Capítulo 42: Diamante - Acto uno: Batalla del Ogro

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El dragón caminaba indiferente destruyendo los árboles, intentando encontrar al a chica rubia que había golpeado hace no más de unos minutos, su amo le había ordenado matarla y eso era exactamente lo que iba a hacer sin ninguna demora.

Los estudiantes de Canterlot High lo habían visto todo, pero seguían resguardados en la cabaña de la cafetería. La directora Celestia sabía que cuando se trataba de asuntos mágicos, era demasiado peligroso, por no decir que la vida de los estudiantes corría peligro, así que les había ordenado que por nada del mundo salieran a menos que alguien de los que estan haya afuera les digan que es seguro. No quería arriesgarse a tener que someterse a una tragedia.

Pero todo el mundo estaba histérico, en especial Timber que quería salir para saber que su hermana estaba bien, pero por la ventana no se podía ver todo. Nadie quería admitirlo, pero en realidad estaban muertos del miedo, en especial luego de ver a un enorme dragón de color negro saliendo literalmente del suelo.

Esteban seguía corriendo hacia donde iba al dragón, no tenía ningún plan en específico, pero no iba a quedarse sin hacerse nada. El Silencio lo estaba presionando y él lo sabía muy bien, pero no quería darle la satisfacción de que lo viera asustado y tembloroso, si no que por el contrario estaba dispuesto a enfrentarse a lo que sea necesario con tal de no tener que soportar una perdida más en su vida.

El dragón seguía moviéndose con calma, cada paso que daba era un árbol que era destruido, reducido a simples ramas en el suelo. A lo lejos pudo ver a Applejack en el suelo, estaba de espaldas, y había un pequeño rastro de tierra en el suelo, al parecer solo término rodando después del golpe que recibió. El dragón la miró y se estaba preparando para aplastarla como si no fuera la gran cosa.

-¡Oye!-. Le grita a la bestia. Pero el dragón no reacciona, no le interesaba. -¡Oye!-. Le grito más fuerte para después seguir corriendo y lanzarse a su pata, con el fuego en su mano comenzaba a trepar desesperadamente, se estaba exigiendo demasiado, pero todo estaba siendo alimentado por el miedo de detener al dragón a tiempo.

La criatura se fue dando cuenta que tenía que hacer algo pronto, así que sacude rudamente su pata delantera izquierda, pero Esteban estaba demasiado aferrado, incluso apretaba fuerte sus dedos y sin importarle que se lastimen. Sentía que se había lastimado una pierna, lo estaban sacudiendo de tal manera que su cuerpo golpeaba con el del dragón. Pero él seguía trepando, sus escamas lo hacían mucho más fácil de hacer. Era claro que no usaría el fuego contra sí mismo. Para tratar de frenar el paso del muchacho de cabello verde claro, seguía moviéndose fuerte, pero al ver que eso no resultaba, comenzó a usar su otra pata intentando quitárselo de encima. Fue como querer aplastar a un mosquito. El golpe no fue mortal, pero Esteban al sentir todo ese peso, el de la pata del dragón cayéndole encima por completo, provoco que incluso viera de color blanco todo durante un momento.

Su fuerza se fue algo rápido como consecuencia de eso. Sus manos parecían ya no responder del todo, sentía que sangraba del algún lugar pero no estaba seguro de cual, el cuerpo le dolía por igual. -¡No!-. Grita Esteban sintiendo que incluso clamaría del dolor, pero seguía trepando verazmente.

Al dragón le divertía, incluso se detuvo para hacerlo más satisfactorio. Antes de que volviera a aplastar su cuerpo de nuevo usando su pata, él pudo ver a alguien acercársele desde el lomo del dragón. Era de nuevo El Silencio, camino lentamente hasta donde se encontraba Esteban sujetándose todavía de la pierna del dragón, casi había llegado al lomo. -¿Te digo algo?-. Le pregunta El Silencio. –Siempre creía que tendrías más poder, no haces nada que no pudiera hacer un ser humano normal-. Él se acerca para después tomar a Esteban del brazo y levantarlo un poco, parecía que no pesaba nada. Esteban sentía que a un podía moverse pero no lo intentó, prefirió respirar y no usar toda su energía. –Bájate de mí dragón-. Dice El Silencio en un tono de ira y lo lanza directo al suelo.

Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora