Primer día sin Derek, es aburrido, ver televisión con Lucas y buscarlo por toda la casa cuando no lo escuchaba.
Me senté en el sofá y tomé el periódico, últimamente Derek salia mucho en el, y me enteraba de cosas que ni yo sabía.
Como ahora.
"¿Será la novia de Derek? últimamente se le ha visto salir mucho con esta chica, su nombre es Lucy Well, y es su asistente y quizás también su novia".
Y al final una foto de ellos dos saliendo de un restaurante.
Gruñi dejando el periódico encima de la mesa, su novia, su estúpida novia ¡Yo soy su novia!
El teléfono comenzó a sonar en la cocina, me levanté para ir a buscarlo, Lucas caminaba de aquí para allá con juguetes en las manos.
Descolgué el teléfono.
— Hola, nena.
— Hola bebé ¿Como te esta yendo?
— De lo mejor, estoy a punto de firmar para la empresa.
— Vayaa. — Alargué. — Felicidades.
— ¿Donde esta mi pequeño campeón?
— Ya va, te lo pongo.
Coloqué el teléfono en el oído de Lucas. El escuchaba atento haciendo muecas raras y tratando de alejarse. Me reí, cuando Lucas sonrió como si entendía lo que decía Derek.
Lucas salió corriendo y dejo el teléfono.
— Ya no te quiere. — Le dije. — Se fue.
— Volverá. — Dijo arrogante.
— Uff, por favor, es tu hijo no una conquista.
— Vale, entonces, dile que papi esta triste.
— Esta bien, ¿Y que haces ahora?
Hubo un silencio de unos minutos, podía escuchar alguien hablando con Derek, el respondió con un simple "Ok".
— Nena, tengo que colgar, ¿Te llamo en la noche?
— Esta bien.
— Te amo.
— Yo más. — Dije.
Suspiré y colgué el teléfono, fui hasta la cocina y me hice de comer, Lucas miraba la televisión parada al lado de la mesa.
El timbré sonó por toda la casa, me acerque a la puerta y deje el sándwich sobre la mesa.
Abrí la puerta.
— ¡Hola mejor amiga!
— Hola Lana — La abrace.
— Que calor hace ¿No crees? — Dijo ella cerrando la puerta.
Caminé devuelta a la sala Y encontré a Lucas comiendo lo que había en medio de mi sándwich.
— ¡Lucas! no. — le quite el plato y lo lleve a la cocina.
— Ven a ver que traje. — Colocó una revista de bodas encima de la mesa. — Vas ayudarme a elegir mi vestido.
Me senté en el taburete y abrí la revista, habían vestidos hermosos, tanto que me había ilusionado con al boda perfecta.
— Están todos hermosos — dije pasando página y seguir admirando los vestidos.
— Si, esa es la parte complicada, no puedo elegir uno solo.
— A ver, imagina tu boda, ¿Con que vestido te ves entrando?