16- Terapia con la abuela

973 56 16
                                    

Mañana lunes operan a su hermana. No me han dejado pedir el día libre, así que me paso la mañana pendiente del teléfono. En la hora del recreo llamo a Mario para ver qué tal, pero me dice que aún no saben nada.

No es hasta las 3 de la tarde que me llama para avisarme que acaban de salir de quirófano. 5 horas de intervención. No sabe qué esperar.

Termino mi jornada y salgo corriendo al autobús para ir al hospital. Cuando llego Mario está en la puerta fumando. Él no fuma.

-qué haces? Qué ha pasado?- le pregunto mientras le quito el cigarro de la mano.

Mario: primero devuélvemelo.- me pide evadiendo mi pregunta.

-contéstame.- le exijo

Mario: tenía metástasis.

-no...No...- empiezo a negar pensando lo peor.

Mario: han conseguido aislar todas las ramificaciones y limpiar la zona. Esta fuera de peligro. Ahora devuélveme mi piti

-gracias a Dios.- respiro aliviada.- y esto, me lo quedo- le digo señalándole el cigarro y dándole una calada.- tú no fumas y no lo harás. Bastante es tener un caso en la familia como para tener otro, y encima tú.

Mario: gracias.- me dice y yo asiento mientras expulso el humo- Te quiero.- confiesa acompañando las palabras de un profundo beso.- Feliz San Valentín.

-Feliz San Valentín.- le respondo sin ganas. La verdad que ni acordarme de la fecha que era. Ni si quiera hemos hecho algo en clase, los niños me mataran cuando se enteren. Pero yo no estoy pasando el mejor momento como para pensar en la susodicha fecha. Lo que me hacía falta, tirarme todo el día de San Valentín tirada en el sofá comiendo como si fuera un pozo sin fondo y viendo películas que me recuerden mi dilema amoroso. Aunque estar en el hospital...no es lo mejor...

25 de febrero. Hace ya una semana desde que operaron a Carla. Esta muy recuperada y pronto la darán el alta. Por el momento, hoy le llevo una sorpresa.

-No puedo traer a los niños porque no les dejan entrar. Pero te han hecho otros dos dibujos.- digo tendiéndole las hojas.

Me siento en la cama, saco el portátil y lo conecto a la WiFi.

-Decidle 'hola' a mamá- digo hablándole al ordenador. Le paso a Carla el portátil donde sus hijos están vía Skype saludándola emocionados.

Salgo de la habitación y me dirijo a las escaleras. Es hora de superar esto. Siempre voy dando ánimos y escuchando a los demás, es hora de que me anime a mí misma. Estoy allí unos minutos y en seguida vuelvo a oír los recuerdos en mi cabeza. Pero esta vez aparece uno que no pertenece a este lugar.

«No tengas prisa por unirte a un hombre. Habrá varios, unos vendrán y otros se irán. Pero sólo uno, el elegido, esperara por ti. El momento vendrá solo. No corras en buscarlo. La vida es corta para unirse a alguien, disfruta de la vida. Ya habrá tiempo de casarte y ser madre.- me decía mi abuela meses antes de dejarnos.»

Llamé a mi abuela materna, con todo esto de Carla no había ido a verla ni la había llamado, y para mí era mi segunda madre, mi confidente.

-Abuela!

María: mi chica! Qué tal? Me tienes toda abandonada!

-Lo siento, ya sabes la situación. No disimules que sé que mi madre se ha ido de la lengua.

María: que tal esta? Y los niños?

-todo bien. No te preocupes. Llamaba para hablar...

María: lo sé. Recuerda que en esta familia somos brujas. Mario o Blas, verdad?

-si...estoy hecha un lío...y...encima estoy donde murió mi abuela, y...- confesé llorando

María: ya está, mi niña. Es normal. Son hombres diferentes, cada uno te aporta una cosa, y con cada uno has vivido una etapa. Primero vamos a solucionar lo de tu abuela. Cariño mío, ella estaría muy orgullosa de verte ahora, eres toda una mujer. Y su sueño se ha cumplido: has terminado tus estudios, tienes una casa que por cierto aun no he visto, tu propio coche, trabajo,...no dependes de nadie. Estar allí duele, pero si apartas el dolor, podrás sentirla dándote fuerzas. No la gustaría nada verte así. Así que sonríe ahora mismo - al decirme eso empecé a sonreír y terminé riendo.

-este fin de semana te llevo a mi casa, ya verás que bonita.

María: mas te vale! Y ahora, los líos amorosos. Cielo, te he visto nacer, crecer, sufrir, vivir,...pero también te he visto caer. Cuando tu madre estuvo en el hospital, no te vi ni un día llorar, pero sabía que lo hacías. Nunca perdiste la esperanza de volver a estar con tu madre. Ahora te pregunto, con quien no has perdido la esperanza de pasar el resto de tu vida? Piénsalo. Y llámame cuando lo sepas. Te quiero, mi chica.

-gracias abuela. Te quiero.

Vale. Era hora de tomar la decisión final. Nada me ataba a ninguno de los dos. La enfermedad de Carla ya había pasado y mi promesa quedaba cumplida.

Con Mario tenía una familia ya. Conocía a todos y todos me conocían. Me quieren y me aprecian. Con él tengo estabilidad, siempre estará conmigo, día a día. No vivo con el miedo de perderlo. Me siento bien estando con él. Me respeta, me cuida y me mantiene por el camino correcto, desde que le conozco no voy de discotecas, no me lío con el primero que pasa, no bebo en exceso y no soy fumadora compulsiva. Tendría una vida feliz, cómoda, relajada y llena de días en familia.

Con Blas tendría que empezar de cero, olvidar el pasado. Y en cierto modo, siempre hemos estado en el principio. No conozco a su familia ni él a la mía. Estaría ausente por las giras y conciertos. Viviría siempre con el miedo de que se vaya con una fan o que en algún viaje suceda algo. Con el nada es normal. No hay rutina, es una montaña rusa. Me hizo caer en el pozo y salir del camino que tenía trazado. Por supuesto me respeta y me siento bien con él. Tendría una vida privada que en ocasiones se tornará pública. Pero estaría llena de días en familia, con nuestra familia de sangre y la familia que hemos creado con nuestros amigos.

La balanza está inclinada. Cierro los ojos, respiro profundo y me preparo para lo que venga. Nadie dijo que tomar decisiones fuera fácil.

Entro a la habitación y veo a Mario, nuestras miradas se encuentran y entonces me doy cuenta. La decisión está tomada.

Mario: mi hermana vuelve a sonreír gracias a ti. Ven, tengo que preguntarte algo.- me dice acercándose, cogiéndome de la mano y sentándome en una silla. Se agacha para quedar a mi altura, me coge la mano y mirándome a los ojos me hace su pregunta. Antes de oírla y asimilarla, recorro la habitación con la mirada. Su familia está ahí y me miran sonriendo, Carla asiente cuando paro mis ojos en ella. Me dan tranquilidad y su aprobación.

----------------------------

-Te quiero. Te quiero. Te quiero - le confieso abrazada a él. Siento sus lágrimas mezcladas con las mías, lágrimas de felicidad.- Siempre has sido tú. Siempre.

Mantenemos una breve lucha de besos. Siento los aplausos, la alegría de los que ahora mismo nos rodean, oigo sus vítores y a alguien venir pidiendo silencio. Cuando nos separamos, nos quedamos abrazados y miro a la gente que hay, a mi familia. Todos nos miran con gran felicidad.

------------------------------------------------------

Soy consciente de que es muy corto y de que me queréis matar. Lo sé. Por eso hoy intentaré no salir a la calle :B

Cuando lo estaba escribiendo se lo pasé a Paula, y la dejé, igual que a vosotras, sin saber qué pasaría porque ni yo lo tenía claro. Reconozco que me he enamorado de Mario. Así que todo puede pasar en el capitulo de mañana...

Como he dicho más de una vez, me gusta escribir realidad (aunque una fanfic no es muy real...u.u) y en la vida no siempre el guapo y deseado se queda con la chica...

Gracias por leer ^^

3- Begin againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora