Capítulo Once.

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Derek tenía su cabeza entre mis pechos desnudos, acaricié su cabello con mi dedos, la habitación estaba totalmente oscura.

— ¿Ya estas embarazada? — Me preguntó.

— No lo sé, tal vez ¿Por que preguntas eso?

— Por que quiero que lo estés.

— ¿Porqué?

— Porque... — Suspiró. — Porque esta vez quiero estar ahí, quiero ir contigo a tus chequeos, quiero complacer tus antojos, sentir su primera patada en tu crecido vientre, quiero sentirlo, quiero vivir esa parte, la que no pude con Lucas.

Sonreí y recé en mi interior estar embarazada otra vez, ¡Dios! había sido tan tierno, que las ganas de llorar no me faltaban.

— Cuando despertemos en la mañana, voy a decirtelo.

— Ahora estoy muy ansioso.

— Ahora vas a dormir. — Bostecé, estaba realmente cansada.

***

Entré en la farmacia que estaba cerca de casa, odiaba comprar este tipo de cosas, pero tenía que hacerlo, por Derek.

Busqué entre los pasillos un test de embarazado, y leí las etiquetas de algunos buscando el mejor, creo.

Al final compré el mas decorado con diseños rosas, pues era complicado elegir uno y me aguanté la mirada de la cajera, si, aún soy mejor de edad.

Pero solo falta una semana para que eso cambie.

Llegué a casa y saqué de la bolsa el test y lo miré leyendo las instrucciones, nunca había utilizado esta cosa.

— ¿Ya lo tienes? — Derek apareció a mi lado quitandome el envoltorio.

— Si, lo tenía, tu debiste ir a comprarlo. — Caminé hasta la cocina y tomé un baso de agua.

— Si como no. — Me siguió. — ¿Y ahora como se usa?

Levanté una ceja y reí. — No tengo ganas de hacer pis.

Derek frunció el seño y al pareces entendió la indirecta, porqué llenó mi baso de agua otra vez.

— Bebe hasta que te den ganas.

— Ya no tengo sed, ¿Podemos esperar hasta que quiera hacer pis?

— ¿Esperar? — Parecía frustrado.

— Si, podemos ver una pelicula o quizás ir al parque. — Dije dulcemente.

— ¡Me estas haciendo sufrir! — Llevó una mano a su corazón y fingió dolor.

Negué con la cabeza y lo llevé hasta el sofá, cargué a Lucas y lo senté en mis piernas.

Pusimos una pelicula de barney, donde el único emocionado era Lucas.

Derek se quedó dormido a mitad de la pelicula y yo me estaba aburriendo mucho.

Vamos, amiguitos, bailen con nosotros. — Dijo el enorme dinosaurio morado en la pantalla, Lucas se paró de mis brazos y comenzó a saltar por todo el lugar.

Reí y miré a Derek aun dormido.

— ¡Derek despierta! — Lo removí varias veces.

— ¿Ya quieres hacer pis? — Dijo rápidamente con los ojos cerrados.

— No, quizás deberíamos ir al parque, eso estaría bien. — Sonreí. 

— Hmm, ¿Ahora?

— Quizás me den ganas de hacer pis en el camino.

— ¡Vamos todos al parque! — Se levantó rápidamente del sofá y cargó a Lucas llevandolo hasta la puerta y salir de la casa.

Negué con la cabeza y tomé mi bolso, salí de la casa y entré en el copiloto del auto. 

Derek nos llevó al parque de diversiones, que estaba algo alejado de la ciudad.

Solo entramos en los caballitos y otro juegos infantiles donde si entraba Lucas.

Me sentía mareada, los juegos de niños suelen dar muchas vueltas y nada de diversión.

— ¿Te sientes bien? — Me preguntó Derek.

— Si, creo que voy hacer pis.

— Vamos. El baño. Corre. — Derek Jaló mi brazo.

— ¿Porque corremos? — Realmente no corriamos del todo, pero se le notaba apurado.

— Porque quizás se te quiten las ganas.

— ¡Tienes que estar bromeando!

Entré el cubiculo azul, y lo cerré, suspiré y saqué el test del bolso, y miré como tenía que usarlo.

— ¿Ya? — Preguntó Derek desde fuera.

— ¡No puedo creer que esta haciendo esto! ¡Y en un baño público!

— Es mejor que nada ¿Que querías? ¿Hacer pis en los pantalones?

— ¿Quieres callarte? me estas poniendo nerviosa.

— Yo si creo que estas embarazada, ya te estás poniendo histerica.

— Tal vez.

— ¿Ya terminaste? — Se escuchaba ansioso.

— No, estoy bajandome los pantalones.

— ¡No inventes! Llevas tres horas ahí adentro.

Reí.

— No seas exagerado, se me ha atorado el ziper.

— ¿Quieres que entre y te ayude?

— No, ya lo tengo, eso es, estoy bajandome los pantalones, y mis bragas son negras. — Dije para tentarlo y aguanté la risa para parecer mas seductora.

— Oh bebé, Lucas esta aquí, no vayas a tentarme.

— ¡Ya lo hice!

— ¿Ya? ¿Ya? ¿Que ha dado?

Sonreí por la emoción que se escuchaba en su voz. Miré el test aún en blanco.

— Tenemos que esperar diez minutos.


Mi vida con Ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora