21- Despertares y mensajes extraños

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En la habitación todo estaba oscuro, solo se veía gracias a las luces que se colaban a través de las cortinas, la mayoría de la Torre Eiffel. Cogí una camisa blanca de Blas y me la puse como pijama.

Me acerqué en silencio a la ventana, y me quedé mirando las vistas. Cogí el móvil, lo enganché a la WiFi del hotel y esperé a que cargara todos los mensajes. Hola? 865 mensajes en senosvalaolla? Está claro que no se les puede dejar solos... Miré por encima los mensajes, para saber si había pasado algo que justificara todos esos mensajes. Y si, había pasado que yo estaba en la ciudad del amor con mi novio. Mensajes tipo "me apuesto otra cena a que lo hacen en la Torre Eiffel" o "Estos no van al concierto solo por no salir de la habitación", empecé a reírme con cuidado de no despertar a Blas.

-Me apuesto una cena a que sois todos unos cotillas!!- les escribí.

Nerea: al fin coge el teléfono, eso es que ya han dejado de hacer cosas para mayores

Paula: cosas para mayores, Nerea?

Nerea: están mis primas por aquí, no quiero que lean cosas raras

David: bueno, cuéntanos qué tal por París?

Paula: eso, os ha dado tiempo a salir a visitar mundo?

Nerea: u os habéis quedado encerrados en el hotel?

-me debéis una cena ;) Y si, hemos visitado París. Mirad que vistas desde la habitación.- les dije presumiendo y mandándoles una foto.

Paula: que preciosidaaad!! Como se lo ha currado Blas!

David: eso es que ha hecho algo muy gordo y quiere que le perdones

-no. Estamos de celebración.

Nerea: y qué celebráis?

-mañana hace 6 años que empezamos a salir.

David: qué bonito. Pero no cuenta! Habéis estado 5años sin hablaros.

-pero fue el día de nuestro primer beso :p Y eso cuenta mucho tss.

Paula: que romaaanticooo!

-bueno pequeños, me voy a dormir que al final despierto a Blas. Hasta mañana!

Cuando terminamos de despedirnos, me di la vuelta para ir a la cama y le vi durmiendo como un angelito. No pude resistir la tentación de hacerle una foto y tampoco pude resistirme a ponerla de fondo en el móvil.

Al meterme en la cama, Blas se giró y me abrazó por la cintura susurrando un 'te quiero'

-Hasta mañana, mi niño. Te amo.- susurré encogiéndome en sus brazos.

No sé si fueron los nervios del concierto o los de lo que tenía planeado, pero a las 7 de la mañana ya estaba con los ojos abiertos sin poder dormir. Me levanté y sin quitarme la camisa me senté abrazándome las piernas en la butaca mirando por la ventana. Estaba amaneciendo y era una estampa bucólica a más no poder. Saque la réflex y empecé a hacer fotos. Estaba tan metida en mi tarea que me sobresalté al sentir unos brazos por detrás de mí.

Blas: perdona, no quería asustarte. Buenos días.

-buenos días. Espero no haberte despertado...- le digo haciéndome a un lado para que se siente.

Blas: no, tranquila. Ey, esa camisa es mía.- señala cogiendo mis piernas para quedar sobre él.

-si, es que mi pijama estaba en la maleta y no quería hacer ruido.

Blas: me encanta como te queda- susurra contra mis labios antes de fundirnos en un beso. Siento sus manos pasar por mis muslos y jugar con la goma de las bragas. Cuando le muerdo el labio consigo que mueva las manos de esa zona y las dirija hasta la camisa, donde empieza a desabrochar los botones. Según va desabrochando sus besos también van bajando, hasta que no puede más y me levanta llevándome hasta la cama. Me tumba despacio, me besa y continúa su camino de besos por mi abdomen. Cuando tiene todos los botones desabrochados, me incorporo para deshacerme de la tela y poder engancharle del cuello para acercarle y besarle.

3- Begin againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora