Insane [Stheo/Steo]

VI

—¡Ya esta, señoritas! Se acabo su tiempo —anunció Walter abriendo la puerta del baño.

Theo se había levantado del suelo, se seco como pudo aquellas vergonzosos lágrimas que habían salido de sus ojos y se las fue secando, aún recordaba aquella sensación…la sensación de Stiles dentro de él, de como le robaba aquella parte de el que nadie nunca en su vida se la había tocado, la asquerosa sensación del semen del castaño sobre sus labios, el tan solo recordarlo le hicieron tener arcadas y ganas de querer vomitar. Su estomago le estaba dando vueltas.

—¿Qué ocurre, Raeken? ¿Quieres vomitar? —pregunto Walter mientras se reía a lo cual Theo no le hizo caso.

Se fue vistiendo hasta darse la vuelta notando como entonces Stiles le sonreía con cierta malicia y como su mano acariciaba su ya miembro dormido, un espasmo hizo que la bilis le subiera hasta la garganta a Theo, debía salir de ahí lo antes posible…y así lo hizo. Golpeó un poco a Hardy y a Walter sin importar si habían caído al suelo o no, lo que él necesitaba era correr, correr como tan lejos le permitían sus pies.

Corrió por la enorme sala que era donde se mantenían algunos internos fuera en sus horas libres para hablar, las paredes parecía que se encogían a su alrededor y todo le daba vueltas, cerró los ojos por unos segundos y aumento el paso, quizás uno de los dos guardias ya estaría buscándolo, no iban a permitir dejar al Vacío solo, y mucho menos con Hardy quien ya lo había amenazado de muerte. Finalmente se detuvo en seco, sostuvo sus manos en sus rodillas para poder echar su cuerpo un poco hacia adelante sintiendo como varias arcadas venían hacia el, estaba vomitando el almuerzo o todo lo que había comido en toda la semana, con su brazo limpió los rastros que quedaban en sus labios y ya cuando miro al frente notó que estaba muy alejado, no había nadie tan cerca de él, a su lado se encontraba una ventanal el cual daba vista a la calle, podía observar solo un lado del reformatorio y también a su vez observaba los autos pasar en frente de la construcción y la ignoraban por completo, “si supieran lo que ocurre aquí, harían que cerraran este lugar” pensó para sus adentros, miro hacia el otro lado encontrándose con una puerta que se leía en letras azules: VESTIDORES. Soltó un suspiro y decidió entrar.

Theo sabía que no debía estar en ese lugar, que era una zona donde los internos nunca llegaban a ir. Todo lo que vio a su alrededor fueron casilleros de color caqui y al igual que el anterior pasillo, estaba desolado. O eso creyó Theo hasta que escucho un casillero cerrarse, se quedo pálido por unos segundos, sabía que quien estuviese ahí lo golpearía con una porra. El que apareció entonces fue Jordan quien terminaba de abrocharse una camisa dejando los dos últimos botones de arriba abiertos al ver a Theo parado frente a él.

—¿Theo? ¿Qué haces aquí?

El rubio no dijo palabra alguna solo se abalanzo contra el oficial como si fuese un niño que necesitaba la protección de su padre.

—Tenías razón… —admitió Theo intento no sonar como si estuviera a punto de sollozar—. Es un monstruo.

—¿Qué te hizo? —pregunto Jordan, el rubio sabía que no era necesario decirle a Parrish de quien le estaba hablando, ya que hacia unos días que el mismo oficial se lo había dicho.

Theo soltó un ligero suspiro mientras apretaba un poco el cuerpo del mayor ¿por qué debía admitir que Jordan tenía razón? Sabía que dijese lo que dijese el mismo Parrish le diría que lo protegería aunque el rubio no lo quisiera ¿pero que debía hacer? En cualquier momento debería regresar a su habitación y lidiar con el monstruo que tiene de compañero.

—Me violo —respondió Theo esta vez notando como dos lágrimas salían de sus ojos.

Jordan solo apego el cuerpo del menor contra el suyo haciendo que este se reconfortara un poco, el rubio no deseaba llorar en frente del oficial ni porque ni siquiera él quisiera, ya todo lo que quiso llorar lo lloró en el mismo baño y en frente de Stiles, quien hizo caso omiso a la manera en como había quedado de traumatizado el rubio, ahora más que nunca Theo deseaba estar muerto.

