4- Un nuevo hogar, un nuevo comienzo

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Fuimos deshaciendo el abrazo lentamente. Tenerle tan cerca y no poder besarle me mataba. A medida que nos separábamos, nuestras miradas se enlazaban más y más. Como si quisieran ver lo que el otro sentía, pensaba o quería. Sin darme cuenta, cada vez nuestras caras estaban más cerca. Ansiaba que no quedara distancia alguna entre nosotros. Y cuando casi conseguimos que desaparezca, mi móvil empieza a sonar, rompiendo así el momento y devolviéndonos a la realidad. Realidad donde no estamos juntos, donde ambos nos hicimos daño.

Blas: será mejor que me vaya

-No. Espera porfa.- saque el móvil del bolsillo del pantalón y sin mirar quien era contesté- si? Hola, Mario. Bien, estoy mejor gracias. No, no hace falta que vengas. Nos vemos el lunes. Gracias. Adiós.

Blas: me voy. Es lo mejor.

-bien. Ya nos veremos, entonces. Cuídate.

Blas: igualmente. Hasta la próxima.

-Hasta la próxima.- salió de casa sin mirar atrás, sin despedirse si quiera con dos besos.

En cuanto cerré la puerta, las lágrimas empezaron a caer a medida que los recuerdos volvían. Quizá no había sido buena idea darle el regalo y hacer como si no hubiera pasado nada. Las cosas habían cambiado.

Me puse el pijama y me senté en el sofá. La 1am y sin ninguna gana de dormir. Cogí un libro y empecé a leer. Al menos esto me alejaba un poco de la realidad. Al final me quedé dormida con el libro en la mano.

El lunes al salir de trabajar, a eso de las 5 de la tarde, fui a la inmobiliaria a por las llaves de mi nueva casa. Como seguía sin coche Mario me llevó hasta allí.

-ya las tengo!- exclamé aun sin creérmelo cuando salí del local y me reuní con Mario, que me esperaba fuera apoyado en la moto.

Mario: enhorabuena propietaria!

-gracias!- le dije mordiendo mi labio y lanzándome a abrazarle.

Cuando Mario deshizo el abrazo me besó sin darme tiempo a reaccionar. Y yo...le correspondí. Por un momento imaginé que era Blas, que este era el beso que ayer casi nos dimos.

Mario: vamos a intentarlo, por favor.

-Mario, ya lo hemos hablado. No va a funcionar. Adoro el colegio donde estamos...y si no sale bien...no vamos a poder trabajar juntos.

Mario: pues si no sale bien me cambio y listo. Busco otro colegio. Pero va a salir bien. Dame una oportunidad.

-yo...

Mario: venga sube. Te llevo a tu nueva casa y ya lo pensaras.- dijo tendiéndome el casco.

Nos montamos y pusimos rumbo a mi nueva casa.

Por el camino, abrazada a él como iba empecé a pensar que por intentarlo no se pierde nada. Pero yo aun quería a Blas y olvidarle era imposible, por mucho que había intentado hacerlo. Pero él seguro ya lo había olvidado todo. Solo olvidando podría no guardarme rencor. Un clavo saca a otro clavo, dicen. Y Mario sabe hacerme feliz. Me entiende y me hace reír. Podría ser el comienzo de algo nuevo. Aun mejor, mi nuevo comienzo. Empezar de nuevo en el amor, sin prisas y sin presiones, sin miedos.

Ya me imagino un futuro juntos. Nuestras citas, conociendo a las familias, nuestra boda, viviendo juntos, criando juntos a nuestros hijos,...si. Puedo hacerlo. Ya le quiero, y dicen que el roce hace el cariño... Puedo llegar a amarle, no como a Blas, pero creo que con tiempo podría.

Entre pensamientos y pensamientos habíamos llegado a mi nueva casa.

Mario: si quieres puedo subir y estrenamos la casa...-insinuó

3- Begin againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora