Capitulo 34: Guerra

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Narra Jack:

Dejamos a lo que quedaba de manada Akela en el hogar de los Moon, cuando llegamos notamos como Isabelle intentaba despertar desesperada a Emily, ella comenzó a reaccionar.

-Hija –Peter corrió hacia ella-. ¿Quién te golpeo? –Vio el moretón en su rostro-.

-Travis –susurro ella-.

-¿Qué? –la mire sorprendido-.

-Dylan se escapó, y Travis iba a ir tras el –frunció el ceño-. Cuando intente detenerlo me golpeo

-¡Maldición! –Mis nudillos se volvieron blancos por la presión que ejercía en mi mano-. Voy a buscarlo

-Voy contigo –hablo Peter-. Quédense aquí

-Los acompaño –hablo John-. Es lo mínimo que puedo hacer por la ayuda que nos brindan

Acepte y los cuatro salimos de la casa para internarnos en el frondoso bosque, mi olfato logro localizar a mi mate a unos kilómetros, corrí con fuerza y cuando llegue note como Travis estaba sobre un hombre apretándole el cuello.

-¡¿Dónde está?! –Le grito-.

Peter cargo a su hijo lejos y yo levante al hombre hasta estamparlo en un árbol, él se quejó pero siguió sonriendo.

-Hola alfa –me miro-.

Sus ojos eran azules brillantes, un omega, gruñí y el dejo de sonreír. Travis intento atacarlo pero yo lo detuve.

-Sabes que no debes de hacer movimientos bruscos

-Tienen a Dylan –me miro-. Lo sé, lo siento

-Ya le dije que no tengo a ningún chico –rodo los ojos-. Pero es tan inepto que aún no lo capta

-¿Cómo lo llamaste? –lo mire furioso-.

El rio pero mi puño dio contra su cara tan fuerte que logre dejarlo inconsciente, Peter comenzó a olfatear el lugar y de la nada aulló, un aullido lastimero fue la respuesta.

-Ese es Dylan –me alejo de el-.

Se convirtió y corrió hacia el aullido yo lo imite y fui tras él, no quería que nada le pasara ni a mi mate ni a mi bebé. Llegamos a lo que parecía ser el mismo acantilado por el cual una vez pensé en lanzarme.

Un hombre, por lo visto cazador, tomaba del cuello a Dylan y trataba de lanzarlo al vacío, Aaron quien estaba atrapado entre los brazos de otro cazador gritaba y pataleaba para ser liberado.

-¡Suéltenlo! –chillo el pequeño pelinegro-. ¡Por favor! Él no tiene nada que ver

-Aaron por favor cállate –sonrió el hombre-. Este lobo hizo que te quedaras con aquella manada, ¿No es cierto? Te has enamorado de el

Aaron comenzó a llorar y seguía en su intento de liberarse hasta que el hombre que lo tenía sujeto se hartó y lo lanzo hacia el piso dándole una patada en el estómago, Dylan comenzó a alterarse he intento saltar hacia su mate pero fue golpeado por un palo de metal que lanzaba cargas eléctricas.

Travis rugió llamando la atención de todos y se lanzó sobre el cazador que golpeaba a Dylan, con una fuerza sobre natural le quito la vara y la tiro al vacío luego trepo su cuerpo y le arranco la cabeza de un solo mordisco, John se lanzó sobre el otro cazador y logro liberar a Aaron.

...

Aaron estaba abrazado a Dylan mientras escondía su rostro lloroso en su cuello, el acariciaba su cabello y le daba pequeños besos para reconfortarlo. Sonreí y mire a Travis estaba comiendo un emparedado hasta que noto mi mirada y me beso en los labios.

-Bien –hablo Peter-. Ambos cazadores eran parte del grupo que ataco la manada Akela

-Debemos vengarnos –susurro John-. Se volverán fuertes, y atacaran a todos

-Somos pocos –hable yo, como alfa-. Necesitamos apoyo

-Y lo tendremos –mi padre saco su celular y marco un numero-. ¿Aló? ¿Marcus?

Alcé mi rostro sorprendido, Marcus era un ex amigo del instituto de mi padre, el tenía su gran manada en América Latina.

-¿Quién es? –Me pregunto al oído-.

-Un viejo amigo –suspire-. ¿En serio nos meteremos a una guerra?

-Al parecer si –siguió comiendo-.

Lo mire y reí al ver la comisura de su labio mancharse con algo de comida, me acerque y lamí aquella zona sacándole un gemido, pero todo nuestro momento se fue al caño cuando Matthew llego y divertido se sentó entre nosotros. Realmente no sabía cómo sentirme, alegre porque tendría un hijo, o preocupado porque este nacería en tiempos de guerra.


The howl of a lone Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora