"La fría brisa golpeaba contra su pálido rostro removiendo sus cabellos oscuros y haciendo que sintiese frío por primera vez, él ya no estaba a su lado, el calor de su cuerpo se habría alejado, sería un lobo solitario otra vez"
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Si eres una p...
Cuando Travis cumplió su séptimo mes fue enviado a Suecia, la despedida se nos hizo algo larga ya que él se había trepado a mí y se negaba a subir al avión pero finalmente tuvo que hacerlo junto a Isabelle.
Suspire al notar que el avión había partido, sentí a mi lobo gruñir y rasguñar mi interior, me sentía mal porque tener que dejar a su mate, pero todo sea porque Travis este seguro.
-El estará bien –la mano de mi padre sobre mi hombre me dio algo de consuelo-. Veras que mi hermoso nieto nacerá feliz
-Travis me matara cuando sepa que no podre estar con el cuándo el bebé nazca –suspire-.
Al llegar a casa tratamos de pasar un día como cualquiera, comiendo en manada y hablando tranquilamente entre nosotros, no tenía ni la más mínima idea de cuando esa maldita manada nos atacaría, pero algo en mi decía que eso sería muy pronto.
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Narra Travis:
Apenas llegamos a Suecia mamá había empezado a tomar fotos, realmente me sentía algo incómodo con todos los abrigos encima pero estos servían para disimular mi embarazo frente a los demás, después de unos minutos bajamos del taxi con nuestras maletas y miramos la enorme casa frente a nosotros.
-Todo estará bien cariño -mi madre acaricio mi rostro-.
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Una mujer joven nos abrió y nos dejó pasar comentando que el tan mencionado señor Jason Gray nos esperaba en su estudio, mamá se mostraba realmente emocionada de ver al hombre que también era un viejo amigo de Adam, el padre de mi mate.
-Así que tú debes de ser Travis
Me gire sorprendido y vi al imponente hombre guapo frente a mí, asentí algo embobado por la belleza de aquel ser y el solo me sonrió como para dejarme aún más confundido.
-Hola, soy Isabelle Moon, la madre de este chico –estiro su mano-.
El hombre le sonrió y beso con delicadeza su mano, mi madre rió nerviosa mientras se sonrojaba, entonces de oji-azul se acercó hacia mi he intento hacer lo mismo pero me aleje.
-¿Usted es Jason Gray? –Mire a mí alrededor-.
-Si –sonrió-. Soy amigo de Adam Wood, y tú eres el novio de su hijo
-Aja
-Tus ojos son preciosos –comento y yo lo mire-.
-Mire señor yo vine aquí obligado, así que por favor deje de lanzar comentarios fuera de lugar –fruncí el ceño-. Porque si no lo nota, estoy embarazado de mi mate
-¡Travis! –chillo mi madre escandalizada-.
-Tranquila –le dijo el hombre-. Lo se Travis, es por eso que estas aquí –miro mi vientre-. Y con respecto a lo otro, solo estaba tratando de sacar conversación, soy casado –mostró el anillo en su mano-.
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-Ah si –mire el piso avergonzado-. Lo siento
-No te preocupes –me sonrió-. Mi esposo vendrá dentro de poco, por mientras Ana les guiara hasta sus habitaciones
Seguimos a la mujer que nos abrió la puerta hasta el segundo piso donde nos ubicó en las habitaciones, le agradecí y cerré la puerta para poder cambiarme y luego recostarme un momento a dormir.
El sonido de mi teléfono me despertó y estire mi brazo para contestar.
"-¿Aló?
-Hola amor –saludo-.
-Te extraño –susurre-.
-Yo también lo hago y mucho –suspiro-.
-¿Todo bien por allá?
-Sí, nada ha sucedido –comento-. ¿Y tú? ¿Qué tal?
-Aburrido –me queje-. Te quiero, aquí conmigo
-Igual yo precioso –se oyó un grito a lo lejos-. Ha pasado algo, debo irme. Te amo –y colgó-."
Cuando baje las escaleras lo primero que recibí fue un chillido que hizo taparme los oídos, luego note una cabellera rubia correr hacia mí, recibí el abrazo gustoso cuando aquel olor familiar llego a mi nariz.
-¿Qué haces aquí Thomas? –Le pregunte al amigo de papá-.
-Pues yo vivo aquí –rió-. ¿Jason no lo ha comentado? –Frunció el ceño-.
-¿Jason es tu esposo? –Mire al hombre que nos sonreía de lejos-.
-Pues si –se acercó a mi oído-. ¿No está bueno? –Se mordió el labio-.
Rodé los ojos y lo golpee en la nuca, Thomas Gianotti es un gran amigo de mi padre a pesar de ser menor que el por diez años, normalmente solía llevarse mejor conmigo y entonces entendí el porque mi padre acepto de inmediato que me mandaran aquí, todo fue una gran y bella coincidencia.
El resto de la noche Thomas se la paso contándome sobre su matrimonio, acariciando mi vientre comentaba que sería un gran padre ya que recordaba como yo me encargaba de mis hermanos menores.
