La Luna se ocultaba detrás de un cúmulo de nubes que impedía que su luz natural iluminara el cielo y la tierra que se esparcía bajo éste. Las hileras de casas se mantenían todas agazapadas, rodeadas de su propia oscuridad. Por ninguna ventana se veía ni un solo rayo de luz artificial que anunciara que alguien estaba despierto a esas altas horas de la madrugada. Pero pronto eso iba a cambiar porque la luna bajaría, las nubes despejarían el cielo y el sol aparecería anunciando el comienzo de un nuevo día. Por eso sabía que debía apresurarse.
Su corazón anciano, no por la edad sino por la cantidad de penurias que había tenido que padecer en esos veintisiete años, latía dolorosamente, consciente de lo que iba a hacer. Había tenido sus dudas pero sabía que era lo mejor. Si ella misma no podía cuidarse, cómo podía pretender cuidar de su pequeño.
Sintió que se movía sobre su pecho donde lo llevaba aferrado y cubierto con una pequeña manta. Bajó los ojos hacia él unos segundos, comprobando que aún permanecía dormido, y siguió caminando por la oscura y sucia calle. Parpadeó varias veces para despejar de sus ojos empañados que nublaban su visión.
Es una locura, una completa y ridícula locura, se decía una y otra vez. Pero no tenía otra opción. Si los encontraban los matarían a ambos... "primero muerta yo antes que mi bebé". Y su pequeño, a quién adoraba con locura a pesar de ser fruto de una terrible tragedia, no merecía nada de eso. Era completamente inocente.
Llegó a un punto en donde no supo por donde seguir. Se detuvo. Miró a todos lados confundida mientras forzaba a su mente a recordar... Lo había seguido años atrás y había procurado memorizar el camino. Pero habían pasado tantos años de aquel momento que sus recuerdos estaban jugándole una mala pasada... Finalmente, un cartel un tanto masacrado, seguramente por bandidos juveniles, le dijo que estaba en la calle correcta. Corrió hacia la esquina, dobló y tomó la calle que la llevaba a una especie de callejuela mucho más siniestra que por la que estaba andando.
Contó la cantidad de cuadras tal y como lo había hecho la otra vez. Pero el problema surgió cuando se encontró con varias casas iguales entre sí.
¡¿Y ahora qué hago?! se preguntó angustiada mientras contenía un sollozo. No podía regresar con su pequeño de nuevo pero tampoco quería arriesgarse a dejarlo allí sin tener la certeza de que sería él precisamente quién lo encontrara.
Pero estaba completamente desesperada y sabía que cualquier cosa sería mejor que llevarlo consigo. Así que, tomando la decisión más difícil de su vida, lo envolvió bien en su manta, besó con infinito amor y dolor su cabecita procurando no despertarlo y lo dejó en el marco de entrada de una de la casas antes de salir corriendo lejos de allí.
Nunca antes había imaginado que hacer aquello significaría dejar su corazón en pedazos esparcido a sus pies.
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Sentir causa demasiado dolor
FanfictionLa tranquila calma de la vida de Severus Snape se ve interrumpida por la llegada de un inesperado ser a su vida. ¿Cómo se las arreglará con un bebé? (Ninguno de los personajes que ustedes lleguen a reconocer me pertenece)