—Volvamos a tu habitación ¿vale? No quiero que te metas en problemas, y aunque quieras o no, te protegeré de ese idiota ¿esta bien? —Theo solo asintió y solamente dejo que Jordan le tomara la mano sintiendo como este con su dedo pulgar acariciaba los dedos del joven.

Theo se había negado a tantas veces la protección de Jordan por una razón en específica: conocía los sentimientos que este tenía por el joven desde hace mucho, sabía que si estaba tan cerca de el mayor este sucumbiría sus ganas de estar tan cerca de él y era una cosa que el rubio no deseaba, ya había sido molestado por los propios internos al decir que ellos dos tenían una “relación” y además que Theo conocía que cuando un interno y un guardia comenzaban a verse a “escondidas” este luego se hacia su mala fama de “mama vergas” y era algo a lo que no estaba dispuesto a ceder. Pero por una vez Theo necesitaba al policía, no como en una especie de relación sino como un amigo, era lo más cercano que tenía a una amistad en aquel lugar desde que llego.

Al salir de los vestuarios uno de los guardias, en este caso, Hardy había llegado encontrándose con la visión de ambos jóvenes tomados de la mano.

—Vaya, Parrish. ¿Así que si es verdad que hay algo entre tu y Raeken? Eso explica porque salió huyendo —el guardia hizo una mueca divertida con los labios lo cual a Parrish no le resulto muy divertido.

—No hay nada entre nosotros, y si hubieses vigilado más al chico Stilinski hubieras sabido que fue lo que ocurrió… —gruño Jordan.

—No hace falta que des explicaciones, Jordan. No lo valen —lo interrumpió Theo dirigiendo su mirada hacia Hardy—. Parrish me llevara a mi habitación, si no te importa.

Theo le regalo una mirada fulminante a Hardy el cual cambio su semblante a uno más serio para luego asentir con la cabeza dándole permiso a ambos de que se retiraran.

(...)

Al llegar hasta la habitación el rubio noto las miradas de todos los internos sobre ambos a lo cual no le dio mucha importancia, ellos tampoco sabían que fue lo que había ocurrido en el baño y tampoco merecían saberlo, no era asunto de ellos. Al cerrarse la puerta en frente de él Theo dio un largo suspiro, sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a sus demonios.

—Creí que nunca vendrías —dijo Stiles detrás de él y Theo lo sintió sonreír detrás de su espalda.

Se dio la vuelta y como pudo corrió hasta donde estaba el castaño lanzándolo de la cama para empezar a golpearlo repetidas veces en la cara, este no era él pero ya de tantas cosas que había pasado en aquel maldito reformatorio tenía que dejar salir toda aquella ira que recorría en sus venas como si fuese veneno. Noto como los ojos rojos del Vacío y su sonrisa petulante lo miraban lo que hacia que Theo apretara un poco los dientes y lo golpeara aún con más fuerza hasta que de su propia voz se escuchaban gritos de completa rabia.

—Nada…vas…a…lograr…con…eso —respondió Stiles mientras botaba un poco de sangre hacia el suelo mostrando sus dientes completamente ensangrentados.

Theo lo levanto del suelo y lo llevo hasta la pared volviendo a golpearlo.

—¡Eres una basura inmunda! —rugió Theo a lo cual El Vacío solo empezó a reírse.

—No sabes cuantas veces me han dicho eso, cariño.

El rubio volvió a extender su brazo para asestarle otro puñetazo pero antes de que eso ocurriera algo filoso se había clavado en un costado de su estomago haciendo que abriera los ojos como platos, sabía lo que era: el cuchillo, su cuchillo el que siempre mantenía debajo de la almohada. Ese hijo de puta lo había vuelto a sacar de su lugar. ¡Él sabía que vendría a golpearlo! Saco aquella arma del costado de Theo volviéndola a clavar causando que el rubio jadeara, con un movimiento de su pie lo volvió a separar del cuchillo dejando el cuerpo de Raeken sobre el suelo mientras una de sus manos sostenían la zona ensangrentada.

Lo escucho reírse con cierta malicia y cerró los ojos, si era su hora de morir que muriera de una vez por todas y así acababa con el infierno que estaba viviendo.