-¿¡Qué!?-exclamé.
-No tenemos absolutamente nada-dijo Harry.
El Capitán Caraculo entró en el comedor.
-Tranquilos,tranquilos-dijo-Podemos asaltar el primer barco que veamos-
-Pero yo no podré ayudar-me quejé-No puedo ni hacer magia ni luchar con la espada-
-¿No habéis conseguido nada?-
Lenna negó con la cabeza.
-Solo Lucy-
Me miré a los pies avergonzado.
-No pasa nada chaval-me dijo el Capitán poniéndome una mano en mi hombro-Te enseñaré a luchar con la espada.-
Yo sonreí.
-¿Qué comeremos mientras tanto?-preguntó Lucy.
-¡Estamos en el mar!-exclamó George extendiendo las manos-¡La pesca siempre es una opción!-
Nos fuimos a la cama hambrientos. Me costó dormirme por el incesable tambaleó que la marea producía en mi cama/saco. A la mañana siguiente me levanté soñoliento. Subí las escaleras de la cubierta. Ya despiertas estaban Lenna y Lucy entrenando. Observando el entrenamiento estaba el Capitán. Me di cuenta de que no había nadie en la cubierta.
-¿Dónde están todos?-le pregunté al Capitán mientras me sentaba a su lado.
-Pescando-dijo el Capitán-¿Listo para un entrenamiento de espada?-
Asentí con la cabeza. El Capitán me tendió una espada de madera. El agarró otra.
-En la lucha de espadas no sólo se necesita agilidad, también se necesita pensar-dijo caminando de un lado a otro-Tienes que fijarte en tu enemigo para ver sus puntos débiles. Cuando los localices...-movió la espada hacia delante-...atacas. Veamos lo que tienes.-
Al igual que al día anterior estuve entrenando todo el día. Pero está vez conseguí avanzar. En todo el día conseguí vencer a George dos veces. Cada vez que me caía me volvía a levantar. A la noche los marineros que habían estado pescando nos enseñaron sus logros. Habían conseguido tres tristes peces. Comí mi ración y me acosté. Al día siguiente volví a entrenar junto al Capitán. Estuvimos toda la mañana entrenando hasta que el vigía suplente gritó:
-¡Barco a la vista!-
-Informe del aspecto-contestó el Capitán.
-¡Navío como el nuestro, guardias del rey Eduard!
Sonreí. Era mi oportunidad de demostrar lo que valía.
-¿A cuánto tiempo?-preguntó Lenna.
-Unos 18 minutos-contestó el vigía suplente.
En ese tiempo nos preparamos para abordarlo. Cuando el tiempo acabó estábamos a treinta pulgadas. Harry lanzó el primer gancho.
-¡Al abordaje!-gritó y acto seguido saltó.

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La isla de Katnup
AdventureHector es un niño huérfano que vive con su padrastro en un pueblo conocido por sus múltiples criminales.Un día descubre que es parte de un mapa humano que lleva a la mítica isla de Katnup.En ella se esconde el mayor de los tesoros.Junto a una tripul...