Empieza el plan

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Me desperté con un gran pesar en la cabeza. Me había dormido demasiado tensa y había amanecido igual. Cuando me levanté, me dí cuenta de que Jack y Elsa tenían cogidas las manos, y eso me sorprendió gratamente. Algo había pasado por la noche y de lo que no me había enterado. Sin embargo, eso no me importaba, puesto que había terminado bien.

Faltaba media hora para que sonara el despertador, así que los dejé dormir un poco más. Me dirigí a la cocina a tomar algo para desayunar. En ese momento, cuando iba a salir de la habitación, escuché como el crujido del viejo suelo. Eso hizo que me pusiera en alerta, porque puede que nos hubieran encontrado los de Gamma.

Me acerqué sigilosamente, agachándome de tal forma que no pudiera verme debido al sofá que me tapaba el cuerpo. No sabía si atacar de forma rápida o asegurarme de que fuera el enemigo. Sin embargo, la paranoia en la que llevaba varios meses me nublaba la conciencia.

  — Primero, asegúrate de saber el sitio preciso en el que está y luego atacas sin pensarlo dos veces. — intenté razonar conmigo misma.

Poco a poco, fui sacando mi rostro de tal forma que me diera una buena vista de mi objetivo, aunque sin dejarme ver por el intruso con facilidad. Mis ojos enfocaron lentamente la figura de esa persona. Me levanté rápidamente y un poco molesta cuando me di cuenta que era Oliver el que se encontraba en la cocina.

   — No deberías ser tan sigiloso. Casi acabas siendo un pinchito por mi culpa. — expresé mientras que me ponía de pie.

   — Si no hubiera sido silencioso también te hubieras quejado de que hago mucho ruido, ¿Nunca estás contenta? — respondió de mal humor. Cuando se dio la vuelta para mirarme, observé que tenía un gran moratón morado debajo de su ojo izquierdo, demás de estar pálido y con ojeras. Parecía débil.

   — ¿Qué te ha ocurrido?  — pregunté preocupada mientas que me acercaba para mirarle con mayor detenimiento la herida. Sin embargo, él me apartó con un poco de brusquedad.

   — Me tropecé en las escaleras cuando subía hoy en la madrugada. No había luz y no veía nada, además de que tuve la mala suerte de darme un golpe en la cabeza. Sin embargo, no duele y parece ser más de lo que de verdad es.

  — ¿A dónde fuiste? — volví a preguntar. Pensé que dentro de poco se molestaría ya por tantas preguntas y dejaría de responderme o me diría algún borderío. Lo raro es que lo veía diferente...¿Deprimido? ¿Apenado? ¿Dolorido? No lo sabía con certeza. Era una persona muy compleja.

   — Eso no te incumbe — suspiró con un poco de impaciencia. Después hizo una pausa, como si reflexionando algo.  — He conseguido varias pistolas, para que el rescate sea más fácil. No sabemos lo que nos encontraremos allí.

   — ¿Tampoco me vas a contar de dónde las has sacado?  — inquirí, arqueando una de mis cejas. Él me lo negó y se fue para su habitación. No me gustaba tanto secreto y menos con un tema tan serio. Se supone que éramos un equipo y sólo nos teníamos los unos a los otros pero si se empieza a resquebrajar poco a poco habrá un momento en el que seamos demasiado vulnerables, una presa fácil de Gamma. Además. debía pensar de buena manera de Oliver, pero hacía cosas que me hacían desconfiar en algunos aspectos. Era algo horrible después de que nos ayudara hace varias semanas, pero era puro instinto de supervivencia.

Desayuné sola y en silencio, perdida en mis múltiples pensamientos. Gracias al despertador, volví a la realidad y fueron saliendo uno por uno mis amigos, medio adormilados. Les conté todo lo que había pasado cuando yo me había levantado. Al terminar mi relato, cada uno dio su opinión, menos yo.

  — Yo sigo confiando en él— comentó Elsa con determinación—Él es uno de nosotros y nos salvó en lo del cine. Si empezamos a desconfiar de los demás ¿Qué nos queda entonces?

  —Yo pienso como Elsa  — corroboró Caleb, ganándose así una tímida sonrisa de la pequeña.

