metros más allá de nosotros, suspire y me cruce de brazos.

-¿Qué es tan gracioso? –Fruncí el ceño-.

-Que pienses que vas a morir –término de carcajearse-. Bien –sonrió-. No vas a morir, es lo último que harías en estos casos

-¿Entonces? –me senté junto a el-. ¿Qué sucede conmigo?

-Deberías de hablarlo con tus padres –tomo el conejo con fuerza-.

-Hablar con ellos es lo último que deseo –mire como Gael bajaba de un salto del árbol y caminaba hacia Emilia-.

-Estas sufriendo los cambios de ser alfa

-¿Cuándo lo seré? Digo, completamente

-No lo sé –alzo los hombros-. Eso depende de ti, puede ser hoy o mañana o en algunos años má

Asentí con la cabeza y me levante del tronco donde me encontraba, note como un auto se estacionaba y de él bajaron mis padres juntos con Aaron quien aún lucia algo débil.

-¿Jack? –Pregunto mamá al verme-.

La ignore pasando por su lado y cuando pensaba marcharme la fuerte mano de mi padre me detuvo.

-No ignores a tu madre –me regaño-. Te está hablando, contesta

-No –lo mire con el ceño fruncido-.

-Quita esa cara

-Quítala tu primero –hable al ver la misma expresión en su rostro-.

-Tu no eras así Jackson –me soltó el brazo-.

-Tienes razón, yo no era así

Me aleje de ellos ante la intensa mirada de todos sobre nosotros, camine con el ceño fruncido hasta regresar al instituto, todo estaba en silencio y el único automóvil en el estacionamiento era la camioneta de mi madre, me subí en ella y conduje hasta casa.

Cuando llegue subí a mi habitación y comencé a desnudarme hasta que escuche un carraspeo detrás de mí, di un salto y me gire notando que Travis me veía sonriente desde la esquina de mi habitación.

-¿Cómo entraste? –Pregunte sacándome la camiseta-.

-Deberías cerrar la ventana antes de irte –miro mi torso desnudo-. ¿Qué te paso hoy?

-Tuve un pequeño problema –me removí incomodo-. ¿Puedes salir un momento? Necesito cambiarme

-¿Y si no quiero?

Camino hasta mí con una lentitud que logro desesperarme, sus brazos rodearon mi cintura y los míos su cuello, sonrió y atrapo mis labios con los suyos en un suave beso, era lento y tranquilo hasta que se me ocurrió morder su labio inferior. Todo se descontrolo y acabamos en la cama, el sobre mi mordiendo mi cuello y yo apretando las sábanas blancas con mis manos, gruñí al sentir un ardiente calor en mi cuerpo, mis garras salieron a la luz y rasguñaron el colchón. Travis se alejó algo preocupado y comencé a gritar, el dolor era fuerte y no me dejaba respirar.

-¿Jack? –intento tocarme pero yo retrocedí-. ¡Jack!

-¡Cállate! –le grite-.

Mi voz había cambiado, ahora se escuchaba más gruesa y un tanto distorsionada, cerré mis ojos y sentí un cambio en mi cuerpo, me sentí más fuerte, más poderoso, mi aullido por lo menos logro alertar a todos los pobladores de Forks.

-¿Jack?

Abrí mis ojos y lo mire, Travis retrocedió sorprendido. Mire el espejo tras él y me sorprendí, mis iris eran de un brillante color rojo. Ahora, era el alfa.

 Ahora, era el alfa

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The howl of a lone Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora