Capítulo 2

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Señoras y señores ¡hemos sobrevivido a la primera semana de rutinas! No sufrimos bajas, tampoco accidentes ni explosiones. Creo que estoy exagerando, pero bueno, empezamos este año de la mejor forma.

Los chicos además de ir a la escuela, hacen deporte y Alai empezó a practicar tango. Eliel puso el grito en el cielo cuando ella comentó que comenzaría a tomar clases de tango, pero después el arranque de "hermano mayor sobreprotector" se le pasó, yo sospechaba que tenía mucho que ver con la profesora ya que por las tardes él se la acompaña siempre hasta el estudio y vuelve a casa con una sonrisa de bobo. Yo lo sospecho no tiene nada que ver que Alai y yo hemos hablado de cómo se pone Eliel cuando ve a su profesora bailando, pff...no para nada.

Por petición de Teo, ese sábado fuimos al parque en familia, aunque los mellizos y Alai invitaron a sus mejores amigos -meh dos más para el cuarteto de locos no hacen daño- Octaviano y Ornella Levi, son nuestros vecinos de toda la vida, crecieron junto a mis hermanos, van a la misma escuela, no tenían más opción que llevarse bien.

Eliel no nos acompañó, tenía un partido de fútbol con sus compañeros de oficina. No me quejo, tiene derecho a tener su tiempo de diversión. Por otro lado, los chicos ya no son tan pequeños, no es como si tuviera que vigilar que Teo no se escapara hacia los puestos de comida y preocuparme porque Alai se colara en el tren fantasma.

Al llegar al parque me detuve justo en la entrada, haciendo que mis hermanos y sus amigos se reuniesen a mi alrededor.

–Bien, reunión familiar –empecé con mi tono de mamá gallina– si se pierden el punto de reunión es en ese banco –señalé hacia un banco de madera que se encontraba a tres escasos metros de la entrada. Miré la hora en mi reloj, marcaba las 20.

–Segundo, tenemos que volver a casa a las diez, así que diez minutos antes nos encontramos en ese mismo banco. Tecero –agregué mirando a los mellizos– nada de travesuras. Y por último, pero no menos importante, diviértanse.

Esto último lo dije con una gran sonrisa, les di dinero para que compraran fichas y a medida que lo iban recibiendo se alejaban en grupos tratando de ponerse de acuerdo sobre cuál sería el primer juego al que irían. Los mellizos y Octaviano fueron hacia la montaña rusa, mientras que Alai y Orne se dirigieron al lado opuesto hacia las máquinas electrónicas. Teo se quedó a mi lado examinándolo todo con curiosidad.

–Teo ¿a dónde querés ir primero?

–Al mini básquet –me contestó con una sonrisa triunfante.

–Mini básquet será capitán –le contesté sonriendo. Juntos nos dirigimos hacia donde iban las chicas, allí dentro había un montón de personas jugando, tanto niños como jóvenes y adultos. Después de comprar las fichas, nos dirigimos hacia el juego, en realidad Teo corría desesperado para que nadie ocupase el juego.

Después de diez minutos en el mismo juego llegué a la conclusión de que mi hermano más pequeño es un crack, los entrenamientos estaban dando fruto. Erró solo dos tiros y logró canjear los tickects que le daba la máquina por más fichas, increíble.

Cuando se cansó, me pidió ir a las hamacas voladoras, la altura y la velocidad nunca lo asustaron, en realidad a ninguno de nosotros. Teo logró pasar el control de altura sin problemas, era alto para sus doce años aunque su carita todavía conservaba la redondez propia de la niñez.

Me senté en un banco enfrente del juego mientras miraba como se colocaba el cinto de seguridad, a mi lado se sentó una señora con un niño de un año en brazos. Veo como le sonreía a una niña que estaba sentada en otra hamaca cerca de Teo.

–¿Cuál es el tuyo? –me preguntó girándose para hablar conmigo.

–El que tiene la remera de Batman y se mueve con ansiedad, aunque es mi hermano no mi hijo –le respondí mientras me reía de mi hermano que me hacía caras desde lo lejos.

–Oh, ¿Le tiene miedo al juego?

–No, al contrario le gusta un montón –le dije, mientras jugaba con el bebé que cargaba en sus brazos– ¿y el de usted?

Pregunté más por respeto que por curiosidad, pues yo ya sabía que su hija era la niña detrás de Teo.

–La niña de trenzas, está justo sentada atrás de tu hermano.

Estuvimos sentadas allí, viendo como los chicos reían y gritaban de felicidad, o tal vez por la adrenalina, desde sus lugares.

–Son lo mejor que nos puede pasar en la vida ¿no?

Agregó la señora mirando a los chicos que en ese momento bajaban del juego y cruzaban la valla de seguridad. Yo asentí mientras me acercaba a Teo y saludaba a la niña.

–Hasta luego –saludé a la mujer y le dediqué una última sonrisa al niño que llevaba en brazos.

Por el resto del tiempo que estuvimos en el parque, Teo iba de aquí para allá saltando y corriendo, de a ratos lo perdía de vista entre las multitudes que se armaban alrededor de algunos juegos y las filas para entrar a otros, pero luego lo encontraba a él en una o mirando cómo otros jugaban.

Cuando se hizo la hora, nos dirigimos hacia el banco "punto de encuentro" –sí, ya sé tenemos que dejar de ver películas de espías, es una adicción que tenemos los seis-. Las chicas estaban sentadas en ese banco conversando en voz baja y mirando a un grupo de chicos que hacían cola para entrar a los autos chocadores, me pareció extraña la seriedad que tenían lucían mini mafiosos. Me acordé de la época en que Leonor y yo también veíamos chicos analizándolos y hablando de ellos secretamente, pero eso fue hace mucho tiempo cuando (por culpa de mis hormonas quedaba en ridículo y perdía toda la dignidad, no es que la hayas recuperado tampoco Ela) las hormonas me hacían hacer el ridículo.

Cuando me estaba por sentar al lado de ellas, llegaron los chicos, lo que me llamó la atención fue su aspecto, Nehemías tenía las zapatillas mojadas, Nahúm y Octaviano tenían pasto en sus cabellos, el último además lo llevaba mojado. Los miré detenidamente a los tres alzando una ceja.

–No voy a preguntar hasta que lleguemos a casa –les hice saber.

Al empezar a ir hacia la parada del colectivo, observé que Octaviano también traía mojada la parte de atrás de su remera.

¿En dónde se metieron que están tan mojados y sucios? Espero que no hayan hecho ningún desastre...






***

Espero que les guste lo que escribo, y lo disfruten tanto como yo.

Quiero decirles dos cosas: la primera es que como uso mi variante argentina del español es probable que encuentren palabras o frases que no se entiendan, me pueden escribir sobre las dudas que tengan y trataré de responderlas xD

Segundo, voy a actualizar los fines de semana, como empecé las clases en la universidad no puedo darme el lujo de hacerlo otros días. Así que ya saben no desesperen.

Nos leemos luego.


En multimedia, Somebody to love por Queen (porque sí jaja)


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