Capítulo 17

8 2 0
                                    

No tuve tiempo de pensarlo mucho, solo acepté. Luego me di cuenta de que tendría que compartir la hora del almuerzo con Caleb y eso me volvió a poner tensa.

Hace mucho tiempo que un hombre no demostraba un interés romántico sobre mí. Generalmente, tenía que lidiar con el coqueteo de personas que no volvía a ver en mi vida, pero el doctor era otro asunto totalmente diferente. Él me buscaba, mostraba un interés genuino y si bien al principio pensé que solo lo hacía porque era el responsable de supervisar el estado médico de mi mamá, pronto me dejó en claro que iba mucho más allá de eso.

No me sentía incómoda de una mala forma, no era como si me sintiera acosada. Era solo que no sabía cómo lidiar con él. Porque lo admito era muy guapo, pero yo estaba muy lejos de poder llevar esto más allá de una relación cortés entre doctor-familiar de paciente.

-¿A dónde quieren ir? -nos preguntó Caleb, sacándome a mí de mis divagues, me di cuenta que si bien había hecho la pregunta para todos, esperaba por mí respuesta.

-Por acá cerca hay una pizzería muy buena, además, tienen varios juegos -propuse sabiendo que era la pizzería favorita de Teo y, siendo sincera, también la mía. 

-Ok, por mí está perfecto - accedió Caleb mientras con las manos nos hacía señas para que caminásemos a su auto. 

Dos canciones después, nos detuvimos frente a nuestro destino, "El paraíso de la pizza". El local era grande y muy luminoso, en la fachada colgaba el cartel con el nombre entre nubes y dos ángeles regordetes que llevaban en la mano una porción de pizza. Muy ingenioso y original si me preguntan. 

Entramos al local, Teo y Fabri corrieron entre las mesas para elegir ellos el lugar estratégico, cerca del metegol. Yo sólo los seguía, dejándolos jugar. 

Nos acercamos a la mesa que los chicos ya habían escogido, como ellos se sentaron juntos Caleb y yo tuvimos que sentarnos enfrentándolos.  Después de habernos comido dos pizzas entre los cuatro, los chicos se fueron a jugar y nosotros nos quedamos en la mesa viendo cómo ellos jugaban junto a otras dos chicas. 

-¿Por qué? - preguntó mi acompañante, la curiosidad brillaba en sus ojos.

-¿Por qué qué? - pregunté sin entender, mientras me giraba para hacer contacto con sus hermosos ojos cafés. 

-No logro entender cómo es que te convertiste en la tutora de tus propios hermanos, es más que eso no eres solamente su guardiana legal. Eres todo lo que ellos necesitan, su mamá, su mejor amiga, su enfermera, todo. 

Lo miré durante unos segundos pensando en cómo responder a eso:

-La verdad es que nunca lo consideré de esa manera simplemente lo hice, me convertí en todo lo que ellos necesitaban. 

-¿Y no te cansas? ¿No dudas? 

-Cansarme no tanto, termino agotada después de trabajar pero no es como si quisiera renunciar y decir "ya no quiero hacer esto". Ahora lo de dudar... siempre tengo dudas, mis hermanos están creciendo y tengo que enseñarles cada día a valerse por sí mismos, pero ahora siento muchas dudas, sobre todo porque la situación de mamá cambió y no para mejor.

No sé por qué, pero el hablar con Caleb se sentía muy bien, tal vez me sentía así porque él era casi un extraño para mí, alguien que no me conocía. Él me miraba atento, sin juzgarme sólo escuchando lo que tenía para decir.

-¿Tus hermanos ya lo saben?

-Sí, lo tomaron con mucha calma, los mellizos y Alai se pusieron un poco tristes. Pero, el que más me sorprendió fue Teo, él no dijo nada sólo me miró como si la noticia no fuera nada nuevo y siguió desayunando como si nada.

Juntos EternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora