Punto muerto

800 70 52
                                    

Narra Jack

Los demás ya se habían ido tras los otros dos integrantes del Grupo Delta, quedándonos Beth yo luchando contra Maxon, teniendo además a varios policías de nuestra parte, aunque no sabía si iban a poder contra Maxon.

Temía por mis amigos, sobretodo porque Sasha y Theo eran muy fuertes y podían hacerles mucho daño a Caleb, Sam y Susan. Sin embargo, no era momento de pensar en ello, tenía que concentrar todas mis fuerzas en conseguir que Maxon no escapara ni hiciera daño a los demás, en concreto a Beth.

  — ¿Cuál es el plan, Jack? Soy toda oídos — preguntó Beth, sacándome así de mis reflexiones pesimistas y haciendo que volviera a estar atento a la batalla que se nos venía encima.

  —  Veo que venís muy preparados para enfrentaros a mí, ¿eh? — comentó de forma irónica Maxon. No parecía nada preocupado, siendo algo raro debido a que estaba rodeado por los policías rusos, armados todos, y estando Beth y yo preparados para luchar. Había algo que me olía raro, aunque pensé que era un presentimiento poco importante, y que sólo estaba así debido a nuestra situación. Sin embargo, no quería bajar la guardia en ningún caso.

  — Por si no lo ves, estás en clara desventaja  — respondió seria mi amiga, con la expresión de un animal a punto de atacar a su presa  — Tú única habilidad es la de estirarte como un asqueroso chicle y nosotros dos somos bastantes más fuertes que tú. Además, me las va a pagar por todo lo que nos hicisteis en aquel sitio, torturándonos a los tres y consiguiendo que cada vez tuviésemos menos ganas de vivir, que todo acabara de una vez por todas. Ahora, vas a ser tú el que sufras.

De repente, se abalanzó sobre él con su rapidez extrema, sin que él pudiera reaccionar lo suficientemente rápido como para apartarse de ese golpe que iba directo hacia su rostro. Con un hábil movimiento, consiguió darle un puñetazo en la mandíbula, consiguiendo que éste se cayera hacia atrás debido al impacto. Tras esto, conseguí arrancar una farola del suelo y lanzársela antes de que pudiera levantarse , aunque mi primera idea fue la de levantar un coche, movimiento que me hubiera sido difícil de realizar de forma rápida y ágil debido al peso del automóvil.

Los policías se encontraba aún apuntándole, fijos, aunque sin hacer ningún movimiento y sin cambiar la expresión de la cara. Yo seguía, aguantando la farola con mis poderes, empujándola hacia abajo de tal forma que Maxon no pudiera moverse de ahí, ni intentar nada que nos pusiera en riesgo a todos. Aún había algo que no me cuadraba. No parecía estar haciendo mucho esfuerzo por liberarse, más bien se reía de forma nerviosa y como si se estuviera divirtiendo. 

Me asqueaban todos ellos, los tres, por todo lo que eran capaces de hacer y lo que ya habían hecho. No les importaba dañar a alguien con tal de conseguir sus objetivos, es más, estaba seguro que serían capaces de matarse entre ellos si podían obtener algún beneficio con ello. Nunca había entendido esa falta de ética y menosprecio al valor de la vida de los demás. Siempre había odiado a aquellas persona que insultaban y molestaban a las demás en el instituto, dándoles igual que la otra persona estuviese sufriendo. Pero ellos tres eran la máxima expresión de la maldad humana.

  — Debería matarte aquí mismo, por todo lo que has hecho — masculló Beth, con una ira contenida que no le había visto jamás. Se encontraba a su lado, apuntándole con el arma que anteriormente le había quitado a uno de los agentes— el mundo se libraría de ti y sería un sitio mucho más seguro.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Esa expresión desencajada en el rostro de Beth, con los dientes apretados y con el cuerpo tenso, observando fijamente a Maxon y apuntándole, casi temblando de la rabia, a la cabeza... Me entró el miedo a que hiciera algo horrible.

  — Beth, tranquila ya está todo bajo control. Relájate. No tienes que bajar la guardia por si acaso, pero tampoco tienes que estar así. Lo tenemos.   — puntualicé, mientras me iba acercando a ella poco a poco, sin ser brusco.

  — Sí, lo tenemos — contestó ella, sin dejar de observar a Maxon ni un segundo, y con la pistola aún apuntándole a la cabeza — pero ha hecho demasiado daño. A todos. Y puede que se nos escape, de una forma u otra, y consiga seguir causando dolor a los demás. A las personas que más nos importan, como Zoe y los demás. Yo prefiero no correr el riesgo de que ocurra eso y zanjar este problema aquí y ahora.

  — Nosotros no somos como ellos. No matamos ni causamos daño. Si lo haces, no serás mejor que él, o que Theo o Sasha. No destroces tu vida por un momento de venganza, no te lo perdonarás jamás    — indiqué intentando tranquilizarla, sabiendo que de un momento a otro podía tomarse la justicia por su mano. Entendía sus motivos y, tal vez, yo haría lo mismo en su situación. Cuando pensaba en todo lo que había pasado, yo también sentía una rabia inmensa. Pero esa solución no era la más adecuada, sobretodo siendo Beth una adolescente que tenía toda la vida por delante y que, si mataba a alguien, no podría vivir con la culpa. Era una chica demasiado buena como para poder seguir adelante con ese peso. No le iba a dejar hacer eso, aunque tuviera que hacer algo de lo que me arrepentiría más adelante

  Al ver que no respondía, volví a insistirle, esta vez de forma más dura.

  — Dale la pistola, Beth. Ahora mismo. O no me vas a dejar otra opción que quitártela por las malas — insistí, poniéndome en postura de ataque. Ella me miró sorprendida.

  — ¿De verdad serías capaz de hacerlo, Jack?  — expresó, con un gesto entre entristecido y asombrado. Yo asentí, esperando que me entregara el arma sin que tuviese que hacer nada y que abandonara esa maldita idea de su mente.

  — Una pelea entre dos amigos a golpe limpio. Esto sí que va a estar interesante — apuntó Maxon, que parecía bastante atento a nuestra discusión.

  —¡Cállate!— gritó ella y, temiendo que disparara, le empujé con el vendaval que había provocado con el movimiento firme de mis manos. Ella cayó como si se hubiese tropezado en la calle, ya que yo había intentado no hacerle daño, sino evitar que ella se lo hiciese a Maxon. Sin embargo, ella no había soltado la pistola.

Sólo tardó unos segundos en levantarme, con un veloz ataque y sin yo conseguir verla, me tiró al suelo de espaldas, con tanta fuerza que consiguió arrastrarme varios metros de mi sitio anterior, haciéndome bastante daño en mi columna. Estaba claro que ella me hizo más daño a mí que yo a ella. 

 — Lo siento, Jack, pero es mi decisión y pienso llevarla a cabo — señaló, apuntando firmemente a Maxon.

Antes de que me levantara corriendo, sonó una pistola disparándose. Sin embargo, esa bala no provenía de la pistola de Beth, sino de una que se encontraba a detrás nuestra, sostenida por uno de los agentes, cuyo rostro se veía frío e impasible. El cañón de su pistola se encontraba apuntando a una persona en concreto. Aquella bala había alcanzado a su objetivo. Beth.

Sólo la caída de Beth al suelo me hizo salir del estupor inicial en el que me encontraba. Una mezcla de miedo, asombro y desconcierto me ahogaba en esos momentos. Ella no se movía. Fue mi cuerpo el que automáticamente se dirigió a por Beth, corriendo, casi sin poder respirar, viendo cómo si alrededor mía fueran las cosas más lentas. Como si estuviera en un sueño.

De repente, noté que algo me agarraba fuertemente del cuello y no me dejaba respirar. No había notado que Maxon se había levantado y conseguido agarrarme a mí antes de llegar a Beth. 

 — ¿Creías que todos estos policías estaban de vuestra parte, que me querían atrapar?, ¿no habéis pensado que, quizás, estaban aquí para ayudarme? —explicaba Maxon, susurrándome al oído mientras poco a poco se me iba oscureciendo la vista — Gamma está en todas partes. No podéis hacer nada contra nosotros.

Eso es lo último que recuerdo antes de encontrarme en la celda de la comisaría.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Proyecto Mejorados (Agente Ventisca N°2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora