¿Qué escribir cuando lo que quieres decir desborda del alma? Cuándo son muchas emociones a la vez, cuando tus palabras no alcanzan al sentimiento. Son tantas las cosas por decir, que las palabras se quedan cortas.
¿Qué pasa con ese sentimiento de alegría? Con esas emociones de cuando te abraza. Dígame cuando el corazón enloquece.
¿Qué pasa cuando las miradas se buscan? ¿Necesitan encontrarse?
¿Qué se hace cuando me sonríe? ¿Qué se hace cuando no quiere soltarme? ¿Respiro en ese instante? La respuesta es obvia, supongo.
¿Qué se hace cuando tus pensamientos son dirigidos por él? ¿Seremos capaces de soportarlo? ¿Por cuánto durará? ¿Será mi corazón capaz de soportar tanta alegría?
Entonces la pregunta es obvia, ¿Qué se hace?
— Deja de moverte. —Rió.
— Son pasadas las diez. —Gruñí— Jamás había pasado tanto tiempo acostada en una cama.
— ¿A qué hora te levantas normalmente?
— Siete de la mañana.
Rió. — Eres una anciana prematura.
— Tengo trabajo, que es otra cosa.
Me miró entrecerrando los ojos por un instante. — Hablando de trabajo... ¿Qué hiciste con él durante todo éste tiempo?
Me sonrojé. — Ugh...
— ¿El imbécil te echó?
— No... —Me miró confuso. Suspiré— Cuando me enteré del accidente yo vine directamente, no lo pensé dos veces. Al día siguiente fue que acepté las llamadas. Peter se puso furioso cuando supe que estaba contigo, pero luego le expliqué las razones, admito que alcé la voz, pero no podía irme, ni porque quisiera yo...
Me besó.
Y vaya que bien se siente.
— ¡Buenas...! Que asquerosidad tan tremenda. —Oí la voz de Thomás junto con la risa de Tania— ¡Lastimas al enfermo! ¿Durmieron así durante toda la noche?
Reí y miré la situación en la que estábamos. Tania me miraba entre horrorizada y picarona. — Y todo por un teléfono. —Susurró, aunque logré alcanzar a escuchar.
Thomás sonrió y caminó hacia Isaac y lo abrazó. Tania por otro lado caminó hacia mí, me sonrió y me abrazó. Unos segundos después James entró un poco mojado.
— ¿Y a ti qué te pasó? —Le preguntó Thomás de arriba hacia abajo.
— ¿Nadie notó la lluvia? —Bufó.
Isaac me miró y enarcó su ceja. — ¿No te parece mucha casualidad?
Reí. — Creo que ves muchas películas.
— Quizás. Pero la nuestra sigue siendo la mejor. —Me sonrojé. Me empecé a levantar y su mano me detuvo— ¿A dónde vas?
— ¿Me estoy levantando?
— Sí, ¿pero por qué?
— No pensarás que voy a pasar toda la mañana aquí y mucho menos sabiendo que viene tu familia. ¿Verdad?
No respondió.
Reí y me fui levantando, oí como gruñó pero aún así caminé hacia Tania. Su mirada lucía brillosa, sus mejillas coloraban la delataban mucho. — Hola chama. —Me saludó.
— Hey. —Sonreí— ¿Algo para contarme?
Me miró entrecerrando los ojos. — ¿Qué te dijo?
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·Bajo el mismo cielo·
RomanceEl peor día de tú vida, quizás, sólo quizás, pueda ser el mejor. Jamás dejar el teléfono en algún lugar había sido tan romántico. Quizás estamos en la época en qué en vez de dejar una zapatilla de cristal dejamos teléfonos. Para Cielo Howland...