Capítulo 37: Solar Strings

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-Para ser honesto, jamás pensé que llegaría a estos extremos-. Esteban solo comía, la mesa que había en el centro de la choza bastaba para que dos personas, en ese caso Zecora y él, estaban compartiendo un almuerzo. No era más que comida natural, todas eran verduras y un poco de sopa.

-Perdona de nuevo que sea tan poco, no suelo recibir visitas, diamante loco-.

-Descuide, no me puedo quejar. Ha hecho mucho por ti, considerando que me caí y rompí un poco su puerta-.

-De eso no te preocupes, tampoco es que sea invidente, sé que solo se trató de un accidente. Además...la compañía me gusta, enserio es algo que se disfruta-. Ella sigue comiendo lentamente, compartía cierto placer en hablar con alguien mientras come, no recordaba la última vez en que tenía visitas.

-Es un gusto estar aquí. Cuando todo esto acabe me gustaría volver a casa, mi madre debe estar preocupada he olvidado llamarle en todo lo que duraba el campamento, y mi hermano menor de seguro va a querer que juguemos...ese juego que tiene dados y si obtienes muchos puntos ganas..., suena más divertido en mi cabeza-. Esteban sonríe levemente, el tener esos recuerdos que lo hacían feliz eran un especie de alivio y esperanza contra todo lo que había estado sufriendo desde hace el amanecer de ayer.

-Vas a volver, con tus amigos estarás, eso te lo puedo prometer. Solo debemos seguirnos enfocando, y con paciencia y gran trabajo, esa magia abras controlado-. Zecora le devuelve la sonrisa continuando con su comida.

La calma se podía respirar, era algo liberador, similar a cuando el dolor termina y solo queda esperar para un nuevo día en donde todo saldrá bien. El sentimiento era mutuo, por lo menos ahí en esa choza era como un santuario de los malos pensamientos y esencias que había haya afuera en el bosque. –Debería visitar mi casa alguna vez-. Dice Esteban encogiéndose de hombros. –Si quiere, mi madre es muy preguntona pero...quizás se lleven bien, por cierto Ethan le preguntara acerca de su cabello jajaja-. No puede evitar carcajearse, ya tenía demasiado de no sentirse feliz. Cuando termino, cuando respiraba tranquilamente solo puede estar algo sereno y suspirar mirando su plato con una zanahoria a medio comer. –De verdad quiero ir a casa-. Murmura

Zecora siente algo de enternecimiento a la esperanza que tenía el joven de cabello color verde claro sentando frente a ella. Parecía que había alguien pequeño en la mesa, porque no dejaba de mirar al mismo punto y sonreír a veces, Esteban solo revisaba sus mejores recuerdos, se podía ver en esa sonrisa tan tranquila que tenía, no lo molestó, sabía que lo mejor era dejarlo recordar.

Momentáneamente, como si un rayo hubiera pegado en la tierra y liberado un fuerte ruido, Zecora se levanta de la silla y mira hacia la silla. -¿Lo sientes?-.

Esteban mira también, pero no percata nada. Por la manera en que Zecora reaccionó, y sobre todo con saber que ella puede sentir la magia, sabía que la respuesta no le gustaría. -¿Qué sucede?-.

-Magia oscura, un horrible destino ahora nos augura-.




Gloriosa tenia envuelto en más raíces a Solar Strings, estaba extendido en una pared de la cueva. -¡No lo toques!-. Grita Sunset Shimmer estando molesta pero también intentando librarse de las raíces, junto a Twilight quien ni podía creer lo que pasaba. Ágilmente, Spike se da cuenta que puede roer las raices con sus dientes y quedar libre, pero iba a tardar un poco por lo gruesas que eran, como cuerdas.

Gloriosa solo ignoro el alarido grito de Sunset, estaba completamente llena de poder, la locura ya estaba siendo una parte de ella, la idea de querer proteger a su amado campamento, y además apartarlo del mundo, era lo que lo que estaba nublando su juicio. Levita hasta Solar Strings. –Agradece que no te lastime. Seria....una triste, triste lastima tenerte herido en el campamento-.

Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora