XI

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Theo fue empujado de manera brusca hacia la oficina junto con aquel guardia, el cual después se dio cuenta que era Robert el cual lucía completamente ileso ¿dónde se encontraba cuando ocurrió el motín? Hubo centenares de policías muertos por lo que el rubio recordaba, pero este ni un golpe tenía. Del mismo modo fue empujado hacia la silla y tuvo suerte de que su cara no fuese golpeada contra la mesa.

Miro a su psicóloga, Natalie lucía bastante seria a decir verdad, mucho más que las demás veces. Tragó saliva lentamente pero solo la mujer se dedico a revisar su expediente.

—Theo ¿recuerdas nuestra sesión anterior? —El chico solo asintió pero los ojos de la mujer parecían no haberse percatado de su acción, solo miraba su archivo con total atención. Quiso gritarle y decirle que lo mirara y le dijera toda la mierda que estaba pensando en ese momento—. Te dije que no eras como los demás internos de este recinto, pero según lo acontecido los anteriores días demuestra que has dado dos pasos hacia atrás. Así que dime… ¿esto tiene algo que ver con tu compañero?

Theo puso los ojos en blanco, incluso la voz de Natalie lucía hasta fría como si ya le estuviese dando igual el ayudarlo. Al tener sus manos debajo de la mesa colocó estas en puño como si quisiera golpear a la mujer sabiendo que no era lo correcto, pero el hecho de pensar que incluso el mismo Stiles le había hecho lo mismo a Valack hizo que se ganara su completa admiración.

—Stiles…no tiene nada que ver con mi comportamiento —dijo Theo de manera severa.

— ¿Si? Entonces explica… ¿por qué le disparaste a Jordan Parrish en frente de aquel joven?

Apretó sus dientes, de cierta manera quería gritar no había nadie que observará aquello, a excepción del mismo Jordan, o incluso de las cámaras. De hecho, Stiles nunca le confesó si apagaron las cámaras por lo tanto el delito pudo haber sido observado mientras hacían el registro, maldijo entre dientes de tan solo pensarlo. Del mismo modo pensó en Jordan ¿estaba vivo? Nunca supo donde le había disparado.

La boca de Theo titubeo un poco pero no sabía siquiera que le podía decir a la psicóloga, sus palabras hacia él fueron bastante claras: “¿Sabes, Jordan? Estoy cansado de toda tu mierda conmigo.” Había sido sincero con él, lo hartaba su manera de querer ayudarlo cuando él nunca pidió su ayuda, él solo se la dió porque quiso y fue algo que realmente no soportaba el rubio. Y lo que más le molestaba era porque Jordan estaba enamorado de él. Enamorado. Eso era, ya sabía como podía salirse con la suya. Una pequeña risa comenzó a salir de sus labios la cual se había vuelto incluso un poco maquiavélica y miro a Natalie quien no hizo un cambio alguno en su semblante.

─ ¿Quieres una respuesta, Natalie?

—Doctora Martin —lo corrigió.

—Como sea —respondió con irritabilidad—. Jordan Parrish es un hombre que se enamoró solo. Si como lo oyes, ese bastardo…

—Lenguaje.

—…se enamoró de mi —continuó Theo haciendo caso omiso a sus palabras—. Es más, ni siquiera debería estar trabajando aquí, incluso, creo que deberían de internarlo porque eso de enamorarse de un interno y querer ayudarlo no son cosas de un poli que trabaja aquí. ¿Sabes por qué le dispare? Porque se lo merecía, yo no necesitaba ayuda de él, todo este asunto de mis irritaciones y mi comportamiento verbal ha sido gracias a él. ¡A él y sus malditas ganas de ayudarme!

Y así era como comenzaba: la ira, aquel sitio en el cual juro nunca volver, el lugar donde no volvería a explotar o las cosas se saldrían de control, ya todo le estaba importando un maldito comino a Theo, era su manera de expresar todo lo que le oprimía el pecho en ese instante.

—Si Jordan Parrish esta muerto se lo merece porque no sabe dividir lo que es su vida personal a lo que es su trabajo. Pero si sigue vivo, sugiero que lo mejor que hagan tanto el director de este asqueroso sitio y sus malditos guardias que lo único que quieren es que uno se quede aquí de manera indefinida y sin liberarse es que apresen a Jordan o lo despidan, a fin de cuentas esto se lo gana por meter sus narices en donde no lo llamaron.

Natalie no se expreso en ningún momento, al contrario estaba escribiendo sobre una hoja por lo cual Theo no sabía siquiera que escribía en ella. Si no fuera porque tenía las manos esposadas lanzaría todos los papeles al suelo y gritaría, gritaría hasta que lo volvieran a golpear y lo regresaran con Stiles.

─ ¿Estás seguro que esto no implica un poco a Stiles Stilinski? Según lo que vimos en las grabaciones él estaba volviendo por ti, sin mencionar que a ambos los encontraron juntos —dijo Natalie sin darle mucha importancia.

— ¿¡Y a usted que mierda le importa lo que dijo Stiles!? ¿¡O lo que hicimos!? Esas son cosas de nosotros dos, ni de nadie más —Gritó y por primera vez en lo que estaba durante ese sitio la mujer abrió la boca sorprendida, como si hubiese visto un fantasma. Su semblante volvió a la normalidad y Theo pudo observar como su mirada se quedaba en la de Robert.

—Llévalo de vuelta al confinamiento solitario, creo que hay muchas cosas que hay que hablar con el director —ordenó Natalie.

El cuerpo de Theo fue levantado y antes de que cruzara la puerta se dio una última vuelta para ver a su psicóloga a los ojos.

—Eso, ahora ocúlteme cosas. Créame que puedo incluso revelar su maldito secreto, Natalie —amenazó mientras que una sonrisa se dibujaba en sus labios.

— ¡Lléveselo! —grito la doctora.

Y acto seguido el cuerpo de Theo fue empujado fuera de la oficina mientras que una risa salía de sus labios, una risa que no era propia de él, una risa casi similar a la de Stiles.

Insane [Stheo/Steo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora