Prologo

543 23 9
                                    



Era un lugar en donde la luz de sol jamás había llegado. No era necesario que eso sucedería. Podías respirar un aire sumamente helado junto con un ambiente lleno de misterio. Eran lugares demasiado extraños en donde ya nadie sabía acerca de donde había nacido la soledad que rodea por completo el área. Es un sentimiento de pesar en donde tu corazón deja de latir para finalmente comprender que no necesitaba latir para que tú estuvieras vivo. Desde luego, ese lugar jamás ha pisado por algún ser humano común y corriente. Y la verdad es que no se sabe qué clase de seres son los habitan allí. De algo era demasiado seguro, una discusión comenzó.

Era una pequeña oficina sin nada más que un escritorio de madera de caoba y enfrente de la misma había una simple silla que rotaba. La persona sentada del otro lado del escritorio era un hombre completamente pálido con el cabello plateado, sin barba, sus ojos eran grises. Ese hombre revisaba unos papeles en un legajo demasiado delgado. La puerta de la oficina se abre sin previo aviso. -¿Me llamaba?-. Expresa la persona que entraba a la oficina.

-Sí, sí. La próxima vez te agradeciera que tocaras por favor-. Aclara su garganta el hombre pálido y muy bien vestido.

-Detalles, ¿Qué pasa? No es del todo normal que me mandes a llamar, ¿Cuándo fue la última vez que necesitabas decirme algo?-.

-Hace 94 años y 8 meses-. Responde el hombre sin dejar su vista en el legajo.

-Cierto, bueno que más da-.

-Siéntate Delta-.

-Hmmm...claro, espero que sea algo rápido, tengo demasiadas cosas que hacer-.

-De eso mismo quería hablarte-. El hombre mira a Delta mientras hace unos pequeños círculos con su cuello. –Trabajo, trabajo, todo es trabajo. Delta, reconozco que eres uno de los mejores haciendo lo que haces. Resolver las anomalías de las cosas no es una tarea sencilla-.

Delta solo puedo encogerse de hombres diciendo con la mirada que no ha sido la gran cosa, tal parece que el disfruta su trabajo. –Es un gusto para mi señor. Es divertido-.

El hombre de cabello gris solo puede negar un poco con la cabeza, recarga su codo en el escritorio para poder recargar su cabeza sobre su propia mano. –No debería ser divertido, pero supongo que eso no es de mi incumbencia, ni mía, ni del Universo-.

-¿El universo ha preguntado por mí?-. Se cuestiona Delta dejando de recargarse despreocupadamente en el respaldo de su asiento.

-No-. Responde sencillamente aquel hombre, acomoda un poco los papeles de su escritorio-. Sería un honor demasiado grande, hasta para mí, que el Universo decidiera hablarme. Pero he estado viendo algo demasiado extraño en lo que viene tu informe mensual. ¿Sabes a que me refiero?-.

Delta solo puede mirar al techo y suspirar con algo de fastidio pensando en todas las cosas incorrectas que hizo, pero solo se preguntaba cuál fue la que su superior averiguo. -¿Tiene que ver con el Playstation 4 que me robe la otra semana?-.

-Para nada-.

-Entonces... ¿La chica de Nueva Inglaterra a la que le pedí su número se molestó conmigo?-.

-Delta-. La persona lo mira un poco más serio –Esto es más enserio, nada que ver con tu vida personal o tu tiempo libre, es sobre tu trabajo. Has cometido un error y sospecho que te estás haciendo el tonto-.

-Bien, me rindo ¿A qué te refieres?-. Se resigan Delta mientras solo puede cruzar una pierna de manera despreocupada y entrelazar sus dedos.

El hombre pálido vuelve a abrir el legajo buscando algo en específico –Veamos. Esto es una formalidad, tengo que preguntártelo para asegurarme que estas entendiendo tu lugar. Hagámoslo rápido ¿Cuál es tu asignación, Delta?-.

-El control de anomalías-. Responde muy indiferente porque el mismo hombre lo sabía a la perfección.

