Cena tensa y explicaciones

1.4K 132 64
                                    

Cuando salí de la ducha, mis amigos ya habían preparado todo para la cena. Un delicioso olor a distintas especias inundaba la estancia, aunque parecía que aún no estaba lista la comida. Jack y Elsa estaban cocinando animadamente la cena y los demás conversaban tranquilamente en el salón. Observé que el abrigo de Oliver seguía sin estar en el perchero, por lo tanto supuse que él aún no había llegado.Era algo que me preocupaba y aliviaba a la vez.

  — ¡Me toca! — gritó Zoe en cuanto me vio.— ¿Tienes un pijama que dejadme a mí?

  — Me temo que no. Tu amiguita me ha quitado el mío y yo me pondré unas calzonas y una camiseta para dormir. Mañana deberíamos ir a compraros algo de ropa, aunque primero deberíamos trazar lo que vamos a hacer a partir de ahora — reflexioné. No podíamos quedarnos allí eternamente.

  — Coge lo que quieras de mi maleta, Zoe — expresó Elsa mientras removía la cacerola sin quitarle la vista de encima— Puede que te quede bien porque eres muy menudita como yo y eso que eres unos años mayor que yo.

  — No me recuerdes que tengo cuerpo de niña chica — refunfuñó Zoe por tal suposición.

  — Yo no soy una niña chica. Te puedo electrocutar con sólo chasquear los dedos — refutó Elsa con coraje. Ella era de todo menos una niña chica, al menos psicológicamente, que era más madura que muchas de mi clase.

    — De acuerdo, de acuerdo   — tranquilizó Zoe, fingiendo tener miedo

Después de que ella terminara de ducharse y cambiarse, la cena ya estaba preparada. Jack y Elsa habían hecho un gran trabajo con el pescado que nos había dado la casera. Tenía un olor muy rico y nos sentamos a comer todos. Sin embargo, Oliver aún no había aparecido.

    — Creo que voy a salir yo también un poco   — anunció Bonnie, levantándose de la mesa tras haber tomado solo unos pocos bocados de aquel manjar. Parecía intranquila.

    — ¿Vas a ir a buscar a Oliver?   — preguntó Caleb. Esa suposición también había rondado mi cabeza cuando lo había anunciado Bonnie.

    — Oliver sabe cuidarse por sí solo, no le pasará nada. De eso estoy segura   — explicó Bonnie, aunque no parecía muy convencida de ello — Quiero salir un poco después de tanto tiempo encerrada. Volveré antes de que os acostéis, tranquilos.

    — No creo que sea una buena idea que una mujer que se hace invisible en algunos momentos y sin poder controlarlo salga a la calle, donde puedan verla los transeúntes — inquirió Sam, tras haber devorado ya la mitad de su plato.

    — Soy una experta en no ser vista. Recuerda que llevo varios años siendo agente de Gamma. Allí no podía utilizar mis poderes , sólo mis dotes de espía. Así que creo que estoy preparada para pasar desapercibida  — dijo decidida Bonnie. Nadie la iba a poder parar y mucho menos nosotros, que éramos unos críos en comparación. Tras ésto, sabíamos que iba a salir aunque no nos pareciera una buena idea. Era algo lógico, ya que era mayor que nosotros y con más experiencia.

    — Ten mucho cuidado, ¿Vale?   —expresó Elsa con preocupación. Ella asintió y, tras dedicarnos una sonrisa, se puso el abrigo y salió por la puerta principal.

    — ¿Creéis que esconden algo?   — preguntó Beth — Es decir, se han ido los dos y no sabemos ni a dónde se dirigen. No es por no fiarme pero...

    —No podemos desconfiar de ellos. Son los integrantes de Inferno, cuya meta era destruir Gamma. Creo que ellos son los que tienen más claro sus ideales. Es verdad que no nos han explicado nada pero, por otro lado, nos salvaron hace unos meses de esa gente. Si empezamos a dudar de nosotros, ésto puede acabar mal — le cortó Jack.

Yo seguía pensando, un poco a mi pesar, que Oliver escondía algo respecto a Gamma. Sin embargo, no quería meterme en una discusión y prefería guardarme mis pensamientos al respecto para mí sola. Sin darme apenas cuenta, Sam me estaba mirando fijamente, no sé si esperaba que yo interviniera o que, por otra parte, quisiera adivinar mis pensamientos. Bebí un poco de agua y aparté la vista de él. Me incomodaba.

    —Lo sé...Perdona pero ya esta situación se me está siendo insostenible — se disculpó Beth — Esto de que pueda haber enemigos cerca que me entreguen de nuevo a Gamma me aterroriza y por ello los veo por todas partes.

    — Tranquila, es normal. A mi también me pasa, Beth.   — la corroboró Zoe. Después de su intervención, nos quedamos en un silencio tenso.

    — Sabemos que os va a costar contadnos ésto pero necesitamos saberlo —empezó a decir Caleb — ¿Qué os hicieron en los tres meses que os tuvieron cautivos?

Zoe, Beth y Sam se miraron entre ellos. Estuvieron unos segundos sin decir nada, seguramente eligiendo cuál de ellos iba a empezar tal escalofriante relato. Finalmente, Sam suspiró profundamente y comenzó.

  —Los primero días sólo nos tenían encerrados, dándonos de comer y beber una vez al día. Ni siquiera sabíamos dónde estaban los demás, ni si se encontraban bien o no. En la celda estábamos solos con nuestros pensamientos. Luego, nos empezaron a llevar a un laboratorio, donde nos cogía muestras y nos ponían varios líquidos. Algunos de ellos nos causaban mucho dolor y podíamos escuchar los gritos de los demás, ya que solíamos entrar en dos o en tres. — explicó Sam.

  — Puede que uno de ésos causaran que Bonnie no pudiera controlar su poder — reflexionó Jack. Yo asentí ante tal suposición, ya que era muy posible que hubiese sido por éso. Sin embargo, no podíamos dar nada por sentado.

  — También íbamos al principio a una especie de interrogatorio, o eso me parecía a mí. Me administraban un suero en la sangre y todo se volvía borroso. Entraba en una especie de trance extraño y sólo me acordaba de las preguntas a corto plazo. Ahora, por ejemplo, me acuerdo de la situación pero no de lo que me preguntaban. — siguió Zoe.

  — ¿Ninguno os acordáis de eso? — pregunté, abriendo por primera vez la boca durante la cena. Los tres negaron con la cabeza— Es una pena, hubiera estado bien saber qué buscaban.

  — ¡Ah! El equipo Delta también aparecía de vez en cuando — habló Beth— Nos llevaban a unos cuartos y allí nos...torturaban, sí. Esas personas intentaban adoctrinarnos, hacernos de los suyos. Son verdaderos locos, de verdad. No les importan matar si así consiguen lo que quieren.

  — ¿Adoctrinar? ¿Qué os decían? — inquirí con curiosidad. Era algo que me llamaba terriblemente la atención.

  — Decían que nos uniésemos a ellos para así alcanzar la cima, o algo parecido. Que éramos especiales y que por ello nos merecíamos estar en la élite. Según ellos, si nos poníamos de su parte tendríamos una gran recompensa. Y que si no lo hacíamos lo pagaríamos muy caro. Como no quisimos, nos torturaron   — respondió Beth, con furia en su hablar.

  — Yo creo que así murió Jason. En uno de los primeros interrogatorios — expresó con pena Zoe. Se me hizo un nudo muy grande en el estómago al escuchar esa mención. Caleb, Jack, Elsa y yo nos miramos, sin saber cómo explicar lo que pasó. Aún así, mi valiente Elsa dio el primer paso.

  — Él escapó con nosotros. Desgraciadamente, llegó en estado crítico y no pudimos salvarlo. Jason dio su vida por nosotros y por ello debemos terminar la lucha que él empezó. Su muerte no fue en vano— dijo Elsa con gran determinación. La miré orgullosa.

  — Por supuesto. Acabaremos con Gamma de una vez por todas. Todos juntos lo conseguiremos — exclamó Sam, acercando su vaso de agua a centro, dando a entender que hiciésemos un brindis. Hacerlo con agua era algo extraño pero aquello significó algo más que un simple pacto.

Significó la verdadera formación del Escuadrón Alpha, unidos para derrotar a Gamma y parar sus malvados planes. 






Proyecto Mejorados (Agente Ventisca N°2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora