Cerca de las diez de la noche cerraron las puertas de la funeraria, Mary se fue a casa a descansar un poco junto con su esposo y el resto de sus hijos, Doug me dio un abrazo y aviso que se quedaría en un hotel y me dio el teléfono por si en la noche se me ofrecía algo, fueron los últimos en irse ya que todos se habían ido al ponerse el sol.
Melody estaba a mi lado apretando mi mano y conteniendo su llanto fuertemente, sus ojos estaban hinchados, su larga y lacia cabellera estaba muy desarreglada, parecía estar en shock, pero por alguna razón seguía estando cuerda. Finalmente cedió al sueño, me dio un abrazo y se fue arrastrando los pies, yo me quedé dormido en el sofá y cuando la señorita me pidió que me fuera le grite que se metiera sus reglas por el culo, luego comencé a llorar como un idiota y ella no sabía qué hacer con todo eso.
- No puedo irme a mi casa ¿entiende? Ella está aquí y no allá, todos aquí se fueron con alguien y seré el único imbécil que va a su casa a quedarse solo y yo no quiero estar solo. Por favor déjeme quedarme aquí... le pagare si me deja quedarme aquí, pero por favor no me envíe a mi casa.
Ella asintió y se fue dejando las llaves del lugar dentro, seguramente estaba arriesgando su empleo y aun así me hizo el enorme favor de no mandarme a dormir solo a mi casa.
Cerca de las dos de la mañana se escuchó e ruido de la puerta y se me salió el corazón, me quede en el sillón sin moverme y me arrepentí de haberme quedado a dormir en una maldita funeraria, los ruidos se hicieron presentes de nuevo y agarre una lámpara dispuesto a lanzarla hasta que vi que se trataba de Enrique que estaba intentando abrir la puerta, se le notaba muy ebrio y sostenía una botella de whisky medio vacía.
- ¿Estás bien? - le pregunte luego de haberlo dejado entrar.
- No, sigo ebrio desde ayer, me duele el estómago, pero no puedo dejar de sentirme así - chocaba una frase con la otra y su voz se escuchaba muy ronca.
- Quisiera haberme quedado bebiendo en vez de estar aquí viviendo esto - yo estaba al borde del llanto, él me daba la confianza de eso, era literalmente el único que sabía cómo me dolía.
- Voy a pasar a verla- caminó arrastrando los pies hasta donde ella estaba.
Solo la estaba mirando en total silencio, se terminó la botella de un trago y pude verlo llorar, le dolía hasta la medula como me estaba doliendo a mí y me retiré para darle esa intimidad que merecía.
Luego de un rato apareció y puso la botella dentro de un bote de basura, luego se acostó boca arriba en el suelo.
- Discúlpame si mañana no voy al entierro. No lo voy a soportar - susurro.
- No... no, no, no me vayas a hacer eso hijo de perra, no me vayas a dejar solo. La amabas y no me haces pendejo, así que si la amabas tanto como creo que lo hacías debes estar ahí a mi lado mañana.
Se puso de pie y solo me dio una palmada en el hombro, sonrió, asintió y se fue. Venía a pie, imagino que en su estado le fue imposible conducir. Solo dios sabe cómo llego a casa. Mientras yo me fui dormir de vuelta al sillón.
Sentí un apretón en el hombro, era la recepcionista que me decía que ya tenía que abrir la puerta y me levante, olía a café y a flores.
Ella entro a su pequeña oficina y yo me talle los ojos, minutos después ella abrió la puerta. Me quede sentado y el sueño me venció de nuevo el sueño, me despertaron los murmullos de la gente que llegaba discretamente a dar su último adiós a mi esposa antes de enterrarla, me terminó de despertar la sensación de alguien sentándose a mi lado, era Melody quien lucía un muy cargado maquillaje negro y un vestido de encaje y su cabello estaba perfectamente bien alaciado a lo Morticia Adamms, nada comparado con el día anterior donde lucía como un personaje perseguido por el asesino serial de la película.
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Helado De Nuez (En Edición)
Misterio / SuspensoMi esposa murió. Comenzaré por ahí. La encontré una noche en el baño de su trabajo con un frasco de pastillas a su lado. Cuando estaba tratando de superarlo mi pasado me golpeó duro, un pasado del que no me había preocupado en años, un pasado que ya...