Derek tenía su cabeza entre mis pechos desnudos, acaricié su cabello con mi dedos, la habitación estaba totalmente oscura.
— ¿Ya estas embarazada? — Me preguntó.
— No lo sé, tal vez ¿Por que preguntas eso?
— Por que quiero que lo estés.
— ¿Porqué?
— Porque... — Suspiró. — Porque esta vez quiero estar ahí, quiero ir contigo a tus chequeos, quiero complacer tus antojos, sentir su primera patada en tu crecido vientre, quiero sentirlo, quiero vivir esa parte, la que no pude con Lucas.
Sonreí y recé en mi interior estar embarazada otra vez, ¡Dios! había sido tan tierno, que las ganas de llorar no me faltaban.
— Cuando despertemos en la mañana, voy a decirtelo.
— Ahora estoy muy ansioso.
— Ahora vas a dormir. — Bostecé, estaba realmente cansada.
***
Entré en la farmacia que estaba cerca de casa, odiaba comprar este tipo de cosas, pero tenía que hacerlo, por Derek.
Busqué entre los pasillos un test de embarazado, y leí las etiquetas de algunos buscando el mejor, creo.
Al final compré el mas decorado con diseños rosas, pues era complicado elegir uno y me aguanté la mirada de la cajera, si, aún soy mejor de edad.
Pero solo falta una semana para que eso cambie.
Llegué a casa y saqué de la bolsa el test y lo miré leyendo las instrucciones, nunca había utilizado esta cosa.
— ¿Ya lo tienes? — Derek apareció a mi lado quitandome el envoltorio.
— Si, lo tenía, tu debiste ir a comprarlo. — Caminé hasta la cocina y tomé un baso de agua.
— Si como no. — Me siguió. — ¿Y ahora como se usa?
Levanté una ceja y reí. — No tengo ganas de hacer pis.
Derek frunció el seño y al pareces entendió la indirecta, porqué llenó mi baso de agua otra vez.
— Bebe hasta que te den ganas.
— Ya no tengo sed, ¿Podemos esperar hasta que quiera hacer pis?
— ¿Esperar? — Parecía frustrado.
— Si, podemos ver una pelicula o quizás ir al parque. — Dije dulcemente.
— ¡Me estas haciendo sufrir! — Llevó una mano a su corazón y fingió dolor.
Negué con la cabeza y lo llevé hasta el sofá, cargué a Lucas y lo senté en mis piernas.
Pusimos una pelicula de barney, donde el único emocionado era Lucas.
Derek se quedó dormido a mitad de la pelicula y yo me estaba aburriendo mucho.
— Vamos, amiguitos, bailen con nosotros. — Dijo el enorme dinosaurio morado en la pantalla, Lucas se paró de mis brazos y comenzó a saltar por todo el lugar.
Reí y miré a Derek aun dormido.
— ¡Derek despierta! — Lo removí varias veces.
— ¿Ya quieres hacer pis? — Dijo rápidamente con los ojos cerrados.
— No, quizás deberíamos ir al parque, eso estaría bien. — Sonreí.
— Hmm, ¿Ahora?
— Quizás me den ganas de hacer pis en el camino.
— ¡Vamos todos al parque! — Se levantó rápidamente del sofá y cargó a Lucas llevandolo hasta la puerta y salir de la casa.
Negué con la cabeza y tomé mi bolso, salí de la casa y entré en el copiloto del auto.
Derek nos llevó al parque de diversiones, que estaba algo alejado de la ciudad.
Solo entramos en los caballitos y otro juegos infantiles donde si entraba Lucas.
Me sentía mareada, los juegos de niños suelen dar muchas vueltas y nada de diversión.
— ¿Te sientes bien? — Me preguntó Derek.
— Si, creo que voy hacer pis.
— Vamos. El baño. Corre. — Derek Jaló mi brazo.
— ¿Porque corremos? — Realmente no corriamos del todo, pero se le notaba apurado.
— Porque quizás se te quiten las ganas.
— ¡Tienes que estar bromeando!
Entré el cubiculo azul, y lo cerré, suspiré y saqué el test del bolso, y miré como tenía que usarlo.
— ¿Ya? — Preguntó Derek desde fuera.
— ¡No puedo creer que esta haciendo esto! ¡Y en un baño público!
— Es mejor que nada ¿Que querías? ¿Hacer pis en los pantalones?
— ¿Quieres callarte? me estas poniendo nerviosa.
— Yo si creo que estas embarazada, ya te estás poniendo histerica.
— Tal vez.
— ¿Ya terminaste? — Se escuchaba ansioso.
— No, estoy bajandome los pantalones.
— ¡No inventes! Llevas tres horas ahí adentro.
Reí.
— No seas exagerado, se me ha atorado el ziper.
— ¿Quieres que entre y te ayude?
— No, ya lo tengo, eso es, estoy bajandome los pantalones, y mis bragas son negras. — Dije para tentarlo y aguanté la risa para parecer mas seductora.
— Oh bebé, Lucas esta aquí, no vayas a tentarme.
— ¡Ya lo hice!
— ¿Ya? ¿Ya? ¿Que ha dado?
Sonreí por la emoción que se escuchaba en su voz. Miré el test aún en blanco.
— Tenemos que esperar diez minutos.