-Correcto ¿Qué debes hacer cuando algo así se presenta?-.

-Detenerlas o hacer algo para que algo más detenga dichas anomalías-.

-¡Ahí es donde estuvo tu error!-. Exclama el señor dejando el legajo abierto para que Delta pudiera ver a que se refería. –Existe una anomalía que lleva más de un año existiendo, y no te he visto hacer nada al respecto-.

Delta solo puede recostarse de nuevo sobre el asiento, saca de su bolsillo un cigarro ya encendido, lo cual era demasiado raro. Lo fuma un poco para dejar que las ideas circulen en su cabeza –Oye, si se trata del espejo de Canterlot High, ya habíamos acordado que eso ya no está en debate-.

-Casi aciertas-. El hombre pálido solo puede mostrarle una hoja. En esa misma se haya la fotografía de un chico. -¡Este fue tu error! Debiste encargarte del problema y lo que hiciste fue aplazarlo más y más-.

-Ya, entiendo-. Estira un poco sus dedos, Delta se mostraba algo irritado, él sabía que sería cuestión de tiempo para que le llamaran la atención por eso. –Oye...estoy intentando arreglarlo, pero eso tomara algo de tiempo-.

-Ya no tienes tiempo, la anomalía se vuelve más y más peligrosa. Pero... ¿Qué te detuvo? ¿Por qué no lo eliminaste?-.

Delta, a pesar de que decía mentiras, su cara tenia total seriedad y despreocupación ante el asunto para no levantar sospechas. –Tengo una leve sospecha, como tú lo mencionaste, de que el Universo quiere al muchacho vivo-.

A pesar de que aquel hombre no podía ponerse más pálido, su expresión era la misma de alguien cuando palidece ante el impacto de esas palabras -¡No lo creo! El Universo no ha mostrado un interés especial en una persona y menos en un humano. Delta tienes unas suposiciones demasiado atrevidas, que bueno que esto solo queda entre nosotros-.

-Como sea, me hare cargo de ello. ¿Podría decirme el nombre de la anomalía? Es para estar seguros, no quisiera que algo malo pasara y que me terminara confundiendo de persona-.

Aquel extraño hombre lo miro de manera suspicaz, como si no creyera del todo lo que decía. Solo podía terminar confiando en él, como siempre lo había hecho desde hace ya demasiado tiempo –La anomalía, que por cierto está cerca del espejo de Canterlot High, es Reynolds Esteban-.

-Comprendo-. Delta señala los papeles en el escritorio con un dedo -¿Sabías que este chico está rodeado de cosas demasiado curiosas? Él tiene amigos que son las mismas Llamas Gemelas-.

-¿De verdad? Qué raro..., eso...es algo que ocurre muy rara vez, para ser sincero dudaba de su existencia-.

-Y no es todo, este chico, o anomalía, ha estado involucrado en casos demasiado raros, tal parece que...esas cosas solo le suceden, no es algo que el escoja vivir, viajó en el tiempo, cruzo el portal, tiene un amigo que puede ver los sueños. No me sorprendería si el Universo pusiera atención sobre este chico-.

-Solo sigue tu trabajo Delta. Deshazte de la anomalía, puede poner en peligro a los demás, te daré un leve espacio de tiempo, si tu no haces, me temo que yo lo hare por ti. Además, el Universo jamás perdería su tiempo en algo así, Reynolds no es el primer caso así y lo sabes-.

Delta solo puede quedarse un poco callado ante la charla demasiado decisiva, por primera vez en mucho tiempo debe hacerse cargo de un error que el cometió apropósito. –Como sea-. Responde sin dejar de fumar –Lo hare, no es necesario que te metas Wind, yo puedo hacerlo solo. Esteban Reynolds debe desaparecer, comprendo-. Se pone de pie para finalmente abrir la puerta y poder retirarse dejando una nube algo pequeña y densa de humo en la oficina de esa persona llamada WInd. Se sintió un extraño frio después de eso.


Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora