LA CENA

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CAPÍTULO ONCE

Cuando llegue a casa después de haber hablado con la madre de Sally decidí hablar con mi madre.

—Mama. ¿Podemos hablar? —Le pregunte.

Ella se imaginó que quería hablar con ella por privado por lo que no le dijo a Dan que viniera.

—¿Ocurre algo? —Me preguntó.

—¿Has hablado alguna vez con la madre de Sally desde que me fui? —Si. Quise ser directa.

Mi madre cogió aire y después lo soltó haciendo mucho ruido.

—Quede con ella un par de veces, ya sabes, para no romper nuestra amistad pero después... ella apenas salía de casa. A veces me la encontraba en el centro comercial y siempre que me acercaba a ella me preguntaba por ti.

—¿Por mi? —Pregunte algo extraña.

Mi madre me agarro de la mano y me llevo a la parte más alejada de la casa, para que Dan no nos escuchara

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Mi madre me agarro de la mano y me llevo a la parte más alejada de la casa, para que Dan no nos escuchara.

—Siempre me preguntaba qué tal estabas y si te iba bien con los amigos. Hasta que un día...

—¿Hasta que un día que mama?

—Un día la vi en una tienda para ropa joven, donde comprabais Sally y tú, y decidí acercarme a ella. Y cuando empecé a hablar con ella me dijo que estaba comprando ropa para Sally y para ti, por que esa tienda es vuestra favorita.

—Antes me ha dicho que aún la ve en su jardín.

—Esa mujer necesita ayuda Andy, lleva dos años así.

—¿Y su marido? El padre de Sally.

—¿No lo sabes? —Hizo una pausa. —Cuando Sally murió ellos no podían aguantar más, no podían vivir sin ella por lo que el padre se marchó. Se fue del pueblo y nadie más supo de él.

—¿Y es así por qué está la señora Johnson?

—Supongo que estará así por qué su marido la abandonó y porque su hija se marchó.

Una pequeña lágrima recorrió mi mejilla hasta caer al suelo, la historia de la madre de mi difunta mejor amiga era muy triste.

—Espero que ahora entiendas todo lo que significáis los hijos para los padres, no sabría qué hacer si te pasara algo Andy.

Abrace a mi madre. Era lo menos que podía hacer.

—¿Cenas con nosotros? —Me preguntó ella cuando nos separamos.

—He quedado con mis viejos amigos, ya sabes, para recordad viejos tiempos. Espero que no importe.

—Claro que no cielo, aún tenemos tiempo. —Me dijo ella con una gran sonrisa.

Decidí ir a mi cuarto para cambiarme. Cuando entre, vi que todo seguía igual de que cuando me marché. Ahí estaban los libros del último año del instituto, el ordenador, los bolígrafos gastados pero que me traían muchos recuerdos, mis libros para leer... hasta incluso las estrellas pegadas en el techo.

¿Quién mató a Sally Johnson?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora