Una difícil decisión

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-Por que, me salvaron, no les paso por la mente que lo que quería era morirme.

Todos estábamos atónitos no era la misma su mirada, su voz su odio hacia la vida.

-Chaparra hermosa, tranquila has pasado por un gran trauma, vamos descansa un poco...

-No quiero, descansar, yo solo quiero que todos se larguen y me dejen en paz... Que no me oyeron, larguen se.

MELISSA:

Por un momento creí haber logrado mi propósito, pero escuche una voz muy masculina que hablaba sobre mí, no entendí muy bien lo que decían, pero estaba segura que no había conseguido mi cometido. En ese momento se me acerco Susan y me preguntaba si la oía, o algo así, fue en ese momento que distinguí a Leo, que entraba con el doctor, el me quito un tubo que me ayudaba a respirar, no entendía nada, como había llegado hasta ahí, Omar se me acerco con lágrimas en los ojos, yo no podía soportar esta situación, no podía ver sufrir a las personas que amo, y mucho menos, iba a seguir con Guillermo, cuando se entere, me va a matar, por dios que voy hacer. 

Entre en estado de shock no podía dejar que me vieran así, de repente los eche no los quería ahí, me habían complicado mi vida, si no me hubieran rescatado, yo no tendría que preocuparme por nada. Todos se fueron, o eso creía yo.

-Maldita sea que voy hacer, que le voy a decir a Guillermo, no puede ser.- comencé a llorar descontroladamente, pero no estaba sola.

-No debiste tratarlos así, Susan estubo aquí día y noche cuidándote como una madre a una hija, y Omar por dios apenas si durmió, creo que eres una cobarde, y egoísta.

-Yo no sé los pedí, y no tienes tú que recriminar me nada, si estuvieron aquí es porque quisieron, yo solo quería morir y ya.

-Eres una cobarde, pensabas en arreglar todos tus problemas suicidándote, y no pensaste en tu mamá, en Susan, en Omar o en mí.

-En ti en los demás entiendo su preocupación, pero tú apenas si te conozco- estaba enojada, ya no podía soportar que se metieran en mi vida y no pensaba en mis palabras.

-Si en mi, tu no me conoces, pero yo a ti te...

-Tú a mí que, dime anda por que...

-Yo a ti te amo, y no sabes los momentos que pase creyéndote muerta, si tienes razón no me conoces, pero yo a ti si y...

Se salió sin decir nada más, no podía creer lo que acababa de escuchar, a caso se estaba burlando de mí.

-No tengo que pensar en nada mas, solo en Guillermo- un frió recorrió mi espalda solo de pensar en el.

LEONARDO:

-No puedo creer que se lo dijera, maldición- golpe lo primero que encontré- no puedo creer que sea tan estúpido para decirle algo así. Pensaba mi entras caminaba de un lado a otro.

-Una vuelta más y le aras un hoyo al piso, calma te, al menos ya despertó, solo nos queda sacarla de la depresión.- Omar trato de tranquilizarme-¿vamos por un café?

-De acuerdo.

MELISSA:

-Necesito escapar, Guillermo no se puede enterar de nada, que hago, que día es, con suerte aun no sabe nada, regreso y nada paso, pero si ya sabe, maldita sea.

-Perdón por interrumpir sus pensamientos señorita Castro, pero necesito hacerle unas preguntas, es solo rutina, prefiere que alguien de su familia la acompañe o lo quiere hacer sola.

-Doctor, se lo que quiere saber, pero ni yo sé porque lo hice.

-Muy bien en ese caso tendré que preguntarle a su esposo.

-Guillermo esta aquí- por más tranquila que intente sonar, no pude.

-No aun no lo hemos localizado, pero si me da su número yo...

-Nooo -grite sin darme cuenta, el miedo me paralizo- es que no quiero espantarlo.

-Señorita, dejemos las mentiras, diga me la verdad, yo le prometo que nunca la va a volver a golpear, pero si no me dice nada yo no puedo ayudarla.

No pude contener las lágrimas, sus palabras me recordaron a mi padre.

-No puedo defraudarte- pensé y suspire.

-Está bien, pero tengo miedo.

-No te preocupes, además tu abogado es el mejor y...

-Perdón, pero yo no tengo abogado y no creo que haya alguno que le gane, el es muy poderoso y...

-No más que yo señorita Castro.- un hombre muy bien parecido me interrumpió, su cara me era muy familiar pero no lo conocía.

-Perdón pero no quiero parecer grosera, me puede decir quién es usted.

-Perdón por no presentarme, soy el Licenciado Alberto Marín, y entiendo que este a la defensiva, pero yo soy experto en meter ase tipo de basura humana a la cárcel, no se preocupe.

-Es un placer conocerlo, pero tengo miedo y...

-La entiendo, quiere que sus amigos vengan apoyarla o prefiere hacerlo sola y no tenga miedo.

Sus palabras me confortaron demasiado, pero aun me sentía sola e indefensa.

-Solo quisiera a Omar, ya que delante de Susan y Leo me daría algo de pena.

-La entiendo, pero no debe sentir pena usted no tuvo la culpa de nada y nadie de los que estamos aquí la vamos a juzgar.

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Perdón por tardar pero me he sentido algo desmotivada, ya que no he recibido ningún comentario, ni positivo, ni negativo, si no me comentan no sabré si la novela es de su agrado, así que solo les pido un minuto para que me comenten que les a parecido la historia.

Asi que espero sus votos comentarios Besos.

Buscando la felicidad  #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora