"Luz de Luna"

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"Vas a vivir para demostrar que eres tan valiente. Todo lo que quieras lo podrás alcanzar"

Esa es sin dudas mi parte favorita de la canción que compuso Simón hace un tiempo atrás, la que me inspiro y me levantaba el animo cuando apenas llegue a Argentina y aún no lograba adaptarme al lugar. Nuevo colegio, nuevos compañeros, nuevo trabajo, nuevo país...era mucho para asimilar en tan poco tiempo.

Me identifico mucho con esa canción porque si hay algo que yo nunca hago, es darme por vencida. Siempre intento ver el lado positivo en todo, incluso en momentos en los que parecía casi imposible encontrarle un lado bueno.

Hasta ahora.

Cualquier persona que me conozca aunque sea un poco, puede afirmar que soy la persona más despistada del mundo mundial, sin embargo, los últimos días están demasiado claros en mi memoria, ya que estuve más atenta que en toda mi vida.

Recuerdo muy bien esos últimos momentos de paz, en donde nuestras preocupaciones se basaban en aprobar los exámenes del Blake, ensayar para las competencias de patín u decidir que canción cantaremos en el Open. Recuerdo haber sentido un gran orgullo cuando Nina, me confeso que tomo la decisión de presentarse en el Open como Felicity, que de una vez por todas iba a dejar de hacer sufrir a Gastón y afrontar la verdad. No me cabía tanto orgullo en mi cuerpo.

Y fue justo en ese momento en el que todo empeoro, en el que la constante tranquilidad en la que viviamos se esfumo. Recuerdo haberme enojado cuando uno  llamado "agente de la paz" me tomo por la fuerza del brazo y comenzaba a arrastrarme hacia la salida. Recuerdo que Matteo intentó defenderme e impedir que me hicieran daño, pero se gano un bien puñetazo en el rostro al enfrentarse al agente de la paz. Recuerdo mis gritos y las lágrimas que caían de mi rostro mientras era trasladada hacia la mansión, con Ámbar quejándose de lo desubicada que es la gente en estos días, que no saben como tratar a la gente de alta clase como ella y esas cosas. Recuerdo llegar y correr a los brazos de mis padres, mientras ellos escuchaban las ordenes que nos daban los agentes de la paz. Recuerdo permanecer a su lado todos esos días hasta el anuncio que dieron por televisión sobre la creación de los Juegos del Hambre.

No entendía nada, ¿por que alguien querría que 24 jóvenes luchen a muerte entre ellos? ¿por que, además, querrían televisar todas las muertes y peleas? ¿como pueden querer convertir algo tan horrible como un asesinato, en un reality? Esas y muchas más preguntas eran las que me hacia, pero de ninguna obtenía respuesta. En el momento en el que caí en cuenta que cualquiera de mis amigos, incluyéndome, podría ir a los dichosos juegos fue cuando comencé a temer, cuando sentí que mi valentía se desmoronaba. El solo pensar en alguno de mis amigos metido en ese lugar y luchando por su vida basto para que me preguntara si realmente había un lado positivo en esta situación. Me di cuenta de que si, después de todo, son muchos los jóvenes que estarán en la elección, cualquiera puede ser seleccionado, pero cuando sentía que mi esperanza estaba mas fuerte que nunca, escucho un nombre que lo cambia todo:

Nina Simonetti

Mi mejor amiga, la persona que más me ayudo desde que me mude a Buenos Aires, la que le confiaba todo de mi, la que me apoyo en muchas situaciones difíciles, mi compañera, mi hermana...fue seleccionada.

En ese momento sentí que todo mi mundo se derrumbaba, que la esperanza que siempre me acompañó, me dejaba. No era que le deseara la muerte a otra persona, a fin de cuentas nadie merece ir a los Juegos, pero ¿por que tuvo que ser justo el nombre de Nina el que agarro la tal Fiama? ¿de tantos papeles que había, por que justo el de una de las personas que más quiero en mi vida, fue el elegido?. Y cuando sentí que nada podía ir peor, sale su nombre:

Matteo Balsano

Al escucharlo, sentí como todos los pedacitos de mi corazón que se rompieron al escuchar el de Nina, eran destrozados aun mas por un martillo. Cualquiera estaría confundido del por que me dolió tanto escuchar el nombre de Matteo, pero en estos últimos días, utilice todo mi tiempo libre en recordar cada momento que pase con él. Cuando nos conocimos en Cancún; cuando me lo volví a cruzar acá en Buenos Aires; cuando sentí una extrema incomodidad al verlo besarse con Ámbar, aunque en ese tiempo no sabia por que pasó; cuando hicimos de Romeo y Julieta para el taller de teatro; cuando patinamos juntos en la competencia internacional...cuando nos besamos.

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