Una noche especial.

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La comida estuvo increíble, me divertí mucho, Omar olvido los nervios y actuaba tal y como es, Leo me miraba de reojo y me sonreía, tomaba mi mano debajo de la mesa, cuando terminamos de comer Lucy nos mostro fotos de Leo y Sara de pequeños.

-Madre acaso piensas avergonzarme. –Le objetaba mientras yo reía al ver la foto de un pequeño niño de cuatro años que corría desnudo por el jardín.

-Cariño yo no quiero avergonzarte, acaso no eras tú el que se rehusaba en usar ropa. –Lucy se burlaba.

-Mel no veas eso, tu sabes que cuando uno es niño no sabe lo que hace.

-Tranquilo, es una foto muy linda. –Yo sonreía al verlo avergonzado.

Lucy seguía mostrándonos fotos pero hubo una en particular que llamo mi atención. – ¿Ella es Andrea?

-Si la tomamos un mes antes de que muriera. –En la foto Leo abrazaba a su hermana, la cual se veía algo triste.

-Es muy bonita. –Se parecía un poco a Sara, pero tenía los ojos iguales a los de Leo,

-Bueno, que les parece si salimos al jardín y tomamos una taza de café. –Alberto apareció, con una sonrisa.

-Genial, vamos.

Durante todo el día me la pase increíble, la verdad los papas de Leo y Sara eran geniales, se veía que apoyaban en todo a sus hijos, caída la noche nos despedimos, pero Omar y Sara se fueron por un lado y Leo y yo fuimos a su departamento. Mientras caminábamos, comencé a ponerme algo nerviosa, sabía que tenía que contarle sobre mi visita con la psicóloga.

-Estas bien te noto algo extraña, de verdad siento mucho lo que paso, créeme que jamás volverá a suceder y…

-No digas nada, te creo. –Puse mi dedo sobre sus labios para silenciarlo, me pare frente a él. –lo que sucede es que ayer fui a ver a la psicóloga.

-Vaya eso es genial tienes que afrontar todo lo que te paso, no es fácil, y menos si lo haces sola.

-Eso ya está superado. –Mentí aun tenia pesadillas, y miedo pero no quería que nadie supiera, esto lo iba hacer yo sola. –Es por lo otro. –Agache la mirada, no quería que viera que me moría de vergüenza.

-Que otra cosa te pasa. –No entendía nada.

-Es que de verdad a ustedes los hombres hay que explicarles las cosas con manzanitas o que. –Me desespere un poco, necesitaba que el de verdad entendiera sin tener que decirle yo las cosas textualmente.

-Cálmate, pero es que no se dé que… -Huna un poco de silencio. –Mel te dije que yo te iba a esperar, no creo que sea necesario todo eso.

-Si lo es, ya que lo que tengo es algo psicológico, pero voy a necesitar de tu ayuda.

-Sabes que yo estoy dispuesto a lo que sea por ti.

-Mañana tenemos que reunirnos con la doctora.

-Yo también tendré que ir a terapia. –Se ponía algo nervioso.

-Si, por que será mas fácil para ti entender mi situación, y pues… manejarme.

-¿Manejarte?, yo no deseo manejarte. –Me miro y comprendió lo que intentaba decir con manejarme. –Ah bueno eso me gusta más. –Me miro seductoramente y comenzó a besarme.

Caminamos tomados de la mano, por el parque pero comenzó a llover primero era una pequeña llovizna, pero después parecía diluvio, así que comenzamos a correr hacia su departamento, pero después, me di cuenta que de todas maneras nos íbamos a mojar, así que me detuve.

Buscando la felicidad  #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora