La última noche de verano en el pueblo de Hanei. Aparece el cuerpo de Sally Johnson delante de sus amigos.
Un cuerpo, un misterio. Un grupo de amigos que intentan descubrir quién mató a su amiga.
Pero ninguno de ellos está a salvo. Todos esconden un...
Iba caminando por el bosque, por el mismo camino que recorrí cuando estuve buscando a Sally, y esta vez alguien me tocó el hombro. Me giré y la vi allí, a mi mejor amiga, viva.
—¡Sally! —Le dije con una sonrisa en la cara.
Pero ella no expresaba ningún gesto de alegría, todo lo contrario, expresaba un gesto de tristeza.
—¿Como has podido hacerme esto? —Me pregunto. —Creía que eras mi mejor amiga.
Entonces ella empezó a alejarse, yo intentaba seguirla pero no avanzaba, intentaba correr más pero me quedaba quieta en el sitio. Entonces grite.
Me desperté de golpe, sudando y con los ojos algo húmedos. Había sido un sueño, más bien una pesadilla, una pesadilla que no podría quitármela de la cabeza.
Hoy comenzaban las clases en el nuevo curso de Hanei. Me levante con desgana de la cama, apenas tenía fuerzas y apetito. Me vestí con lo primero que cogí y me arregle un poco el pelo, me maquille un poco para que la gente no viera como me sentía en realidad y me dirigí al comedor. Mi madre estaba ahí, haciendo el desayuno.
—Buenos días Jacqueline. —Me dijo mi madre.
—Mama, te he dicho que no me gusta que me llames por mi nombre. —Le dije algo enfadada.
—Tú nombre es precioso. —Dijo ella.
Puse los ojos en blanco y me limité a beberme el café y a comerme las tostadas.
—¿Que tal anoche? —Me pregunto.
Casi me atraganto con la tostada que tenía en la boca pero lo disimule.
—Bien... estuvo bien. —Le mentí.
—¿Y que tal con Dave?
—Mama...
—¿Que pasa? Solo estaba preguntado a ver si había pasado algo.
Mi madre me pilló que estaba enamorada de Dave desde hace años. Y desde entonces siempre me pregunta a ver qué tal con el.
Se oyó una bocina desde fuera, cogí mi mochila, di dos besos y salí corriendo. Allí estaba Dave, esperándome en el coche. Me monte y los dos nos dimos un beso en la mejilla.
—¿Que tal estas? —Me pregunto.
Negué con la cabeza, las lágrimas estaban apuntó de salir pero no las deje salir. No quería ponerme a llorar de nuevo.
Dave arrancó y nos dirigimos hacia el instituto de Hanei.
—Sally... —Comencé a decir. —He soñado con ella.
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