Un encuentro inesperado

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El edificio que me tocaba inspeccionar era el más grande de los dos. Sin embargo, era mucho más grande de lo que parecía por fuera. Las paredes eran grises y tristes, al igual que el suelo. Parecía más un almacén que un centro de entrenamiento. Había innumerables pasillos por allá que pasábamos, ya que cada uno que seguíamos se dividía en otros dos más, como si quisieran que nos perdiéramos en aquel laberinto. No nos habíamos encontrado a nadie. Parecía un sitio sin vida. Abandonado. Muerto.

Oliver estaba absorbido por el lugar, es decir, divagando en sus pensamientos. Debía ser horrible volver a un lugar donde te habían torturado de varias maneras diferentes.

  —¿Te encuentras bien? — pregunté bastante preocupada. Su cara pálida no me infundía mucha tranquilidad. Tardó unos segundos en comprender mi pregunta.

  — Claro, pero cuanto antes salgamos de aquí mejor para todos. — respondió de forma monótona. Parecía estar en otro mundo.

  — ¿Erais muchos más? Ya sabes, en vuestro escuadrón. — inquirí. Quería averiguarlo todo acerca de lo que había pasado. Tal vez conocía a mi hermano y puede que me dé pistas sobre lo que le pasó.

  — Éramos seis, aunque había  dos chicos más en otra división, que yo sepa. Tan solo pudimos escapar cuatro. — me contó, alzando la vista hacia delante como si no quisiera mirarme.

  — ¿Qué le pasó al quinto y sexto integrante?

 —No quiero hablar más del tema.

  — Quiero y tengo que saberlo. — insistí con fiereza. Se volvió hacia mi.

  — ¿A qué viene ese repentino interés?— preguntó con curiosidad Oliver.

  — Sólo quería saber si conocías a un chico en tu etapa aquí — me sinceré, aunque con un poco de resistencia.

  — ¿De quién se trata? — cada vez su cara mostraba más perplejidad. Tal vez era algo extraño que quisiera saber cosas de esa época, y más si se trataba de alguien en particular.

  —Se llamaba Elijah — conseguí decir con esfuerzo. De pronto, se giró hacia delante, nervioso. Me temí que fuera por la pregunta y miles de pensamientos negativos empezaban a nublarme la conciencia.

  — ¿Y bien? — conseguí articular, miedosa. Oliver seguía teniendo la vista clavada hacia el pasillo, que parecía interminable desde nuestro sitio.

  — Cállate —me soltó rápidamente. Estaba poniéndose tenso.

  — ¿Qué ocurre? — me parecía algo extraña su reacción. Parecía que estaba como esperando algo.

  — Creo que... — empezó a decir cuando, de repente y sin verlo venir, algo lo propulsó hacia atrás, dándome a mí por ello y tirándonos a los dos al suelo, sin resistencia.

Me dí un buen golpe de la cabeza, además de sentir todo el peso de Oliver encima de mí. Sin embargo, era demasiado peso para ser solo él.

Después de unos segundos que nos parecieron eternos pudimos levantarnos y ponernos en posición de ataque. Lo que vimos no era ningún agente enemigo ni ningún integrante del equipo Delta, sino una adolescente que nos era familiar. Estaba arrodillada en el suelo, cubriéndose el rostro empapado de lágrimas con sus manos. Su pelo estaba alocado y sus brazos y piernas descubiertos estaban con varios moratones. No era la Beth que había conocido hacía tres meses.

  — Por favor, dejadme irme de aquí. O matadme ya, os lo suplico — balbuceaba entre sollozos—  Quiero irme con mi familia. No me golpeéis más, por favor.

Yo me arrodillé junto a ella, despacio para no asustarla. Parece que no nos había reconocido a ninguno de los dos.

  — Tranquilízate, somos nosotros, Oliver y Susan, ¿Recuerdas? Del refugio de Inferno. Beth, mírame.   —le susurraba. Le intenté quitar las manos del rostro, para que así viera que éramos sus amigos. Sin embargo, sin darme tiempo a reaccionar a su ataque, se abalanzó sobre mí con gran fuerza, quitándome la pistola de la mano y apuntándome con ella. Su rostro mostraba gran furia.

  — No me vas a volver a engañar con tus truquitos mentales, maldito. No soy tan tonta de creerme que ellos dos estén aquí. Acabaré contigo. — estaba totalmente desquiciada.

  — Beth, suelta la pistola — pidió Oliver, sin dejar de apuntarla con la suya.— Si tan segura estás de que somos ilusiones, acércate a ella y verás que es real. Estamos aquí para ayudaros. 

Ella miró a Oliver confundida, no sabiendo muy bien qué hacer. Dejó la pistola caer de su mano, haciendo un ruido sordo al caer. Empezó de nuevo a derramarse lágrimas por sus mejillas, aunque intentaba aguantarlas, sin éxito.

Me acerqué a ella, aunque manteniendo la guardia en alto, por si acaso volvía a intentar atacarme. Poco a poco, pude irme acercándome a Beth y le dí un abrazo para que viera que yo era real, a lo que ella respondió con gran fuerza, pareciendo no creerse lo que ocurría. No sabía a qué se refería con lo de los trucos mentales pero lo que sí sabía es que había tenido que ser muy duro estar allí. A saber a qué cosas los habían sometidos. Me preguntaba si Sam, Zoe, Elías y Bonnie estarían así. No quería ni pensarlo.

  — ¿Sabes dónde están los demás? —preguntó Oliver. Aunque siempre se mostraba como un chico duro, ahora se le veía cohibido por la situación en la que se encontraba Beth, que es parecía traumatizada por los hechos.

  — Al lado de mi celda estaba la de Bonnie y sé que yendo por ese otro pasillo — explicó mientras señalaba el que se encontraba a mi izquierda— se encuentra la de Sam.

Eso significaba que nos teníamos que dividir en dos grupos. Miré a Oliver, esperando que hubiera pensado en lo mismo que yo: Que debíamos ir por caminos separados.

  — Puede ser peligroso—se opuso Oliver, aunque no demasiado convencido. Daba a entender que no le gustaba la idea pero veía que no había más opción.

  — Lo es, pero tenemos que hacerlo si queremos terminar con esto de forma rápida. Debes quedarte con Beth porque estás más débil e indefensa. Yo iré en busca de Sam y nos veremos luego— respondí con decisión.  Quería salvar a mis amigos lo más rápido posible.

Él lo único que hizo es asentir y se fue por el pasillo derecho, en busca de mi entrenadora. Fui por el pasillo izquierdo que, mientras iba por él, me gustaba menos la idea de ir sola. Era demasiado fantasmagórica, aunque prefería no encontrarme a ningún enemigo.

Sin embargo, me encontraría al peor, capaz de manejarme como una simple muñeca sin conciencia.

¡Espero que os haya gustado este capítulo! Quería comentaros que me gustaría hacer algo especial para el mes de mayo, ya que sería el aniversario de "Agente Ventisca" pues lo subí hace casi un año ya. Me ayudaríais dejando vuestras ideas sobre lo que podría hacer para ello: Un capítulo sobre algo que os interese y que no se ha mostrado en el libro, algo sobre los personajes, curiosidades...no sé, lo que se os ocurra. Yo elegiré de ellas las que tengan más apoyo o las que me parezcan más interesantes, así que, ¡Escribirlo en los comentarios!




Proyecto Mejorados (Agente Ventisca N°2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora