Capítulo 4: Virus

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Los días fueron avanzando demasiado rápido como era la costumbre. Pasando más allá de la fiesta de Halloween el 31 de octubre, ya había llegado noviembre, los días de frio no tardaron nada en llegar. Eran de esos días en donde de cierta manera te dolía ponerte de pie, el frio de verdad era un total fastidio para todos en Canterlot High. Para todos excepto para mí. Aunque Applejack me ha dicho "Esteban no tengo idea de que como existe alguien que le guste el frio", yo solo respondí que es un gusto, como la gente que le gusta el chocolate pero no la fresa. Yo odio la fresa...y el sabor de vainilla, y el maíz...bueno son demasiadas cosas que están en la lista.

Es un caso demasiado extraño, pero para mí es un deleite total sentir el frio en el ambiente. Pero no todo eran malas noticias, se acercaba la navidad cada vez más y lo que más me gustaba a mí era conseguir regalos para mis amigos...en especial porque esta sería la primera vez que los iba a dar...o que tenía amigos...o dinero...o ganas de darlos. Aún faltaba demasiado para eso, pero no quería dejarlo para última hora. -¿Te digo algo Lily?-. Pregunte mientras estudiaba una roca demasiado cerca usando una lupa. La granja de rocas ya estaba en funcionamiento, por así decirlo, de nuevo. Ahora Lily y yo podríamos seguir el estudio de las rocas y ver si pueden cambiar sus propiedades, aunque suene extraño. En realidad ya llevo más de un año repitiéndome que es algo extraño, ya abandone ese concepto.

Lily, la que era dos años menor que yo, y que temporalmente era mi asistente en la granja de rocas, responde –Dime... ¿Otra vez crees que lloverá?-.

-No-. Dije un poco más tranquilo. –Solo tengo la sensación de que todo se siente mejor ahora. En fin...-.Dije para mí mismo -...Supongo que es todo por ahora, ¿Ya les pusiste la música a las rocas?-.

-Emm...Si...Aunque no le veo del todo sentido ¿Crees que las rocas cambien algo con la música que les pongas?-.

-Sería lo mismo que con las plantas-. Dije encogiéndome de hombros.

Lily hace una cara de no entender nada –Si, con PLANTAS, estas son rocas, seres no vivos-.

Mire hacia todos lados por si las dudas –Agradece que Maud no está aquí. Las rocas son un misterio Lily, como la electricidad...o las mujeres. Debes tener paciencia para esto, yo tengo demasiada y...sé que algún día Maud volverá para ver que tal he avanzado con esto-. Sin querer recordé a Maud, esas veces en la que la veía barriendo su granja, una parte de mi la sigue extrañado demasiado. De hecho incluso recuerdo que al principio había un rumor de que Maud y yo salimos, pero siendo más que amigos. Qué tontería, me agrado demasiado Maud, pero en definitiva nunca me gusto y nunca le guste.

-Como sea-. Lily me saca de mi burbuja de pensamiento –Si, les puse música a las rocas, a ver si les gusta Fun it-.

-Maud les ponía algo de Kiss. Eran buenos tiempos, pero desde luego que me gustan estos ahora-. Fue para que Lily no se sintiera menos o que pensara que no me agrada tenerla de asistente.

Lily desde hace unos minutos me miraba como si algo quisiera decirme pero no podía. Hasta que después de sujetarse un poco su propio brazo, me mira –Oye... ¿Puedo irme ya?-.

Eso me había sorprendió, en todo el tiempo que llevábamos trabajando con las rocas, era la primera vez que ella me pedía irse más temprano de lo usual, ya habíamos terminado, pero ahora parecía tener algo de prisa -¿Enserio? ¿Por qué? ¿Volvieron los mapaches?-.

-No, no, ni los menciones, todavía tengo pesadillas con ellos. Pero no es eso, es que...voy a salir con alguien-.

-¡¿Enserio?! Me alegra, al fin tienes una amiga-. Dije muy feliz y le di muy pequeños empujones amistosos.

Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora