Después del brindis, nos pusimos a hablar de cosas más agradables. Gracias a éstas, me enteré de que Zoe quería estudiar Periodismo y de que Beth es hija única y que vive con su padre, un militar retirado ya, que es muy estricto. También Sam mencionó de que en el instituto jugaba al balonmano y que había sido llamado para jugar en la selección juvenil del país. Obviamente, me metí un poco con él y de su poco equilibrio, haciendo alusión a aquella vez que le gané en una pelea.
Estamos tranquilamente viendo la tele un poco (con subtítulos obviamente) cuando, de repente, sonó el teléfono móvil de Caleb. Todos nos quedamos un poco tensos, ya que nadie debería poder contactar con nosotros ni saber dónde estábamos.
Caleb se acercó lentamente al teléfono, como si éste fuera a explotar de un momento a otro. Los demás seguíamos en nuestros sitios, sin mover ni siquiera un músculo. Cuando mi amigo miró la pantalla del móvil, dio un suspiro de alivio y lo cogió sin problemas.
— No sabéis el susto que nos habéis pegado — dijo Caleb a través del teléfono— Espera, que os pongo en altavoz.
Acercó el móvil a la mesa y puso el altavoz para que así pudiéramos escucharlo todos.
—¡Hola! ¿Qué tal por ahí? — escuchamos decir a una voz dulce e infantil. La reconocí de inmediato y me dio muchísima alegría escucharla.
— ¡Lily! ¡Me alegro de escucharte! Nosotros estamos muy bien, hemos encontrado a nuestros amigos. ¿Tú estás bien, pequeña? — exclamé entusiasmada.
— ¡Claro que está bien! Pude cuidarte a ti, ¿Recuerdas? Comparada contigo, esta niña es un verdadero angelito— habló otra voz por la línea. Escuchar a Steve hizo que me diera una punzada de dolor en el pecho, debido a que volví a pensar en el recuerdo que me había aflorado hace poco.
— Mientra que no le hayas cocinado... — intenté decir de forma natural, para que no se notara que me estaba temblando todo el cuerpo.
— Pues esa comida es la que te ha alimentado todo este tiempo, ¿Eh? Tan mala no estaría — respondió él. Sin embargo, yo no tenía ganas de seguir hablando.
Sam, Beth y Zoe parecían no entender nada y se miraban los unos a los otros en busca de respuestas.
—La chica que ha hablado es mi hermana pequeña. Se llama Lily y es la que cosa a la que más quiero en este mundo —explicó Caleb con gran orgullo. Le brillaban incluso los ojos al hablar de su hermanita.
— ¡Hola! Yo me llamo Zoe y soy amiga de tu hermano, ¿Cuántos años tienes?— corrió a preguntarle Zoe— Es que me encanta los niños. Antes cuidaba de los hijos de los vecinos. Los adoro.
— ¡Encantada! Y tengo siete años pero parezco mayor de lo que soy — respondió ella muy feliz. Sam y Beth también se presentaron a la pequeña Parker.
— Bueno, ahora que nos conocemos todos, contadnos qué ocurre por ahí. Quiero todo lujo de detalles — inquirió Steve, después de dos minutos de conversación de Zoe y Lily,
Jack y yo le pusimos al corriente de todo (yo no quería decir nada pero al no estar Oliver yo tenía que contar nuestra parte), aunque los demás nos interrumpían cada dos por tres para añadir cosas o contradecirnos, con lo cual el relato era difícil de seguir.
— Ya veo...¿Y no sabéis cómo despertarlo?— expresó Steve al final de la narración— Podiáis hacerle un análisis de sangre para saber qué tiene y cómo poder neutralizarlo. Haced lo mismo con Bonnie.
—La verdad es que podíamos intentarlo. Otra no nos queda— reflexionó Jack.— Deberíamos contárselo a Bonnie y Oliver.
—¿Y tú no tienes ni idea de lo que pueden haberles suministrado?— pregunté, aunque de forma incrédula para que no pareciera sospechoso.
— No, lo siento — negó Steve tras pensarlo algunos segundos.— Bueno, deberíamos ir colgando ya porque, según mis cálculos, allí debe ser bastante tarde.
— Antes déjame hablar con mi hermanita, por favor — pidió Caleb.
— Por supuesto, quito el altavoz para que podáis hablar con tranquilidad vosotros dos — aceptó Steve. La cara de Caleb en esos momentos es imposible de describir. Era un chico tan adorable que daba ganas de achucharlo algunas veces. Poca gente con esa edad presta tanta atención a su familia como lo hacía él. Era único.
En un arrebato de valor, le pedí que luego me dejara hablar con Steve. Él accedió antes de que yo me arrepintiera.
Unos diez minutos después, Caleb me pasó el teléfono. Lo cogí con las manos temblorosas, sin saber muy bien qué decir, ¿Debería preguntarle directamente o bien ir poco a poco?, ¿Era mejor hacerlo cara a cara?, ¿Quería saber realmente la verdad?
— Hola, pequeña ¿Cómo llevas eso de volver a nuestra antigua casa? — me preguntó una vez que escuchó cómo me daban el teléfono.
— Muy bien, aunque me traen buenos y malos recuerdos. Fue el primer sitio donde me sentí a salvo del que tengo memoria— me sinceré. Ahora venía lo de empezar a preguntarle poco a poco— Oye, el otro día caí en la cuenta de que nunca me explicaste por qué te enviaron aquí, tan lejos de tu casa.
—¿Nunca te lo he contado? Es raro, ya que te he narrado casi todas mis batallitas — respondió Steve— Perseguía a un criminal que intentó escapar de Gamma. Afortunadamente pude cogerlo gracias a ti, ya que fue el hombre que te atacó en la tienda. Nunca te he dado las gracias por ello.
— ¿Y antes no me habías visto? Es decir, yo estaba en Gamma cuando se supone que tú también. Es sólo que...este lugar despierta en mí el miedo que sentí en los primeros momentos y quiero saber todo lo relacionado a ese instante.
Se quedó callado unos instantes antes de responderme, pero finalmente lo hizo.
— Que yo me acuerde no. Además, yo no supe de ese programa hasta que tú apareciste. Gamma guarda secretos incluso a sus agentes y dudo que algún día sepa todo acerca de la organización. ¿A qué viene ésto, Susan? Nunca te habías planteado cosas así.— lo decía todo en un tono neutral, como intentando esconder algo. O tal vez yo ya estaba demasiado paranoica como para ver que no ocultaba nada.
— No es por nada, simplemente estoy un poco confusa con todo. No pasa nada— expliqué lo más normal que pude. En verdad, eso era lo que realmente sentía.
— Intenta no comerte el coco tanto, pequeña. No es el mejor momento para hacerlo. Desconfía de Gamma y no vayas a caer en sus redes. Todo lo que te prometan es mentira. Está bien que intentes conocer tu pasado pero no pierdas tu futuro por ello. ¿De acuerdo? — me explicó Steve.
— Claro...No dudes de mí — asentí a sus palabras. No sabía cómo tomarme esas palabras, ¿Intentaba esconderme su implicación haciendo parecer que Gamma mentía en todo? Eso no se lo discutía pero el verdadero problema es que esa información había salido de mi mente.
— Perfecto, Susan. Ten cuidado mañana y llámame si ocurre algo. O si no ocurre nada, lo importante es saber que estás bien — expresó él— Tengo que colgar ya, debes descansar bien esta noche. Mañana puede ser un día duro.
— Por supuesto. Buenas noches — respondí. Sin embargo, aún no había terminado esa conversación— Steve, ¿Sigues ahí?
— Sí sí, dime — habló.
— Te quiero — me sinceré con él. Pasara lo que pasase, eso nunca lo podría negar. Escuché como suspiraba de forma feliz.
— Y yo a ti, mi niña —me dijo. Después de eso colgué.
Me sentía rara. No había conseguido sacarle nada y dudaba que lo pudiera hacer. Tenía que encontrar otra forma de encontrar la verdad.
— ¿Ya estás libre para explicarme qué rayos te pasa? — escuché decirme detrás mía, haciendo que pegara un respingo.
Era Sam.
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Proyecto Mejorados (Agente Ventisca N°2)
ActionCONTINUACIÓN DE AGENTE VENTISCA. Han pasado dos meses desde que mis amigos fueron capturados por Gamma. No sabemos dónde están, cómo están ni si siguen vivos. Después de una tranquila estancia en la casa de Caleb, debemos huir de Gamma, quien pone d...