Capítulo 54: Todos muertos

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Habia varios recuerdos que Esteban tenía en su mente, varios de ellos los atesoraba demasiado, algunos de ellos tenían por medio a varios de sus amigos, a algunos de ellos por separados. Algunos días de verano o noches sin viento, cada momento lleno de diversión o de algún momento importante lo guardaba demasiado bien en su cabeza. Y era verdad, a pesar de que Estefany tenia completo control sobre el cuerpo del pobre chico de cabello castaño, ella pudo sentir que algo se desgarraba, como su mente daba un enorme grito desde lo más profundo de su ser al ver a Twilight Sparkle tendida en el suelo sin vida, mientras el agua de lluvia seguía cayéndole en la cara y el viento movía su cabello un poco rudo.

-Cálmate...-.Susurra Estefany. -...No vamos a lograr nada....si nos dejamos llevar...por la ira-. Decía entre dientes en lo que su magia la curaba lentamente. Pero después de eso, se retuerce con fuerza. -¡No quiero calmarme!-. Grita tan fuerte que hasta El Silencio se pudo percatar de ello.

Ambos discutían. –Esteban...sé que te importaba, pero no es momento para esto-. Apretaba sus puños para tratar de mantener el control sobre el cuerpo de Esteban, pero era demasiado inútil ya que sentía las emociones correr nuevamente por todo su ser. Vuelve a retorcerse con fuerza. -¡Twilight está muerta! ¡¿Cómo quieres que me calme?!-. Sus ojos comenzaban a soltar varias lagrimas.- ¡Ella no se lo merecía!-.

El Silencio decidió bajar desde las alturas, con lentitud, con gracia similar a la que tendría un ser divino al descender de los cielos. Puso un pie sobre el suelo para mirar como Estefany se retorcía y parecía luchar contra algo, y ese algo era que Esteban Reynolds volviera a tomar su cuerpo. Él decidió no interferir, ya que hasta estaba levemente impresionado del cambio que pasaba.

A pesar de que Estefany parecía tener el todo el control total sobre el cuerpo de Esteban, el modo en que se retorcía y discutía contra él mismo lo hacía parecer todo lo contrario. -¡No pudiste acabar con El Silencio!-. Grita nuevamente levantándose torpemente. A lo que Estefany le responde. -¡Lo hubiera hecho si tan solo hubieras dejado que te poseyera desde el principio!-. Se recargaba contra un árbol, el agua caía desde su cabeza hasta el suelo, pero se sentía como un despertar. -¡Ahora me darás tu magia, ahora será yo quien esté el mando!-. Grita dándole un golpe a un árbol y este mismo término cayéndose, asustando a un par de animales.

Esteban podía sentir todo su cuerpo de nuevo, el pequeño cosquilleo en la punta de sus dedos, el cabello haciéndole leves cosquillas en su frente, sus ojos mirando a quien habia asesinado a su amiga. Ya no estaba poseído. –Tú...-.Dice entre dientes apartándose de todo temor. El dolor que sentía era mucho mayor que el miedo que le tenía al Silencio desde un inicio.

Jamás en su vida había estado tan enfadado, prácticamente era el mismo sentimiento que tenía cuando su padre había muerto, pero esta vez con la diferencia de que si había un culpable. –Por fin-. Dice El Silencio extendiendo los brazos en señal de alegría. –Esteban Reynolds hace presencia-.

-¡Cállate!-. Grita Esteban para después correr hacia El Silencio, la bruma de color verde claro se extiende demasiado rápido, había una diferencia en él, las venas de sus brazos comenzaron a tornarse en verde claro, la magia negra estaba llegando profundamente hasta él.

-Aún no. Aun no quiero pelear contigo. Puede que seas el chico que mas me ha traído problemas, pero en definitiva quiero matarte al final-. Susurra El Silencio para después hacerse a un lado antes de que Esteban lo golpeara.

Pero la bruma color verde parecía tener vida propia, esta misma se movió sobre El Silencio, tomándolo por sorpresa desde su mano hasta el codo apretándolo fuerte y estirándolo para quedar en forma horizontal. -¡Pero que...!-.

Un Suspiro en Canterlot High (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora