19- El mejor regalo

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Llevábamos dos meses ya juntos. Tiempo que habíamos disfrutado día a día, sin broncas ni rencores. Cada fin de semana hacíamos algo distinto: uno íbamos a cenar, otro al cine, otro fuimos al teatro, otro estuvimos de concierto y otros estábamos con nuestros amigos. Entre diario no nos veíamos mucho porque los chicos estaban con la grabación del nuevo álbum y terminaban tarde.

Era principios de abril y la primavera se sentía en cada esquina de la ciudad. Era viernes y Paula, Clara y yo habíamos pensado ir a buscar a los chicos al estudio e ir luego a cenar.

Cuando nos vieron ni se sorprendieron porque alguien, ejem Paula ejem, se había chivado.

Clara: bueno, nos vamos a cenar o no?

Dani: yo he quedado. Cenamos otro día.

-más te vale, rubio.

Carlos: yo me voy a terminar la maleta, que mañana salgo pronto hacia tierras alicantinas.

Paula: pues nada, solo nosotros. Encima que venimos a daros la sorpresa...

-menuda sorpresa cuando te chivas antes!

Al final acabamos las tres parejas en casa de David pidiendo comida china. La cena paso con risas, fotos, vídeos, y algún que otro baile. Al acabar, Paula y Álvaro se fueron a su casa y yo llevé a Blas a la suya.

Blas: hasta mañana, cielo- se despidió junto con un suave beso en los labios. Ya ni se esforzaba en intentar romper las condiciones, y a mí me estaba costando ser fuerte.

-te importa si subo al baño? Es que me meo y no sé si aguantare hasta mi casa...- le pregunto cuando ya está saliendo del coche, mordiéndome el labio.

Blas: a, ahora? Si no puedes aguantar...pues si...supongo...- me responde nervioso y evitando mi mirada.

Subimos en el ascensor y durante ese tiempo yo pongo carita de niña buen y sigo jugueteando con mi labio inferior, haciendo que él se ponga cada vez más nervioso.

Cuando salgo del baño me pongo a buscarle por la casa. Le encuentro en su habitación, sentado en la cama con las manos entrelazadas y la mirada perdida.

-cielo, me voy ya. Estas bien?

Blas: si, no te preocupes. Vete antes de que se haga más de noche.

- vale. Hasta mañana - me acerco a darle un beso. Pero no deja que dure lo que tenía pensado.

Blas: cielo, las condiciones...si no te vas no podré mantenerlas.- me dice sobre mis labios

-A la mierda las condiciones. Por una semana no se enterará nadie.- le contesto volviendo a besarle desesperadamente. Pero me aparta.

Blas: no. Vamos a cumplirlas. Todo está bien, no vamos a estropearlo ahora por no saber esperar...

-está bien...Hasta mañana. Buenas noches.- le doy un beso y salgo de la casa.

Una vez en la calle las dudas de siempre vuelven a mí. No me quiere ya? No me desea? Pero esta vez no voy a dejar que me afecten y controlen la situación. Sé que se esfuerza porque esta vez salga bien.

La mañana siguiente me despierto al sentir el timbre. Estoy tentada de ignorarlo y seguir durmiendo, pero algo me dice que tengo que abrir. Al abrir me encuentro a Blas apoyándose en el marco, con esa media sonrisa que me vuelve loca.

-Qué haces aquí?- le pregunto dejándole entrar.

Blas: venir a darte los buenos días.- me dice dándome un beso. Cuando se lo devuelvo, le cojo de la chaqueta y le arrastro hasta mi habitación. Le tiro a la cama ante su mirada perpleja, me tumbo a su lado y nos arropo a los dos mientras me acomodo en su pecho.

3- Begin againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora