Capítulo 8.

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Abrí mis ojos adormilada, levanté mi mirada y lo miré a él, aún con sus ojitos cerrados. Acaricie su rostro con suavidad. — Buenos días, Isaac.

Me levanté y me fui a cepillar. Luego tomé agua en un recipiente y moje un paño, caminé hacia Isaac y empecé a limpiar su rostro. Los moretones ya casi no se veían, acomodé su cabello y luego su cama. Tomé su mano y entrelacé mis manos con la de él, besé su mejilla y oí como la puerta se abría.

— Buenos días. —Giré y miré a Thomás— Te traje comida.

Sonreí. — Eso es lo mejor que me puedes decir, Thomás.

Rió. — Sí, he notado que te encanta comer.

— ¿A quién no? —Reí.

— ¿Cómo amaneció? —Me preguntó refiriéndose a Isaac.

— Pues está bien. —Suspiré— Pero estará mejor cuando despierte.

Sonrió a medias. — Tú estarás mejor cuando él despierte, querrás decir. Mírate esas ojeras tan grandes.

— Entiendo que intentes decir que me veo terrible, pero no me importa. —Reí.

— A mí sí. Quiero que cuando Isaac despierte vea algo lindo, ¡No un espanta pájaros!

Reí más fuerte. — ¡Thomás!

Rió. — Es broma, Cielo. —Sonrió a medias— Estoy seguro de que Isaac te quiere tal cual eres.

Dejé de mirar a Isaac y volteé a mirar a Thomás con mis ojos totalmente abiertos, mi corazón empezó a latir, Thomás por otro lado se puso nervioso y empezó a reír. — ¿Qué dijiste?

— E-eh ¿Yo? ¿Qué pude haber dicho? N-no dije nada.

Entrecerré los ojos y me senté de nuevo, no me había dado de cuenta que me había levantado. — Está bien.

La puerta se abrió dejando ver a un chico demasiado conocido para mi gusto, él miró a Thomás y sonrió. Luego me miró confuso, le sonreí y él me devolvió el gesto. — Buenas... —Saludó, cerró la puerta detrás de él pero se quedó ahí sin acercarse a nosotros. Miró a Thomás y sonrió— Hey hermano.

— Hola hermano. —Le respondió Thomás de la misma manera. ¿Hermano? No es que Thomás tuviera que contarme su vida, pero no sabía que tenía hermano.

— ¿Conoces al cartero?

Thomás me miró confuso y luego miró a James, por su parte James señaló a Isaac. Thomás rodó los ojos como quien entendía la situación. — Ya. —Rió— Cielo, él es mi hermano menor James. —El chico estiró su mano y yo la estreché— James, ella es Cielo.

— ¿La novia de Isaac? Creí que la novia tenía el cabello rojizo.

Me sonrojé y mi corazón se aceleró. — ¡Oh no, no! —Luego analicé la respuesta y miré confusa a Thomás— ¿Isaac tiene novia?

Thomás se colocó nervioso y miró a James serio. — No, Cielo él...

— ¡Tiene novia! —Tapé mi rostro con mis manos— Que vergüenza. —Lágrimas empezaron a caer, mi corazón estaba acelerado de la tristeza— ¿Por qué no me lo dijo?

James miraba la situación incómodo. Thomás se levantó y me tomó con prisa en mis hombros. — No, Cielo déjame explicarme. —Me senté y sollocé un poco— ¿Por qué lloras? —Me miró con ganas de reír.

— Po-porque tiene novia y y-yo no debería estar aquí... sino ella y yo...

— Bueno. —Me interrumpió y sonrió— No tiene novia, él...

·Bajo el mismo cielo·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora