La última noche de verano en el pueblo de Hanei. Aparece el cuerpo de Sally Johnson delante de sus amigos.
Un cuerpo, un misterio. Un grupo de amigos que intentan descubrir quién mató a su amiga.
Pero ninguno de ellos está a salvo. Todos esconden un...
—¿Andy? ¿Que quieres decir con eso? —Pregunto mi hermano Josh poniéndose a mi lado.
—Yo...
—Andy, si sabes algo que nosotros no sabemos por favor, cuéntanoslo. —Me dijo Dan.
—Yo no...
—Andy, tienes que ayudarnos, si tú y tus amigos sabéis algo del tema...
Empecé a llorar. Estaba rompiéndome por dentro. Sin querer había pronunciado las palabras prohibidas. Sabía que el detective Watson me ayudaría si se lo contaba pero no sabía lo que hacer.
Asentí con la cabeza. Estaba dispuesta a contarle la verdad a Dan.
El me ayudó a sentarme en el sofá y mi hermano y mi madre se sentaron también, Tom se sentó al igual que nosotros por qué no entendía lo que estaba pasando.
—La noche que Sally murió... —Se me hizo un nudo en la garganta. —Aquella noche... estábamos Keenan, Jason, Sally, Dave y yo al rededor de una hoguera, mirando las estrellas y aprovechando el último día del verano... de pronto Bianca apareció y bueno, Sally y ella discutieron, no se llevaban nada bien.
Hice una pausa. Ahora mismo me sentía culpable por haberlo contado, pero también sentía que estaba haciendo lo correcto.
—Después Bianca se marchó y Sally se puso a gritar diciendo que la odiaba y cosas así, así que se adentró en el bosque. Estaba muy enfadada por lo que pensamos que lo mejor sería dejarla sola para que se calmara pero... los minutos pasaron y ella no volvía. Yo entre sola en el bosque para buscarla, tal vez quería hablar a solas conmigo... no se. La estuve buscando pero no había ni rastro de ella. Hasta que...
—¿Hasta que...? —Me pregunto Dan.
—Hasta que oí un grito. Corrí hacia la voz y me encontré con Jason y después con Dave y Keenan. Se habían metido en el bosque nada más escuchar el grito. Yo me agobie y tuve que sentarme mientras que Jason corría hacia la hoguera a por mi inhalador. Después Keenan... la encontró. Pero ya era demasiado tarde. Estaba muerta. Su cuerpo estaba en las orillas del río.
No puede evitar llorar.
—Entonces apareció Bianca porque escucho el grito antes de irse. Y nos dijo que teníamos que irnos de allí.
—¿Y le hicisteis caso? —Me pregunto mi madre.
—Si, en ese momento no pensaba en nada, no podía dejar de ver el cuerpo de mi mejor amiga allí, sin vida. Así que nos marchamos.
—Cariño... podrías habérmelo contado...
—No pude mama.
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—Te entiendo Andy. Y lo que acabas de decir nos ha servido de mucha ayuda. Gracias.
Dan se levanto y se dirigió a la puerta. Mi madre salió detrás de el.
