— ¿No? —Repitió.
— No. —Dije con seguridad, empecé a alejarme hacia la caja registradora pero su mano me tomó por el codo haciéndome detenerme.
— ¡Vamos! ¡Estoy segura de que te mueres por contarme!
Sonreí nerviosa. — No, Sophie. No ha pasado nada.
— ¿Ni siquiera un piquito?
— ¡Sophie! —La regañó Glenda al acercarse a nosotras— ¿De qué hablan?
Sophie me miró picarona para luego mirar a Glenda de nuevo. — Del chico que tenía su teléfono. ¿Cómo era su nombre? ¿Isaac?
Glenda me miró sonriente y se acercó a nosotras con pasos lentos, miró a los lados y luego susurró. — ¿Ni siquiera un piquito?
— ¡Glenda! —Grité apenada, estaba muy segura de que mis mejillas estaban encendidas de la vergüenza— ¡Claro que no! —Respondí al fin.
Sophie resopló. — ¿Y hoy?
— ¿Hoy qué? —La miré confusa.
— Dijiste que hoy iría por su carro. ¿Lo viste?
— En realidad... —Mordí mi labio inferior con nerviosismo— Ésta mañana me escribió diciendo que no podía pasar por él. Que lo haría más tarde cuando...
Glenda y Sophie me miraban esperando la continuación. — ¡¿Cuándo qué?! —Preguntó Sophie ya desesperada.
— Dijo que iría más tarde para pasar por mí e ir a comer juntos.
Sophie sonrió como el gato rizón, seguido de pegar un chillido de emoción. — ¡Lo sabía!
Glenda aclaró su garganta provocando que Sophie y yo miráramos en su dirección. — Pero... ¿Y el joven Morrison?
Al oír la mención de él mi sonrisa se borró por completo. Miré como personas iban entrando y acomodé mi postura. — Él no importa. Nuestra relación es sólo de estricto trabajo.
— Ten cuidado mi niña. —Glenda besó mi mejilla y se retiró a la cocina de nuevo.
Sophie que aún seguía a mí lado sonrió. — Buenos días. —Dijo a las personas que se colocaban frente a nosotros— ¿Qué se les ofrece?
Las personas frente a nosotras visualizaron la vidriera. — Un pastel de chocolate, por favor. —Sophie asintió y sacó el pastel.
Cómo verán, trabajo en la Panadería y Pastelería Morrison's. Es agradable, ¿qué esperaban? ¿Algo más glamoroso? Me gusta mi trabajo, qué mejor trabajo que aquel en donde puedes estar rodeada de dulces.
— ¡Buenos días! —Oí a lo lejos. Sophie se acercó a prisa a mí y rió nerviosa— Mi Cielito lindo, buenos días.
— Peter. —Saludé con todo el poco respeto que me quedaba.
Sí, como habrán notado en el nombre "Panadería y Pastelería Morrison's" esto pertenece a Peter. Al principio todo era amor y paz, pero luego... el "príncipe encantado" reveló su verdadero él.
Conocí a Peter al cumplir los 21, aquí. Era Febrero, salí a conocer la ciudad y por supuesto en busca de un trabajo, mis ganas estaban a mil, lo que quiere decir que iba con mucho entusiasmo. Caminé muchas cuadras ése día pero nada resultaba, cuando estaba por rendirme la lluvia apareció, lo cual me era bastante extraño. Con prisa miré una panadería a lo lejos y corrí hacia ella, cuando entré el olor a pan me invadió y me produjo hambre.
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·Bajo el mismo cielo·
RomanceEl peor día de tú vida, quizás, sólo quizás, pueda ser el mejor. Jamás dejar el teléfono en algún lugar había sido tan romántico. Quizás estamos en la época en qué en vez de dejar una zapatilla de cristal dejamos teléfonos. Para Cielo Howland...