— Ha dado negativo.
— No, ¿Enserio? — Preguntó Derek algo decepcionado.
— Si, enserio. — Salí del cubículo y le mostré el test.
— Creo que debemos seguir intentándolo. — Me guiño el ojo.
— Si claro, ahora vayamos por helado.
No sé como me sentía, pero sé que no estaba feliz, tampoco estaba desilusionada o algo así.
Lo hemos intentado toda la semana, todas las noches en la habitación. Aunque no he vuelto hacerme el test otra vez, seguíamos intentado todos los día.
***
Tecleé en la computadora los nombres de los invitados, no eran muchos pero si los suficientes.
La puerta se abrió donde entró Lana muy emocionada.
— ¿Qué? — Pregunté.
— Adivina que tengo. — Sonrió y saco un sobre blanco de su bolso. Abrí los ojos y me paré de mi asiento arrebatándole el sobre.
— Oh vaya. — Lo abrí. — ¡Dios! Esta hermosa ¿Donde la hiciste?
— Oh por ahí en una tienda, cuando vayas hacer las tuyas, te llevaré.
— Gracias, estoy emocionada, tengo que comprarme un vestido.
— No te preocupes, eres mi dama de honor.
Mordí mi labio y la abracé, estuve esperando por mucho tiempo a que dijera eso.
— Gracias, gracias.
— Eres mi mejor amiga ¿Crees que no te iba a poner? Hablando y hablando, mañana ya es tu cumpleaños ¿Que esta planeando Derek?
— Si lo supiera, te lo dijera. — Suspiré. — Se ha comportado extrañamente toda la semana.
— ¿Extraño como?
— Bueno por ejemplo, el miércoles cuando llegué a casa, entré en la cocina mientras el hablaba por teléfono, cuando me vió colgó rápidamente y se fue sin decir nada.
— Ok, eso si es extraño. — Dijo. — ¿Y que hay del embarazo?
— Ojala ya tuviera uno, Derek me pone muy nerviosa cada vez que pregunta si ya estoy o no.
— No te veo muy feliz de tener otro bebé.
— Porque... — Suspiré. — No quiero, pero si quiero.
— Explícate por favor, en español.
— Creo que vamos muy rápido, apenas mañana cumpliré los dieciocho, y tuvimos a Lucas por equivocación, Y... vamos muy rápido, pero también quiero darle lo yo tuve y él no, él quiere vivir esa parte, pero no estoy segura si ahora es tiempo.
— Estas niñas adolescentes de ahora son tan complicadas, nunca se deciden. — Suspiró Lana y fruncí el seño, ella solo me llevaba un año.
— ¡Oye! — Me quejé.
— Es que eres complicada Lia, decídete alguna vez, o es Matt o Derek, o embaraza o no embarazada, porque estoy muy segura que no quieres quedar embarazada es por lo que vaya a pensar Matt luego.
La ignoré, si la ignoré, porque de alguna forma u otra tenía toda la razón.
Torcí los ojos.
— Y... ¿Cuando buscaremos el vestido?
— No lo sé, cuando tu te decidas me avisas. — Gruñó Lana y salió de l oficina.
Grité en mi interior y golpeé mi cabeza con la mesa, ¿Como podía ser tan estúpida?