Abrí mis ojos adormilada, levanté mi mirada y lo miré a él, aún con sus ojitos cerrados. Acaricie su rostro con suavidad. — Buenos días, Isaac.
Me levanté y me fui a cepillar. Luego tomé agua en un recipiente y moje un paño, caminé hacia Isaac y empecé a limpiar su rostro. Los moretones ya casi no se veían, acomodé su cabello y luego su cama. Tomé su mano y entrelacé mis manos con la de él, besé su mejilla y oí como la puerta se abría.
— Buenos días. —Giré y miré a Thomás— Te traje comida.
Sonreí. — Eso es lo mejor que me puedes decir, Thomás.
Rió. — Sí, he notado que te encanta comer.
— ¿A quién no? —Reí.
— ¿Cómo amaneció? —Me preguntó refiriéndose a Isaac.
— Pues está bien. —Suspiré— Pero estará mejor cuando despierte.
Sonrió a medias. — Tú estarás mejor cuando él despierte, querrás decir. Mírate esas ojeras tan grandes.
— Entiendo que intentes decir que me veo terrible, pero no me importa. —Reí.
— A mí sí. Quiero que cuando Isaac despierte vea algo lindo, ¡No un espanta pájaros!
Reí más fuerte. — ¡Thomás!
Rió. — Es broma, Cielo. —Sonrió a medias— Estoy seguro de que Isaac te quiere tal cual eres.
Dejé de mirar a Isaac y volteé a mirar a Thomás con mis ojos totalmente abiertos, mi corazón empezó a latir, Thomás por otro lado se puso nervioso y empezó a reír. — ¿Qué dijiste?
— E-eh ¿Yo? ¿Qué pude haber dicho? N-no dije nada.
Entrecerré los ojos y me senté de nuevo, no me había dado de cuenta que me había levantado. — Está bien.
La puerta se abrió dejando ver a un chico demasiado conocido para mi gusto, él miró a Thomás y sonrió. Luego me miró confuso, le sonreí y él me devolvió el gesto. — Buenas... —Saludó, cerró la puerta detrás de él pero se quedó ahí sin acercarse a nosotros. Miró a Thomás y sonrió— Hey hermano.
— Hola hermano. —Le respondió Thomás de la misma manera. ¿Hermano? No es que Thomás tuviera que contarme su vida, pero no sabía que tenía hermano.
— ¿Conoces al cartero?
Thomás me miró confuso y luego miró a James, por su parte James señaló a Isaac. Thomás rodó los ojos como quien entendía la situación. — Ya. —Rió— Cielo, él es mi hermano menor James. —El chico estiró su mano y yo la estreché— James, ella es Cielo.
— ¿La novia de Isaac? Creí que la novia tenía el cabello rojizo.
Me sonrojé y mi corazón se aceleró. — ¡Oh no, no! —Luego analicé la respuesta y miré confusa a Thomás— ¿Isaac tiene novia?
Thomás se colocó nervioso y miró a James serio. — No, Cielo él...
— ¡Tiene novia! —Tapé mi rostro con mis manos— Que vergüenza. —Lágrimas empezaron a caer, mi corazón estaba acelerado de la tristeza— ¿Por qué no me lo dijo?
James miraba la situación incómodo. Thomás se levantó y me tomó con prisa en mis hombros. — No, Cielo déjame explicarme. —Me senté y sollocé un poco— ¿Por qué lloras? —Me miró con ganas de reír.
— Po-porque tiene novia y y-yo no debería estar aquí... sino ella y yo...
— Bueno. —Me interrumpió y sonrió— No tiene novia, él...
ESTÁS LEYENDO
·Bajo el mismo cielo·
RomanceEl peor día de tú vida, quizás, sólo quizás, pueda ser el mejor. Jamás dejar el teléfono en algún lugar había sido tan romántico. Quizás estamos en la época en qué en vez de dejar una zapatilla de cristal dejamos teléfonos. Para Cielo Howland...