  — Pues a mi ésto me parece muy raro. Sin embargo, no hay pruebas que lo conviertan en alguien al que haya que temer como enemigo. Yo, aún así, estaré atento.— expresó Jack, pensativo. Yo estaba de acuerdo con él. Ahora tocaba pensar en salvar a nuestros compañeros.

Oliver salió unos diez minutos después de tener nosotros la conversación. No sabía si la había escuchado, aunque no era lo que me importaba en ese momento. Ya iba completamente vestido y listo para la misión. 

Nosotros nos vestimos lo más cómodos posible por si se realizaban alguna lucha cuerpo a cuerpo. Después nos enseñó las pistolas, que eran revólveres pequeños, fáciles de llevar escondidos.

Al parecer, Oliver había alquilado un coche para poder ir hacia el lugar donde estaban los demás. Lo había pensado ya todo, haciéndose ver lo organizado que era. Ninguno habló durante el viaje, tal vez porque nos estábamos mentalizando para la misión de rescate. Poco a poco, el paisaje se hacía cada vez más frío y deshabitado, aunque con unos grandes bosques preciosos. Paramos en medio de uno de ellos, lleno de abedules cubiertos de blanca nieve. Me sentía tranquila, tal vez porque siempre había vivido entre nieve e hielo. Incluso puede que parte de mí fuera de ese elemento.

  — Al menos tienes bastante poder en este campo.  — me susurró Caleb, admirando la altura de los árboles.

Andamos sigilosamente alrededor de media hora, guiados por Oliver. Sólo se escuchaban algún movimiento de pequeños animales y de las hojas de los grandes árboles. Finalmente, vislumbramos un gran complejo, que se encontraba en una zona llana, al lado de unas pequeñas colinas. Era extraño que no lo hubiese visto nadie antes aunque, viendo la zona de difícil acceso en la que se encontraba, poca gente habría llegado a tal lugar. 

Estaba formado por dos grandes edificios diferentes, parecidos a almacenes industriales. En apariencia parecía un lugar abandonado, incluso tenía un toque fantasmal. Eran completamente grises, cubiertos de nieve y en los que lo único que se escuchaba era el rugir del viento. Me pareció ver algo parecido a una lápida situaba abajo de la colina, aunque supuse que me lo estaba imaginando, puesto que ese lugar me estaba poniendo los pelos de punta. Incluso Elsa iba agarrada del brazo de Caleb, además de que parecía que también la necesitaba a su lado porque parecía muy tenso.

  — ¿Os acordáis del plan? Uno de los equipos entrará en uno de los edificios, mientra que el otro lo hará en el segundo que hay. Si os encontráis en peligro y necesitáis que el otro equipo vaya a vuestra ayuda, pegad tres disparos al aire e iremos corriendo a vuestro auxilio. Si se encuentra a alguno de nuestros compañeros, vuestra prioridad es salvarlo y no seguid buscando a más si veis que el rescatado no está en condiciones de luchar.  Por abarcar demasiado se puede perder mucho. Nos encontraremos en lo alto de la colina si no hay problemas. Si veis que la cosa se complica, huid al coche y nos veremos allí  — explicó Oliver, dándonos a cada uno una pistola.

Jack, Elsa y Caleb entrarían en el edificio más pequeño, mientras que nosotros en el principal. Mis tres amigos objetaron diciendo que ellos eran tres y por ello era mejor que fueran al más grande.

  — Yo conozco este lugar perfectamente, así que dejadme a mí ese lugar. Os podéis perder allí fácilmente y ser una presa nada difícil para nuestros enemigos — dijo Oliver muy seriamente. Parecía tener algo pendiente con ese sitio, puede que rabia y ganas de venganza. Me imaginé el horror que debía haber pasado allí varios años atrás. Era algo que dejaba secuelas en la conciencia.

Cada grupo empezó a andar para su respectivo edificio, aunque Jack me susurró algo al oído antes de que me fuera: Intenta no morir en ese edificio y te cocinaré algo rico esta noche. Le dediqué una pequeña sonrisa, esperando a volver a ver a mi Escuadrón Alpha entero, con Sam entre nosotros.

Aunque sabía que ese rescate iba a ser difícil, nunca imaginé en que pudiera ser algo tan terrorífico hasta que estuve dentro de ese lugar.





Proyecto Mejorados (Agente Ventisca N°2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora