DE VUELTA

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CAPÍTULO TREINTA

Han pasado dos meses, dos meses en los que no me he movido de casa y he podido recapacitar.

Mi madre entendió mi situación, le dije que entre en depresión después de lo de la boda y me creyó.

Dan y los demás policías aún siguen investigando sobre quién robo los archivos del caso de Sally. Me interrogaron más de una vez, pero no me sacaron nada.

En dos meses no he recibido ningún mensaje del asesino, ni tampoco de mis amigos, les dije que quería tiempo y espacio para recuperarme y fueron fieles a mi.

Pasaba algunas tardes con mi hermano Josh jugando a la play y viendo algunas películas, él era el único que me levantaba el animo y me animaba a seguir con esto.

Pensé en suicidarme, si. Pero después pensé en todas las personas que me quieren, me respetan e intentan sacarme una sonrisa cuando pueden, y no quería hacerles daño solo porque un loco me haya violado y me haya dejado destrozada por todo lo ha hecho. No, no voy a darle ese gusto de verme rendirme.

Fui a darme una ducha después de estar un buen rato mirando por la ventana y contando todos los coches azules que pasaban, lo hacía con mi padre cuando era pequeña.

Entre en la ducha y abrí el grifo del agua fría, me relajaba más.

Estos meses también he estado con Tom, me contaba como era verse a escondidas con Bianca y que él creía que ya era hora de dar el paso y hacer pública su relación.

Salí de la ducha y me seque, me puse ropa limpia y salí de casa.

Por fin respiraba aire puro, fresco, y oía a los pájaros cantar. Aunque tenía miedo, miedo de encontrarme con Bennett por la calle.

Al mes de estar en casa encerrada mi coche apareció en mi garaje, supongo que Bennett lo repararía.

Monte en el coche y me encaminé directa al sitio donde más ganas tenía de ir, a casa de Jason.

Aparque un poco más atrás que su casa porque quería darle una sorpresa. Fui a escondidas hasta debajo de su ventana y cogí un puñado de piedras en la mano y empecé a tirarlas de una en una a su ventana.

En seguida Jason se asomó y me vio. En sus labios se dibujó una sonrisa.

-Normalmente eso suele ser al revés. -Me dijo.

-Si quieres lo hacemos al revés. -Le dije.

-Sube anda

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-Sube anda. -Me dijo tirándome la llave por la ventana.

Entre en su casa y vi que todo estaba impecable, no me lo esperaba así. Subí hasta su cuarto y entre. Pero el no estaba.

-¿Jason? -Le llame.

Entre en un poco más, esto no me estaba gustando.

Entonces alguien empezó a acariciarme los brazos.

¿Quién mató a Sally Johnson?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora