Derek.-
Me había obligado, ella me había obligado a ir a su salida con Matt, hasta llamó a mi madre para que se quedara con Lucas.
No se que tramaba, pero iba a ir, conocería este tal Matt.
Me vestí con camisa y pantalones, pasé una mano por mi cabello y listo.
Mi teléfono comenzó a sonar y sonreí cuando ví el nombre Emily, la linda vecina.
— Hola ¿Derek?
— Soy yo ¿Ya lo tienes?
— Si lo he encontrado y te lo he enviado ya, mañana temprano llegará.
— Gracias, te lo debo, Emily.
— Esta bien, no importa.
— Igual, gracias.
Colgué el teléfono y lo guardé en mi bolsillo, sonreí todo iba a salir perfecto.
— Derek, ya vámonos.
Escuché la voz de Lia y salí de la habitación, allá voy, a conocer ese tal Matt.
***
Entramos en el bar que Lia me había dicho, estaba lleno de personas. Lia jaló mi brazo llevándome a una mesa donde había un chico sentando fumando un cigarrillo.
Lia besó su mejilla y yo solo le dí un simple apretón de mano.
— El es Derek. — Lia le habló a el. — Y el es Matt. — Me dijo señalando el chico.
Los tres nos sentamos en la mesa, el sujeto era extraño, llevaba lentes de sol y estaba en un bar a mitad de la noche, chaqueta negra y un cigarrillo.
¿Estos son los amigos de Lia?
— Así que... — Lia rompió el incomodo silencio que se estaba formando. — ¿Quieren dejar de mirarse mal? Me ponen muy nerviosa.
No nos mirábamos mal, simplemente nos desafiamos con las miradas.
Lia suspiró y se paró de la mesa.
— Iré al baño, y espero que arreglen esto cuando vuelva, son unos inmaduros.
Ella desapareció entre la gente, miré todo el lugar y recordé cuando yo era uno de estos chicos, cuando me acostaba con una chica diferente cada vez.
Realmente la vida te cambia.
— Le gustan las margaritas. — Dije.
— Lo sé. — El explusó el humo de su boca.
— Odia el color rojo.
— Ya me lo dijo. — Encogió los hombros. — Y realmente no sé que pasa por su casa ya que su cabello es rojo.
— Vamos a casarnos.
— Ya me ha invitado a la boda.
— ¿Por qué te gusta Lia? — Gruñi.
— Nunca he dicho que me guste, solo es mi amiga.
— ¿Que mierda escondes? ¿Porque Lia?
— Porque es la única chica que me habla.
— No se cual es tu problema, pero aléjate de ella.
— Tranquilo, toda tuya, igual voy a morir pronto.
Fruncí el seño ¿A que estaba jugando?
— ¿A que te refieres?
— A que voy a morir, preguntas porque Lia, y yo te respondí porque es la única chica que me habla, y lo hace porque no me conoce del todo, y por eso me gusta salir con ella, y además porque es la única que se emociona por cada estúpides que hago, ¿Haz oido eso de hacer una lista de las cosas que quieres hacer antes de morir? — Asentí. — Pues yo he creado una, y me propuse a nunca hacer solo nada de lo que estaba allí, y entonces Lia se mudó al frente como si fuera mi ángel guardián.