Llorar.
Eso era lo único que podía hacer en ese momento.
Nunca me gusto llorar ya siempre sentí que me hace ver aún más débil de lo que era, sin embargo, no pude evitar llorar en ese momento.Tal como lo dijo el nuevo gobernador, unos pocos minutos después de que terminara la transmisión aparecieron unos funcionarios que me inyectaron en el brazo el famoso rastreador. Según lo que entendí, solo me lo inyectaron a mi porque era imprescindible que no huyera al tener 16 años y tener la edad para ser elegida como tributo.
No comencé a llorar hasta que los guardias se fueron que fue cuando finalmente deje que todas las emociones que me estaban ahogando fluyeran. Miedo, enojo, desesperación, tristeza y muchas más. Tantas emociones juntas solo pude liberarlas llorando, ya que ni siquiera podía escribir como siempre hago cuando necesito liberarme.
Los funcionarios nos dijeron que debíamos seguir nuestra rutina de siempre, estudiar, trabajar, pasear y esas cosas. Pero no estaba segura de como iba a hacerlo ahora que se que en dos semanas podría estar muerta y peor aún, alguno de mis amigos también podría estarlo.
Pensé en Luna, en los chicos de la Roller Band, en Jim y Yam, en Gastón y en todos los que conocía y veía a diario en el Blake y en el Roller. Cualquiera podría morir en poco tiempo y eso me angustiaba aún más por lo que las lágrimas salían en mayor cantidad.
De tanto llorar me dormí y me desperté al día siguiente. Era lunes así que, siguiendo las ordenes de los funcionarios, debía ir al Blake para "seguir mi rutina" aunque dudo que me pueda concentrar en lo que sea que den los profesores. Mientras me preparaba no pude evitar mirarme al espejo y notar mis ojos rojos e hinchados. Horrible, pero reflejaba lo mal que me sentía en esos momentos.
Cuando llegue al Blake parecía que acababa de entrar en un velatorio, todos se notaban con los ánimos bajo tierra y hasta vi a algunos con los ojos igual de rojos que los mios. Busque a Luna con la mirada y cuando la encontré nos abrazamos mucho mas fuerte de lo que alguna vez lo hicimos, tuve que hacer fuerza de voluntad para no largarme a llorar en medio de los pasillos del colegio.
-Ay amiga -dijo Luna con la voz quebrada y los ojos algo rojos- ¡Esto es una pesadilla! No puedo creer que hagan algo tan horrible -soltó un sollozo-
-Lo se amiga, lo se -dije intentando tragarme las lágrimas. Las dos estábamos muy mal así que preferimos sentarnos en las escalera hasta que comiencen las clases- ¿Haz podido hablar con los chicos?
-No amiga -dije deprimida- ayer luego de que se fueran los funcionarios lo único que pude hacer fue llorar hasta dormirme, y luego me vine para acá así que no pude hablar con ninguno.
-Pero estoy segura de que a ninguno nos va a pasar nada, Nina. Vamos a salvarnos de esta
-Si, ojalá -dije aunque siendo sincera, me costaba ser optimista en estas circunstancias. Esa es una de las muchas cosas que admiro de Luna, que incluso en momentos como este en los que no sabemos si vamos a vivir o no, ella seguía manteniendo las esperanzas y siendo siempre positiva. Yo pase la noche imaginando las mil y una formas en las que podía morir en esa arena, completamente segura de que podría llegar a ser seleccionada.
-Chicas -escuchamos que decían en frente nuestro. Cuando levantamos la mirada vimos a Matteo y Gastón llegar con el semblante tan triste como el resto de nosotros y podría jurar que con algo de preocupación también.
-Acá están, estábamos muy preocupados -dijo Gastón mirándome y eso me sorprendió, ¿Gastón Perida preocupado por mi? No, seguro lo dijo en general. El es un chico muy dulce, claramente se iba a preocupar por los demás aunque no sean sus amigos.
-Si, ¿como están? Me refiero a que si las lastimaron cuando se las llevaron -mientras Matteo hablaba no pude evitar mirar el golpe que aún se notaba en su mejilla. Recuerdo que el día en que nos llevaron a todos a la fuerza él quiso golpear a un funcionario cuando lo vio agarrar a Luna con fuerza del brazo, lo que hizo que se ganara un puñetazo en el rostro por parte de otro.
-Estamos bien chico fresa, no nos hicieron nada, pero ¿y tu? -dijo Luna señalando el golpe en su cara. -¿Te duele?
-Claro que no chica delivery, soy mucho más fuerte de lo que parezco -dijo sacándole una pequeña sonrisa a Luna.
-Que bueno que estén bien, todo esto es una completa locura -habló Gastón- Y justo cuando al fin iba a conocer a Felicity.
Me había olvidado por completo que antes de que todo se pusiera loco, Felicity había anunciado que iba a cantar en el Open. Eso hizo que me deprima aún mas, porque ahora que se que podría morir en poco tiempo, también sabia que debía decir toda la verdad antes de que pueda pasarme algo. Pero con todo esto, no estoy segura de poder hacerlo.
-Bueno pero quizás ella cuente toda la verdad antes de la elección ¿no? -dije intentando que no se deprima por ella.
-Si, quizás tengas razón -dijo pensativo- No se que vaya a pasar en dos semanas, pero solo espero poder decirle lo que siento a los ojos antes de que a alguno le pase algo -suspiró mientras se revolvía el pelo. Eso era algo que solía hacer cuando estaba nervioso.
El solo imaginarme a Gastón siendo seleccionado y luego asesinado, basta que todo mi estomago se revuelva. Pero me pone aún peor imaginarme no volver a verlo y que el nunca sepa la verdad sobre mis sentimientos, y sobre Felicity. Nunca le dije a Gastón que lo quería, y si no lo hago antes de las elecciones se que me voy a arrepentir mucho.
Estaba decidida a hacer algo, quizás no lo haga en el Open (ya que pasó la fecha) pero de alguna forma todos se iban a enterar de la verdad antes del día de la elección.
Antes de que alguno de nosotros se dirija a su muerte.
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Spark #1
FanfictionSi alguien le hubiera dicho a Nina Simonetti que iba a tener que vivir esta pesadilla, nunca le hubiera creído. Pasar de ser una tímida chica, con una identidad secreta y enamorada de uno de los chicos más populares de su colegio... a ser obligada...