Capítulo 41: El Silencio - Acto uno: Ataque de Dragón

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El suelo comenzaba a temblar. ¿Un sismo? Se preguntaban todos los presentes. Pero Esteban sabía que era obra del silencio, algo así como una prueba que él haría para saber si valdría la pena pelear contra ellos personalmente. –Escuchen...-. Habla Esteban de la manera más baja posible. -...Vayan por Solar Strings y huyan lo más lejos que puedan, intentare detenerlo o distraerlo-.

-¡No!-. Protesta Applejack. –No te vamos a dejar, ni siquiera sabes lo que es capaz de hacer-. Dice refiriéndose al Silencio.

-Lo que sea que haga, es mejor que solo me suceda a mí en lugar que a todos. No te preocupes...voy a estar bien-.

-Deberías pensarlo mejor, querido-. Habla Rarity también queriendo negar esa idea. –No ganamos nada con que nos vayan...derrotando uno a uno-.

Rainbow Dash entraba con su optimismo. –Además...No se ve tan fuerte, es cierto, pudo vencer a Gloriosa, pero será otra clase de magia, si trabajamos juntos podríamos ganar-. Aunque el optimismo se volvió completamente inútil cuando la persona comenzó a caminar hacia ellos.

Se veía demasiado feliz, como alguien que acaba de recibir una buena noticia seguido de una liberación de fuerte estrés. Era aterrador de ver, en especial porque cuando lo mirabas a los ojos, cualquiera podía jurar que no escuchaba nada. En la mente solo se proyectaba el sonido de una gotera haciendo eco. –Esteban...y compañía. ¿Les ponen nombres a sus ataques?-. La pregunta no tuvo tanto impacto, pero la sonrisa que tenía, mostrando unos blancos dientes, hacía que fuera difícil de responder.

Pero Esteban solo puede respirar lo más tranquilo que puede. –No-. Responde negando con la cabeza, pero su mente no estaba distraída, solo buscaba la manera de llegar a Solar Strings y después buscar a Sunset, para cerciorarse que no estén heridos.

-¿Por qué no?-. Pregunta El Silencio.

-No lo veo necesario-. Continua Esteban.

El Silencio se sigue riendo mientras se notaba como su sombra crecía demasiado, en el suelo ya estaba un enorme círculo negro. –Yo lo hago-. Cruza los dedos de sus dos manos. –Es...creativo y divertido. Deberías tratar-. Era raro hablar con él, se oía como alguien amigable que solo buscaba tener amigos, pero se notaba que emanaba oscuridad. -¿Sabes que es la mejor parte de ponerle nombre a los ataques?-.

-No...-. Dijo Esteban mirando levemente hacia atrás, las chicas en efecto, no se apartaron.

El Silencio solo se ríe otro poco. –Lo hace característico y...-. Su mirada se tornó llena de odio y esa sonrisa desapareció junto el calor del ambiente. -...Así las persona saben lo que les espera. Por ejemplo esto-. Señala su propia sombra que aun creía en un enorme círculo, pero parecía tener vida propia. –Y así...tienes miedo antes de que ocurra, esa es la mejor parte. Con orgullo, les presento este ataque, si tienen suerte sobrevivirán-. El Silencio solo puede cruzarse de brazos y el aura gris se concentró solamente en el suelo y exclamo con toda su fuerza -¡Acto uno: Ataque de Dragón!-.

El suelo volvió a temblar pero esta vez, la misma sombra se elevó de una manera sorprendente, como si de la nada brotara un edificio, o una montaña de color negro que tapaba el sol, nadie sabía lo que era, pero el título de aquel "Acto", daba una pista de lo que sería esa enorme masa de color negro que continuaba brotando del suelo, saliendo como las raíces de Gloriosa pero muchísimo más colosal.

Un poderoso grito se escuchó en los cielos, algo que llegó a aturdir a los campistas y causó que las aves salieran volando despavoridas. El Silencio ya no se veía, se habría escondido o desapareció, pero esa misma sombra seguía en lo máximo de su esplendor trayendo la muerte y el caos con ella.

Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora