Capítulo 53: El Silencio - Acto tres: Certero ataque al corazón

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-¡Este es todo el poder que tengo!-. Grita El Silencio mientras el aura de color gris se tornaba en rojo por completo, tomando su cuerpo, mientras la sangre de sus heridas era derramada en el suelo, rastros de piel también la acompañaban. Estaba completamente fúrico, pero sabía que ya no tenía que contenerse, que ahí mismo se acabaría todo.

Estefany se puso de pie con rapidez, tenía raspadas en su cuerpo y golpes alrededor. Pero no la impidió levantarse preparándose para lo peor. –Estaba tan cerca de matarlo...-.Dice entre dientes al darse cuenta de que se le había ido una gran oportunidad solo por cuestión de segundos.

Midnight se quita un par de rocas de encima sintiendo todo el fluir de magia negra que pasaba por el cuerpo del Silencio. –Maldita sea-. Expresa con odio. –Ahora nos atacara con toda su magia-.

-¡No hay que perder tiempo!-. Le grita Estefany a Midnight. -¡Si no acabamos con él ahora, se terminó!-. El resplandor de color rojo se hacía demasiado grande, al mismo tiempo las nubes se movían con gran velocidad, poniendo el cielo nublado, las grandes nubes chocaban contra ellas. Del Silencio brotaban varios rayos que llegaban hasta las nubes causando así que iniciara una tormenta eléctrica.

Las gotas comenzaron a caer, los ruidos de los truenos se hacían presentes. En unos míseros segundos la lluvia empeoró, había fuertes ráfagas de aire mezcladas con una clase de lluvia en la que cada gota se sentía como una piedra diminuta. –Vamos a morir...-.Susurra Midnight aterrándose de lo que estaba viendo, nunca en su vida había presenciado a alguien con una cantidad de magia similar.

-¡Midnight!-. Grita Estefany de nuevo. -¡Despierta, si no hacemos algo, entonces si vamos a morirnos aquí!-.El Silencio solo seguía expulsando toda la magia que provenía de su espíritu, la tormenta se hacía mucho más agresiva al igual que los poderosos vientos que sacudían con rudeza a los árboles.

A pesar de ello, Midnight no podía reaccionar del todo, le temblaban los brazos.

Retumbó todo el lugar, varios árboles caían, y en efecto se sentía como el verdadero fin del mundo. Estefany corrió lo más rápido que pudo, evitando varios de los rayos que impactaban con poder y violencoa. Se hincó para poder sostener a Midnight y tratar de huir. -¡No me sirves muerta!-.

Un vapor emanaba del cuerpo del Silencio. Al cabo de varios segundos, los rayos habían cesado, la lluvia todavía seguía con demasiada intensidad, pero era El Silencio era completamente diferente, con una mirada furtiva que se consiguió ver a penas, se despejaba el vapor lentamente. Su cuerpo era el mismo, no cambió de tamaño, estaba de espaldas y Estefany aun trataba de huir.

Pero El Silencio rápido se da media vuelta de un solo movimiento, dejando ver sus ojos por completo enrojecidos. Tenía unos colmillos algo de largos que no sobre salían de su boca, pero se veían al sonreír. Esa era la parte mas difícil, verlo sonreír, podía sentirse que solo tenía en su mente retorcida el matar, el asesinar despiadadamente a cualquier que tuviera enfrente sin ningún consideración. –Ustedes no van a ningún lado-. Dijo con una voz mucho más profunda, chasqueo sus dedos para que la magia color roja tomara de los pies a Estefany de repente, fue mucho más veloz de lo que era en un principio, un poder superior. –Admiren la verdadera cara de la oscuridad, hasta el fin de los tiempos-. El Silencio comenzó a jalar a Estefany por el suelo, trayéndola de vuelta, eso hizo que ella terminara soltando a Midnight quien aún estaba paralizada por el miedo. -¡Hasta el fin de los tiempos!-. Grita demasiado fuerte para después dar un salto con en el que alcanzó los 10 metros de altura, en su descenso se veían sus dos manos rojas tornándose en una extraña masa afilada.

Ella no podía moverse, los pies estaban aferrados al suelo, era como si la gravedad fuera más intensa para ella.- ¡Maldición!-. Grita Estefany para invocar su propia barrera de color negro enfrente para protegerla. Pero fue inútil, a pesar de que esa barrera oscura era tan fuerte como el mismo acero, El Silencio pudo perforarla con la misma facilidad que desprender un algodón en pedazos.

Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora